Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Autónoma de Barcelona y MBA por IESE, Josep Mateu es desde 2015 presidente del RACC, una entidad que nació como un club para automovilistas y que en los últimos años se ha convertido en un club de servicios a la movilidad y de prestaciones en varios ámbitos, para los más de 800.000 socios que tiene actualmente. Mateu ha sido reelegido esta semana para asumir un nuevo mandato de 4 años (2025-2028). Afronta este tercer mandato con la voluntad de consolidar y hacer crecer su modelo de club de servicios a la movilidad, la transformación más importante vivida por la entidad en sus 118 años de historia, y para seguir haciendo del club una entidad referente en Catalunya.
¿Qué retos tiene por delante, con el apoyo de la nueva junta?
Desde 2015 ha cambiado mucho el contexto en que nos encontramos. En aquel momento salíamos de una crisis económica muy grande, después sufrimos la pandemia de la Covid-19... Pero el cambio fundamental para nosotros ha sido la transformación o la adaptación del club a una nueva realidad, a una nueva sociedad, para estar al lado de la gente. La sociedad ha cambiado, ya no solo va en coche. Hemos pasado de ser un club de conductores o un club de automovilistas, a ser un club de servicios a la movilidad. Este ha sido un cambio muy grande, del que hemos sido pioneros en Europa dentro de nuestro ámbito.
¿En qué se ha traducido este cambio dentro de la entidad?
Ha comportado muchas pequeñas cosas añadidas. Por ejemplo, nos hemos adaptado al mundo de la bicicleta, desde los seguros a la asistencia. Era un mundo nuevo para nosotros, y ahora prácticamente tenemos 40.000 seguidores del mundo de la bici, que miran nuestros contenidos y que están a nuestro lado defendiendo este medio de transporte. Este es solo un ejemplo de lo que hemos hecho y de lo que somos. El RACC es una entidad sin ánimo de lucro, pero que tiene alrededor un grupo de empresas para dar servicio a los socios del club. Tenemos que velar para que estas empresas, con la dedicación de más de 1.000 profesionales, salgan adelante. Al mismo tiempo, también hemos reforzado nuestro posicionamiento en el ámbito deportivo, entre otras cosas con la renovación del contrato de la Fórmula 1, para cinco años más, hasta el año 2026, y eso es fruto del trabajo que hemos hecho con el gobierno de Catalunya durante estos años. Eso demuestra que tanto en el ámbito institucional como en el ámbito de la movilidad hemos ganado capacidad de influencia. Hemos contribuido a que las instituciones, las administraciones, actúen y hagan acciones que quizás estaban un poco atrasadas.
En el ámbito institucional como en el ámbito de la movilidad hemos ganado capacidad de influencia
Si nos centramos en la nueva sociedad y los retos de la movilidad urbana, ¿a quién hay que educar, al peatón o al conductor?
La llamada nueva movilidad va muy ligada a la tecnología. Y, por lo tanto, hará falta un proceso de adaptación de la sociedad, en general, y de las personas mayores, en particular. Por eso, el RACC tiene que consolidar su proximidad con la gente, tanto de forma presencial como por medio de la tecnología, y ayudarlas en todo lo que necesiten. De hecho, en los últimos años también hemos hecho una importante transformación para pasar de unos servicios que se enmarcaban en el ámbito de la emergencia a ofrecer prestaciones de mantenimiento. O sea, hemos pasado de ser unos expertos en emergencias a ser unos expertos también en mantenimiento, tanto en el hogar como en el automóvil.
Pero tienen más áreas de actividad.
Cierto. En el ámbito de los seguros, hemos ampliado el abanico de posibilidades, mejorando las prestaciones en el mundo de la salud, la bicicleta, el patinete... Hemos pedido a las administraciones que hagan obligatorio el seguro para los conductores de patinete, porque hay una necesidad; la responsabilidad civil es muy grande si tienes un susto yendo con patinete por la ciudad.
¿Se tiene que formar a los conductores?
Podemos hablar también de la formación de los conductores de vehículos, pues somos la primera escuela de España. Pero hace falta formación también para las personas que circulan en bicicleta o patinete, especialmente porque son usuarios que normalmente se han pasado del transporte público a la bicicleta o el patinete; muchas veces no son conductores de vehículos, por lo tanto, muchos de ellos no tienen carnet de conducir, no saben normas de circulación. Eso provoca una convivencia muy difícil entre los vehículos de movilidad y los peatones y los coches. Insistimos mucho a la administración pública en que hay que fijar cursillos de formación obligatorios. ¿Si se hace en la náutica, porque no hacerlo con otros medios de movilidad?
¿Qué objetivos se ha marcado para este tercer mandato?
La misión más importante que tenemos es impulsar y garantizar la supervivencia del RACC a largo plazo.
¿Y eso cómo se hace?
Con dos aspectos básicos: dedicándonos a la gente joven, que son los futuros socios del RACC y que quieren otro tipo de servicios; y adecuando los que ya tenemos a las nuevas necesidades de las personas mayores, cada vez más numerosas. Nos damos cuenta de que las personas mayores tenían más mentalidad o más cultura de pensar que si tenía un coche era necesario tener un seguro, pero ahora también quieren pertenecer a una entidad que les proporcione más coberturas.
¿Qué se tiene que hacer para atraer a los jóvenes?
Ya sabemos que el grado de fidelidad de los jóvenes es, para decirlo de alguna manera, bajo versus estos tipos de productos o servicios por suscripción. Están mucho más acostumbrados al pago por uso, sin plazos de permanencia que les liguen, a descuentos y promociones... Por lo tanto, tienes que crearles una necesidad para sumarse a la entidad. Y además son gente que ya saben utilizar las nuevas tecnologías. Aquí tenemos que pensar mucho en aspectos como la inteligencia artificial, con procesos muy automatizados; por ejemplo, actualmente el 50% de las asistencias que hacemos las gestionamos por la vía del WhatsApp, que incluso es más fiable que cuando intervienen muchas personas.
La masa del RACC hay que rejuvenecerla
Actualmente tienen más de 800.000 socios, ¿qué porcentaje representarían los más jóvenes?
Nosotros tenemos muy bien diseñado lo que pudrían denominado el árbol de la vida. Tenemos servicios para los más pequeños, para los jóvenes dependientes de los padres, los jóvenes ya independientes, los jóvenes con pareja e hijos, etc. Y así hasta las personas mayores, los jubilados activos y los jubilados ya en situaciones de dependencia. Los jóvenes que creemos pueden estar más próximos al RACC son los que empiezan a crear o tienen ya una familia. Es decir, a partir de los 30 años y pico. Este es el perfil de gente a quién convencer para que se integren en el RACC, para disfrutar de todos sus servicios.
¿Qué porcentaje sería?
Los segmentos más jóvenes serían un 10% aproximadamente y los que ya han llegado a esta edad representan entre un 25-30%. Tenemos que rejuvenecer nuestra masa social, por eso en la candidatura que he liderado en las últimas elecciones hemos incorporado nuevos profesionales, gente más joven, que conecta con estas nuevas necesidades.
¿Con respecto al ámbito territorial?
Actualmente, un 80% de los socios reside en Catalunya y el 20% en España, con un peso importante en las áreas del Levante y las Islas Baleares donde tenemos más penetración.
Decía que las personas mayores también son importantes.
Lo más bonito de estar en el RACC, para los que estamos muy involucrados directamente, es que nos dedicamos a ayudar a la gente, y eso es una recompensa emocional enorme. Para las personas mayores hemos creado el Club 65, porque actualmente al 25% de la sociedad la forman personas de más de 65 años y en ciudades como Barcelona, prácticamente el 70% de las personas que tienen esta edad viven solas. Son personas a las que tenemos que dar servicios, porque además tienen ganas de hacer cosas. También tenemos que atender a aquellos que tienen un grado de dependencia.
¿Qué presupuesto tienen para hacer todo eso?
El RACC mueve unos 300 millones de euros, pero insisto en qué somos una entidad sin ánimo de lucro, que quiere decir que nuestro objetivo no es obtener beneficios pero sí que la entidad tiene que ser rentable, tiene que generar un ebitda positivo adecuado para afrontar todos los proyectos, ya que no podemos hacer aplicaciones de capital para financiarnos.
La entidad mueve un presupuesto de unos 300 millones de euros
Pero sí que acceden a subvenciones públicas.
Muy puntuales. Mi mentalidad es que cuanto menos subvencionados estemos, mejor, para no depender demasiado de la administración y de gobiernos del color que sea. Pedimos algunas para desarrollar proyectos tecnológicos. Somos una entidad de servicios orientada al crecimiento y a la mejora de las prestaciones, con una gran innovación en productos y servicios, en calidad del servicio, en la imagen que tenemos de marca, en la capacidad que tenemos de comercializar y de estar cerca de los socios y de obtener su fidelidad. Pero eso sin poner nunca en riesgo la rentabilidad y la fortaleza financiera. Ser fuertes financieramente y rentables es lo que nos permite ser independientes, no depender de nadie, ni de las subvenciones ni de los partidos políticos. Eso es importante porque siempre hemos sido muy atractivos por la gran masa social que tenemos. La autonomía y la independencia de opinión permite ser influyentes en la sociedad.
¿Qué le pediría a la administración?
Liderar es escuchar, ayudar y servir. Preguntar y escuchar. Haría falta que hiciéramos una mezcla de dos modelos. El modelo de los finlandeses, de los noruegos, etcétera, que tienen mucha colaboración público-privada, o sea que colaboraríamos más con las entidades privadas. Y el modelo chino, porque los chinos tienen una gran capacidad de planificación y después deciden y, aparte de decidir, tienen la determinación de hacer las cosas. Y aquí está donde creo que nuestra administración falla más. Que a veces nos cuesta mucho decidir, porque somos muy complicados, y nos cuesta mucho ejecutar, porque una vez decidimos hay que hacer las cosas, llevarlas a buen puerto. Y aquí también fallamos, en la ejecución de las actuaciones.
Por término medio, ¿cuánto invierten en nuevos servicios?
Depende de los proyectos y de las áreas donde se desarrollan. En el sector del automóvil, anualmente invertimos unos dos millones de euros para temas de mecánica o de formación. Es una cantidad que ya es recurrente, no es extraordinaria. Cuando montamos un servicio nuevo hay unas cantidades extraordinarias, porque los servicios nuevos normalmente en su puesta en marcha son deficitarios. Como decía, tenemos que poner las luces largas para asegurar la supervivencia del club y del grupo de empresas a largo plazo.
¿Y eso pasa por ampliar la masa, devolver al millón de socios que habían tenido o para incrementar los servicios y, por lo tanto, los ingresos?
Las dos cosas. Ampliar la masa porque somos una entidad orientada al crecimiento, pero también elevar el grado de fidelidad de los socios con más y diferentes servicios. Nos interesa tener cada vez más socios, y por otra parte, que vayan consumiendo más servicios.
El propósito es llega al millón de socios en este mandato
El millón, ¿para cuándo?
Podríamos acabar este nuevo mandato con el millón de socios. Es nuestro propósito. Antes de la crisis financiera del 2008, la masa social era de un millón de socios, pero los problemas económicos de los socios nos afectaron; más en el resto de España que en Catalunya, por el gran impacto financiero.
Su predecesor estuvo tres décadas en el cargo. ¿Qué hará usted?
Este será el último mandato. Yo limité el número de mandatos y la edad. Creo que proyectos como los del RACC tienen que tener recorrido. Tenemos que dar paso a la gente joven, con ambición y que se lo juegan todo para su carrera, en este caso, por el club, por el RACC.