Josep Santacreu i Bonjoch (Guissona, 1958) explica que cuando era pequeño una de las cosas que más le gustaba era bajar desde su Segarra natal a la Llotja de Mar de Barcelona acompañando a su padre para comerciar con grano. El octubre pasado volvió a entrar en la Llotja, esta vez, como presidente de la institución histórica que la regenta, la Cambra de Comerç de Barcelona, y esta es la primera entrevista que concede desde su nombramiento.

¿Cómo se ha encontrado la Cambra de Comerç?
Muy viva, con mucha potencialidad, pero con algún aspecto negativo: estamos en una etapa de una cierta crisis fruto de cuatro años de pérdidas, de no cumplir el presupuesto y algunas acciones que se han hecho han llevado a la Cambra a tener una situación económica complicada, que es uno de los primeros temas que tenemos que abordar. Y también hemos encontrado una cierta pérdida de su capacidad y potencia relacional. En eso estamos trabajando, estos son los dos principales ejes inmediatos de trabajo. El primero, recuperar la normalidad económica, equilibrar las cuentas, dando los servicios que tenemos que dar. La cámara es mucho más que una empresa, pero se tiene que gestionar como una empresa: gastar lo que podemos gastar y dar el máximo de servicios. Sin generar déficit. Y segundo, nosotros ni somos una patronal, ni somos una asociación ni un grupo de empresas. Somos la Cambra de Comerç, representamos a todos los empresarios y autónomos del país y somos el portavoz de la actividad económica ante las administraciones, y tenemos que ser una gran herramienta de servicios para las empresas. Y eso solo se puede hacer teniendo unas relaciones fluidas, exigentes pero leales con todas las administraciones y organizaciones empresariales del entorno. Y esta relación, en los últimos años, por lo que fuera, se había perdido. Ya estamos trabajando con los ayuntamientos, con la Diputación, con la Generalitat, con los ministerios, con la Cámara de España y esta está siendo la prioridad de estos primeros meses.

"La Cambra tiene una situación económica complicada, y también ha perdido las relaciones fluidas con las administraciones y otras organizaciones"

¿Las relaciones con todas estas instituciones estaban rotas?
Con unas estropeadas, con otros prácticamente inexistentes, con algunas en parte desperdiciadas.

¿Por ejemplo, con la Cámara de España, intentarán recuperar la vicepresidencia?
Históricamente, el presidente de la Cambra de Barcelona era el vicepresidente de la Cámara de España y en los últimos años hemos perdido esta posición. No estamos ni en el comité ejecutivo, hemos perdido una posición importante que esperamos que, en las siguientes elecciones, podamos recuperar. Ahora nos tocará pasar un periodo de impasse difícil, pero estamos haciendo el máximo esfuerzo por establecer la mejor colaboración posible con la Cámara de España, porque es muy importante, es la principal vía de llegada de fondo de Europa, de fondos sociales y fondos Next Generation. Por lo tanto, uno de los vehículos principales que tenemos para poder dar un buen servicio al conjunto de empresas de nuestra demarcación es ser un buen aliado de la Cámara de España para que lleguen al máximo de fondos posibles de Europa a nuestro entorno.

“Tenemos que tener la mejor colaboración posible con la Cámara de España porque es la principal vía de entrada de fondos de Europa”

En diciembre anunció un plan "para recuperar el orgullo" de la Cambra. ¿En qué consistirá?
Haremos tres planes. El primero, que empezamos a compartir internamente con los equipos de la cámara, es un plan de actuación inmediato para este año. Después también haremos una mirada más larga, un plan apuntando a 2035, qué Cambra queremos dejar después de dos mandatos. Y antes de acabar el año haremos el plan estratégico para los cuatro años de mandato.

Hablemos del plan de choque.
En este plan de choque primero va el reequilibrio económico-financiero y recuperar las relaciones con todas los organizaciones, y después también hay un trabajo obvio interno de dinamizar y sacar el máximo de partido de las fortalezas que tiene la cámara, que son el talento de sus equipos y los activos, que son la Casa Llotja, el edificio de Diagonal, el centro de Vic, el proyecto que tenemos del 22@ y otras cosas. Y también tenemos que repensar el modelo de servicio, cómo nos relacionamos y qué es lo que podemos ofrecer en estos momentos, qué es lo que necesita la empresa. En el ámbito de la representación del mundo empresarial, la Cambra tiene que tener una voz independiente, leal, pero fuerte con las instituciones. Y tenemos que ser capaces, ya se ha hecho históricamente desde la cámara, a través de nuestro servicio de estudios, que es de referencia en nuestro país, tratar de tocar los puntos críticos, tanto de coyuntura económica como de desarrollo del estado del bienestar. Eso lo tenemos que hacer, desde la independencia, para defender los intereses de la economía, porque defender los intereses de la economía es defender los intereses del país. Si la economía va bien y somos capaces que esta riqueza que generamos entre todos, se distribuya adecuadamente, el país irá mejor.

Josep Santacreu. Imagen: Miquel Muñoz

¿La parte del equilibrio presupuestario, qué implica? ¿Habrá ajustes de gastos o se intentará generar más ingresos?
Las dos cosas. Por una parte, está previsto hacer un esfuerzo de mejora de ingresos optimizando los activos, los programas que venimos desarrollando, ampliarlos y también mirar que lo que hacemos tenga el margen adecuado y que sea sostenible. Eso sí que llevará a revisar algún programa que estamos desarrollando que no le vemos futuro porque no tiene bastante interés o porque no tiene la dinámica necesaria.

¿Prevé volver a los números verdes ya este año?
Espero que sí. Esta es nuestra obsesión. Creo que tenemos que volver a la normalidad, no gastar más de lo que tenemos, y a medio plazo nos gustaría volver a recuperar parte de las reservas que se han ido utilizando estos últimos años. Porque tener una Cambra fuerte económicamente es una garantía de independencia y de capacidad de hacer.

"Tenemos que volver a la normalidad y no gastar más de lo que tenemos, porque tener una Cambra fuerte económicamente es una garantía de independencia"

Ha dicho que se había incrementado mucho la estructura. ¿La reducirá?
Bien, la dimensión de una estructura siempre depende de lo que haremos y cómo lo haremos. Por lo tanto, más importante que la dimensión en sí es que cada parte de la estructura tenga sentido. Y lo que estamos haciendo es una mirada muy en detalle, con la colaboración de todos los equipos de la cámara, para ver con qué temas tenemos que estar y con qué temas no tenemos que estar. Y que los que estemos sean, además, o que son estratégicamente muy relevantes o que son sostenibles económicamente.

¿Ya han nombrado a su miembro en el Port de Barcelona?
Sí, el señor Ignasi Sayol, lo nombramos en el último pleno. Quizás la gente no es demasiado consciente de la penetración que la Cambra tiene en el tejido económico, social y cultural de la ciudad y del país. La Cambra está presente en unos 160 organismos diferentes, algunos de mucha importancia, como la Fira, Turisme, o el Consulat de Mar.

Hablando del Consolat de Mar, el Cònsol Major le ha enviado una carta porque dice que nadie le ha cesado. ¿Qué ha pasado?
Las personas somos como somos y a veces reaccionamos como reaccionamos. La realidad es que cuando hay un cambio de presidencia en la Cambra hay una serie de posiciones que automáticamente quedan, digamos, en paréntesis y el presidente tiene la potestad de nombrarlas. El presidente de la Cambra puede ser el presidente del Consolat de Mar de manera automática. En caso de que no quiera serlo, puede delegar en uno de los 20 miembros del consulado para que asuma el rol de Cònsol Major. Lo que he decidido en este momento es asumir personalmente la responsabilidad durante un tiempo para definir el futuro del Consolat de Mar, para que tenga un rol preponderante en la función de mediación y arbitraje –las cifras de mediaciones y arbitrajes de los últimos años no es que sean pocas, es que son ridículas. Después decidiremos qué hacemos y si nombramos o no un Cónsol Major. Al señor Domingo, que era el Cònsol Major en el anterior mandato, le comenté que yo asumiría la presidencia y lo comunicamos en el plenario. Eso es lo que hay.

Josep Santacreu durante la entrevista con ON ECONOMIA. Imagen: Miquel Muñoz

¿Cuáles son las principales necesidades actuales de las empresas catalanas?
Hay muchas necesidades, pero muchas se entiende que no corresponden a la cámara. ¿Ahora, qué podemos hacer nosotros? Insistir mucho en los temas que habitualmente hemos ayudado, como los servicios a empresas, formación, acceso a subvenciones, internacionalización, innovación. También tenemos que contribuir a hacer entender a las administraciones que necesitamos una manera de operar más ligera, una reducción de la burocracia, y exigir que cumplan los planes de inversiones, porque la infraestructura del país es crítica para muchos sectores. Podemos poner muchos ejemplos, imaginaos la importancia de un buen aeropuerto para el mundo turístico, o la importancia de un tren de mercancías. Esta función, la cámara la tiene que hacer de una manera muy activa y nos tenemos que convertir en el referente claro de las empresas y del mundo empresarial para todas estas cuestiones. Pero también, de una manera valiente, tenemos que colaborar con otros actores. La Cambra tiene un rol central, pero no es el único actor, y tenemos que apoyarnos en otras instituciones. Por suerte, somos un país rico en iniciativa social y tenemos muchas entidades del mundo asociativo en el ámbito empresarial y en el ámbito social.

Uno de los problemas de las empresas catalanas es ganar volumen. ¿Cómo puede contribuir la Cambra a combatirlo?
Obviamente, una economía más sostenible y más saneada pasa porque algunas empresas pequeñas se acaben convirtiendo en medianas y las medianas se acaben convirtiendo en grandes. Tenemos que acompañar las empresas en este proceso, pero también tenemos que recordar que el mundo público tiene que poner de su parte. Si miramos el número de empresas por empleado, sorprendentemente, con 49 empleados hay muchas más de las que tocaría. ¿Por qué? Porque si pasas de 50, los requerimientos son diferentes y hay mucha más burocracia. Entonces hay muchas empresas que se aguantan allí con 49. Este es un ejemplo de lo que no tendría que pasar. Tendríamos que incentivar que las empresas pasen a 50 y a 60 y a 70, no ponerles un freno. Sin embargo, no olvidemos que por más esfuerzo que hagamos, seguiremos siendo un país de empresa pequeña y mediana y la mayor parte de los puestos de trabajo están en estas empresas y tenemos que cuidarlas. Esta ha sido históricamente la gran función de la Cambra. Representamos al conjunto de empresas pero fundamentalmente servimos a los pequeños, esta es la realidad. De hecho, hay a quien dice, y es una buena manera de verlo, que las cámaras siempre han sido, históricamente, un elemento de redistribución hacia la pequeña y mediana empresa. Históricamente en la Cambra ha habido una presencia de empresas grandes, contribuyendo económicamente de manera importante y parte de este dinero se han destinado a servicios que van más hacia la pequeña y mediana empresa y hacia el autónomo más que a la gran empresa.

¿Cómo ven la revuelta de los campesinos y sus reivindicaciones?
Es un tema importante. El sector primario, en nuestro país, se tiene que repensar. Teniendo en cuenta la globalización y el cambio climático, creo que una de las grandes oportunidades de Catalunya es que tenga éxito repensando el modelo agrícola mediterráneo, que vive un cambio de ciclo climático. Y eso no será sencillo porque todos los cambios son difíciles, pero desde las cámaras seguro que tenemos que contribuir en esta tarea.

"El sector primario catalán se tiene que repensar, teniendo en cuenta la globalización y el cambio climático"

¿Catalunya necesita una nueva financiación?
Seguro, yo creo que estamos de acuerdo la mayor parte de la gente, de las entidades, instituciones...

Quizás tendría que preguntar si necesita un modelo que se cumpla.
Sí, bien, las dos cosas. Primero diríamos que haya transparencia y segundo que se cumpla, sobre todo en el tema de infraestructuras. El Ministerio de Transportes en estos momentos no está publicando la ejecución de infraestructuras. La realidad con Catalunya, desgraciadamente, es que año tras año se incumplen los presupuestos de infraestructuras. Ya iríamos bien, de momento, que cumplamos lo que se dice que se quiere hacer. Pero dicho esto, el modelo actual es claramente insuficiente. Catalunya necesita un modelo nuevo de financiación, yo creo que aquí hay un acuerdo muy amplio y a los partidos les corresponde encontrar cuál es este punto de consenso que permita sacar adelante este nuevo modelo, pero es obvio que en Catalunya hay como mínimo dos principios, el principio de ordinalidad y el principio de tener en cuenta el nivel de vida más alto en Catalunya que otras comunidades, que tienen que estar presentes en el modelo que se negocie.

¿Se tiene que aprovechar la influencia de los partidos catalanes en Madrid?
Sí, nosotros, y creo que alguna otra organización empresarial también, lo tenemos claro. Los partidos se tienen que sentar y buscar un nuevo modelo de financiación que evite la situación histórica que se ha ido acumulando de un déficit que va creciendo y que hace muy difícil que la economía a la larga pueda ir bien. Y aquí también yo haría un comentario, con una mirada global del Estado, porque no resolver la financiación en Catalunya, a la larga será malo para el conjunto de la economía española, también. Porque si uno de los territorios más dinámicos del Estado no tiene un desarrollo sostenible y adecuado, a la larga acabará afectando al resto del Estado. Y eso yo creo que la gente que tiene una mirada más larga, una mirada más abierta, en todo el Estado lo ve y creo que es un buen momento ahora para plantear esta discusión.

“No resolver la financiación de Catalunya será malo para el conjunto de la economía española”

¿Cuáles son las infraestructuras más urgentes que necesita Catalunya?
Hay una cuestión importante. Suele pasar que hay una mirada a veces táctica, muy a corto plazo, pensando en los periodos electorales, pero con los grandes temas se tiene que hacer una mirada a medio y largo plazo, de país. Y no hacerlo a tiempo, acaba pasando factura. Es lo que nos está pasando ahora con la sequía. ¿Cuántos años hace, cuántas décadas hace que sabemos que viene un cambio climático? No hemos puesto las medidas para reducir las emisiones y tenemos un nivel de generación de energía sin utilizar los combustibles fósiles ridícula. Saquemos los incentivos del uso del combustible fósil y pongámoslos de verdad para que las empresas y particulares, con apoyo público, inviertan en energías renovables de verdad. Nos tenemos que preparar para la sequía, porque probablemente iremos a peor, si es verdad lo que nos dicen los científicos. La semana pasada estaba en Madrid, en una reunión de las cámaras de España, y los presidentes de las cámaras de Canarias se hacen cruces de por qué en Catalunya tenemos este problema. Ellos tienen mucha menos agua que nosotros, pero como es un tema sabido, hace años que ya invirtieron en desaladoras y tienen agua. Eso se tiene que planificar, se tiene que hacer la inversión y hoy, todo eso no se puede hacer sin poner al lado la capacidad energética renovable. Porque requiere mucha energía y tiene que ser renovable. Eso es un ejemplo de que cuando estamos en el punto crítico es muy complicado encontrar una solución inmediata, pero si hubiéramos hecho la inversión a tiempo, evitaríamos este problema, y eso nos pasa con el tema energético, nos pasa con el tema del agua y de la sequía y nos pasa también con otras infraestructuras.

¿Habla del Aeropuerto de Barcelona, ahora?
Es evidente que necesitamos una nueva pista, con la solución técnica que digan los técnicos, pero es obvio que requerimos una ampliación del aeropuerto, igual que necesitamos resolver el tema de Rodalies, que es urgentísimo, vinculado a la problemática de la vivienda en centros urbanos. Igual que necesitamos alta velocidad a Valencia y el corredor Mediterráneo de mercancías. ¿Cómo puede ser que en el año 2024 todavía esté en el aire?

¿Está a favor que se incentive el retorno de las empresas catalanas que se marcharon en 2017?
Bien, yo estoy muy a favor de que vuelvan y que hagamos todos, a nosotros nos toca una parte, lo que tenemos que hacer. Según qué medidas pueden parecer muy bien intencionadas pero pueden ser contraproducentes. En una economía con libre circulación de capital, de talento, de personas y de ideas, tú no puedes poner puertas al campo. Lo que tenemos que hacer en Catalunya es ser capaces de crear la situación para que seamos el sitio donde las empresas quieren estar. Y si algunas se han ido, que les haga mucha ilusión volver. Entonces, tenemos que empezar preguntándonos por qué se han marchado y hablar con los que se han marchado para saber qué tenemos que hacer para que se creen las condiciones para que vuelvan.

"Tenemos que crear la situación para que las empresas quieren estar aquí. Y las que se han ido, que les haga mucha ilusión volver"

¿Cómo puede contribuir la Cambra?
Contribuiremos con una mirada ambiciosa, con voluntad de crear lo que podríamos denominar un entorno de excelencia, un entorno de alquimia. Aunque somos un país relativamente pobre desde un punto de vista de recursos naturales, pero estamos en una situación histórica y geográfica que podemos ser un centro de referencia en muchos ámbitos. Cuando ha pasado eso en los diferentes momentos de la historia y en diferentes lugares, es porque los mundos de la economía, la cultura, el conocimiento, el arte y la política se han fertilizado los unos con los otros, hay un trabajo conjunto, y esta es nuestra fortaleza, porque nosotros ni tenemos la dimensión geográfica, ni tenemos los recursos. Un buen ejemplo de nuestra generación son los Juegos Olímpicos de Barcelona, que fue un momento muy especial para nuestro país, se produjo todo eso.

Habla de entorno pero no habla ni de fiscalidad ni de seguridad jurídica, que es a menudo en el que inciden muchas empresas.
Obviamente, estos son parte de los temas que están en el fondo. Pero no solo estos. Insisto: en un mundo en lo que la facilidad para moverse de una ciudad a otra es enorme, tenemos que ser capaces de atraer a quien nos interesa. Eso pasa por crear un entorno entre todos que permitan hacer grandes cosas, y nosotros lo sabemos hacer, lo hemos demostrado. ¿Por qué tenemos la Copa América de vela? Muchas ciudades del mundo querrían tenerla. Porque ha habido la capacidad de colaboración entre un sector privado, dinámico, discreto, con el sector público y se ha hecho una propuesta ganadora y está aquí. La Fira es otro gran ejemplo de colaboración público-privada de nuestro país. Es un éxito. En este tema estamos por delante de Madrid. Mi colega de Madrid nos tiene envidia, conoce las cifras perfectamente y Barcelona lo está haciendo mejor que Madrid, que tiene todo el apoyo de la capitalidad. Tenemos muchos aspectos positivos. El turismo, por ejemplo, las start-ups, biotecnología, etc. Ahora nos lo tenemos que acabar de creer.

¿La amnistía puede ayudar a que se acabe de normalizar la situación?
Lo que decimos es que ojalá la política se haga en el entorno político y no en los juzgados. Yo creo que todos estamos para que estas situaciones se normalicen.