Kike Sarasola (Madrid, 1963) —y no Enrique, porque es “medio vasco y así lo escriben”—, es fundador y presidente de Room Mate. La cadena hotelera ha anunciado la intención de abrir 13 nuevos hoteles en año y medio, y acaba de aterrizar en el mercado del lujo bajo la marca Room Mate Collection. Actualmente, cuenta con 22 establecimientos repartidos en cinco países, aunque más de la mitad (12) están ubicados en España. Le sigue Italia, donde ya alcanzan los 6 hoteles y se han propuesto abrir en este tiempo “5 o 6 más”.

El exjinete, de hecho, vive a caballo entre España e Italia y ya empieza a dominar el idioma. “Paso mucho tiempo allí, la mitad del año. Es una maravilla estar entre los dos mejores países del mundo”. Aunque le preocupa la masificación turística que se empieza a vivir aquí, sobre todo en verano y en determinadas ciudades. Sarasola considera que en España se necesita un plan dialogado con el sector para acabar con la turismofobia, las denuncias de vecinos en Las Ramblas apabullados por los turistas, y la guerra que hay declarada contra los apartamentos turísticos. Pide una hoja de ruta clara y acabar con las prohibiciones.

¿Qué busca Room Mate con la nueva marca?
El cliente de Room Mate es un cliente que empezó con nosotros con 25-30 años y ahora ha evolucionado, tiene 45-50 y poder adquisitivo, así que quiere otro tipo de servicios. Por ejemplo, que le puedan conseguir dos entradas de fútbol o una reserva en un restaurante maravilloso. Creemos que había un nicho de mercado entre las 4 y 5 estrellas y ahí es donde nos hemos colocado y queremos posicionar a Room Mate Collection, en un lujo tranquilo y diferente, no ostentoso.

La compañía acaba de presentar sus primeros beneficios tras la pandemia y el concurso de acreedores. ¿Qué ha cambiado en estos casi dos años?
Han sido unos años horrorosos, durísimos. Pero ahora estamos remontando, los nuevos inversores (el fondo estadounidense Angelo Gordon y la cadena Westmond) están felices con nosotros, y nosotros con ellos. Tienen la misma filosofía de cómo tiene que llevarse una empresa, así que estamos creciendo enormemente y con unos procesos de expansión brutales.

"Nunca supimos por qué nos quedamos sin dinero de la SEPI, yo tengo mi teoría"

Room Mate quiebra tras quedarse sin ayudas públicas, ¿no se les consideró una empresa estratégica?
Éramos una empresa estratégica y nos pusieron como ejemplo en la pandemia. Hicimos todos los procesos para conseguir el dinero de la SEPI y cuando estábamos ya cerrando los flecos, cambiaron de opinión y ya todo eran problemas, de manera que no nos lo dieron. Nunca supimos cuál fue la razón, cada uno puede tener las teorías conspiranoicas que quiera y yo soy uno de ellos.

¿Fue por su cercanía a la presidenta de la Comunidad de Madrid?
Yo no la conocía, pero se han dicho tantas cosas… Procuro que mis hoteles no sean políticos, yo vendo camas y con tal de que usted me pague me da igual quién sea. Alquilé un apartamento a una persona que no conocía, y ya me tacharon de que yo era de Ayuso. Que el tema político haya influido en rescatar o no una compañía y que casi más de la mitad del dinero para rescatar empresas se devolviera a Europa, deja mucho que desear. Se ha hecho una gestión nefasta.

¿Cómo es su relación actual con Sandra Ortega, que llegó a ser su primer accionista, y ahora debe enfrentar a la banca por la quiebra de la hotelera?
Le deseo lo mejor del mundo.

Entrevista a Kike Sarasola / Foto: Pablo Blázquez

¿Cómo ha conseguido Room Mate pasar el bache, por la recuperación turística o cambiando la gestión?
Es una mezcla de todo, el sector se está recuperando y tira muchísimo, pero no solamente es el boom turístico, sino que lo hacemos bien. Y nunca dejamos de hacerlo, nosotros tuvimos esta situación porque no recibimos ayudas públicas. El Covid nos cerró los hoteles y mi exsocia tuvo unos problemas personales en su oficina que nos afectaron colateralmente, pero quitando eso, el mismo modelo que teníamos antes lo aplicamos ahora. Este año, por cierto, esperamos llegar a los 150 millones de facturación, un 40% más que en 2023.

Y en este contexto han lanzado la marca de lujo Room Mate Collection, ¿cuántos hoteles caben en esta cartera?
Hemos crecido con una sola marca, pero teníamos dos tipos de hoteles. Algunos destacaban y había diferencia en precios, eran de mejor categoría y son los que vamos a meter en la cartera de Collection. Ya hemos incluido al Giulia, en Milán y al Hotel Gerard, en Barcelona, pero vamos a incluir casi el 50% de los nuevos hoteles.

¿Qué está pasando con los hoteles de lujo en España?
En España no había hoteles de cinco estrellas, y están llegando ahora porque hay nicho. En Italia es al revés, hay mucho cinco estrellas, pero los de tres y cuatro dejan mucho que desear. Por eso estamos creciendo tanto allí.

¿También van a crecer en Barcelona?
Barcelona tenía muchos y muy buenos hoteles de lujo, llegaron antes que a Madrid, que tenía solo tres. En ese sentido, adelantó a Madrid. Pero luego hubo una mala gestión del turismo y del desarrollo de la ciudad, mientras que en Madrid se ha hecho muy bien y ahí se notan los resultados.

Entrevista a Kike Sarasola / Foto: Pablo Blázquez

¿Por qué hubo una mala gestión?
Porque se necesitan buenos gestores y menos políticos. Hay que pensar a largo plazo y no lo estamos haciendo, no estamos hablando de la turismofobia ni de la sobredimensión del turismo que hay en algunas ciudades. No pueden llegar 45.000 personas entre autobuses y cruceros el mismo día a Barcelona y que todo el mundo vaya a Las Ramblas, así no se puede vivir. Se presume de que vamos a llegar a 100 millones de turistas y yo estoy horrorizado, porque no hemos preparado al país para recibirlos. Al final va a repercutir en que haya prohibiciones y nos enfrentemos, cuando nos tendríamos que haber sentado hace mucho tiempo y hacer una hoja de ruta sobre a dónde queremos ir con nuestras ciudades, como se ha hecho en París o Las Vegas… Hay que preguntarse ¿queremos ser Venecia o queremos ser Milán? Y trabajar sobre ello.

¿Cree que vamos a morir de éxito?
Sí, vamos a morir de éxito y como siempre en España, cuando estemos ya agonizando, intentaremos buscar soluciones en vez de sentarnos a hablar antes de enfermar. Igual que la emergencia por la sequía, pero si ya sabemos que hay sequía, ¿por qué no han preparado más la situación? Con desalinizadoras, por ejemplo. Pero no, han tenido que imponer límites al consumo de agua, lo de siempre. Lo mismo ocurre con los apartamentos turísticos y el precio de la vivienda. Lo llevamos oyendo desde hace cuatro años y no se ha hecho nada. El centro de las ciudades va a ser para lo que están, para los turistas. Y en Gran Vía no se podrá vivir nunca porque está dedicado ahora a los negocios, a la cultura y a los teatros. Debemos tener un plan, con vivienda social y ayudas. Ningún gobierno ha hecho unas líneas maestras de hacia dónde queremos ir. Lo hubo en Barcelona de cara a Barcelona`92, cuando estaba al frente Marian Muro, que para mí es la gran gurú del turismo en las ciudades, hizo un plan de donde querían poner a Barcelona y tiene que haber gente como ella.

¿Cuál es la solución?
No sé cuál es la solución, por eso hay que sentarse a hablar del tema. No se puede decir que este año vamos a llegar a los 100 millones de visitantes, pero también que vamos a parar los apartamentos turísticos. Yo estoy en contra de la prohibición, me gusta más regular, y regular con cabeza. Y aquí no hay ninguna figura o asociación que esté haciendo los deberes bien. Es una pena.

Dentro de España, ¿hay alguna región donde se estén haciendo las cosas bien?
Sí, en Málaga. Tiene un alcalde fantástico que ha hecho las cosas muy bien, ha tenido una visión de futuro a diez años y para mí es un ejemplo a seguir.

Volviendo a Room Mate, han anunciado 13 aperturas, ¿dónde?
Por toda Europa, aunque Italia va a ser nuestro gran foco. Estamos estudiando incluso si podemos comprar una cadena o asociarnos, estamos abiertos a todo porque mis inversores americanos pueden comprar, alquilar o gestionar. Ya hemos abierto en Londres y Venecia, reformado un segundo hotel en Roma, y estamos estudiando operaciones en Nápoles y Sicilia.

¿Habrá hueco para Catalunya?
Siempre. Me encantaría crecer en Catalunya, soy fan de la Costa Brava y de Barcelona. Puedo decir que soy el madrileño que más defiende Barcelona porque me vuelve loco.