La trayectoria de Miguel Ángel Fernández Ordóñez (Madrid, 1943), siempre estará asociada a la Gran Recesión, la mayor crisis financiera de las últimas décadas, que aquí le tocó gestionar como gobernador del Banco de España, y que se llevó por delante a las cajas de ahorros. Durante su mandato (2006-2012) el sistema financiero español se vio severamente afectado debido a la concentración de riesgos de la banca, y especialmente, de las cajas, en el sector inmobiliario. Su papel en la supervisión y salida a bolsa de Bankia fue objeto de duras críticas.
Economista y funcionario de carrera, y siempre vinculado al ala más liberal del socialismo, es un acérrimo defensor del mercado y de la libre competencia. Fue secretario de Estado de Hacienda del recién fallecido vicepresidente Pedro Solbes, así como presidente del Tribunal de Defensa de la Competencia y de la Comisión del Sistema Eléctrico Nacional (antecedente de la actual Comisión Nacional de Energía).
En los medios de comunicación de España es referido por su acrónimo MAFO, debido a que es mucho más corto para titular, aunque a Fernández Ordóñez no le gusta su uso. Recientemente ha estado en Vic (Barcelona) en un debate organizado por la Cambra de Comerç de Barcelona sobre el euro digital. Aunque lleva una década jubilado, “cuando me levanto por las mañanas, mi mujer me dice ‘nunca has trabajado tanto en tu vida’”.
¿A qué se dedica últimamente, que trabaja tanto?
Pues fundamentalmente a la reforma del dinero y la banca. Cuando dejé el Banco de España, hace ya once años, con edad de jubilarme, decidí estudiar, porque cuando me cayó la crisis y me tocó gestionarla, vi que había una serie de gente que estaba interesada en esto que entonces se llamaba sovereign money (dinero soberano). El dinero que tenemos, el que utilizamos, es privado y creado por los bancos, es dinero bancario. Es un dinero frágil porque funciona bien si las inversiones están bien hechas y tienes liquidez, pero si no es así, casca y es lo que lleva a las crisis. ¿Cómo resolver esta fragilidad? Con dinero público. Si el dinero es público, si es del Banco Central, por definición no existe el problema de que 100 euros dejen de ser 100 euros. Un depósito bancario no es dinero, es una promesa de que te devolveré el dinero.
Pues llevamos con este sistema años y crisis
Si algo va mal, bien por solvencia o bien por liquidez -puesto que los bancos a veces aun siendo solventes no tienen capacidad de vender y convertir en dinero las inversiones y, por tanto, no tienen liquidez- luego llegan los pánicos bancarios. Lo tenemos muy reciente, en marzo, con Silicon Valley: las empresas van a por dinero y de repente les dicen que no. Si tú en vez de tener ese dinero como depósito, lo tiene en el Banco Central, lo sacas y no ocurre nada. Así es como funciona el dinero físico. Si el dinero es emitido por el Banco Central, como moneda digital, que es lo que se conoce como CBDC (central bank digital currency), como el futuro euro digital, el dinero es del Banco Central. Lo bueno de la iniciativa de que 100 bancos centrales quieran emitir monedas digitales es que el dinero digital -que ahora ya existe, se llama reserva, y que los bancos utilizan para pagarse entre ellos- va a ser accesible a todos los ciudadanos y empresas.
¿Cómo va a afectar el euro digital al ciudadano corriente? ¿En qué le va a beneficiar?
Vamos a poder tener todos, igual que ahora ocurre con el dinero físico, euros emitidos por el BCE. Los ciudadanos y las empresas podrán ver que pueden tener el dinero en un sitio seguro. Esas empresas de Silicon Valley que han visto que si lo tienes en el banco de repente te puedes quedar sin él y todo el Tesoro americano, la Reserva Federal, se tienen que poner de acuerdo para ayudarte… Si tú tienes un CBDC, un euro o un dólar digitales, tú sabes que tienes el dinero para pagar a otro y que nadie te va a decir que esto falla. Eso es una ventaja enorme: se han acabado las crisis bancarias. Seguirán las crisis financieras hasta el final de la humanidad, porque si tú arriesgas dando crédito o invirtiendo, si sale mal o hay una crisis lo pagas, pero no contamina el sistema de pagos.
Si los bancos pagan los depósitos, algo buenísimo para los clientes, le quitas a la cuenta de resultados lo que están ganando, y luego tenemos un problema. Los bancos no pueden perder dinero
Quiere decir que no serán sistémicas
El problema de los bancos es que, como las crisis son de pagos, se colapsa el sistema de pagos. En las otras crisis hay mucha gente que sufre, sí, como cuando cayó la Bolsa en 1987. Yo recuerdo un 25%. Imagínate que tienes 100.000 y de repente tienes 75.000. Ha perdido Pepito, el inversor, pero el obrero de la construcción no sabe nada. Como el banco mezcla el riesgo con el pago, el riesgo que asume al hacer hipotecas o lo que sea, lo traslada a los pagos. Pero si tú lo has separado y has dicho que el dinero es público, como el físico, y que lo único que debe hacer la banca es dar servicios de pago, ya está, se acabó: la confianza, el valor facial, lo proporciona el Banco Central. Las decisiones de inversión no las toma un Banco Central con el dinero de los clientes y a mí eso me parece fascinante. Me parece que va a ser la gran reforma del siglo XXI. Yo he hecho muchas reformas de liberalización, pero ha habido dos en los últimos 30 años espectaculares. Una es la de introducción del sistema de mercado en China -ese país ha cambiado radicalmente, ha pasado del hambre y la pobreza a tenerlo todo- y la segunda es la de las telecomunicaciones. Gracias a ella tenemos smartphones, tenemos WhatsApp… Impensable. Y la que comento ahora de la liberalización de los pagos y del crédito, ¡afecta a todo! Se van a inventar cosas que hoy no se nos ocurren. Lo mejor de la competencia no es que bajen los precios, sino la innovación: que pones a empresarios a pensar cosas que no existían antes.
¿Entonces con un euro digital, la crisis que usted vivió como gobernador del Banco de España…?
Cero. Porque el dinero es seguro, no necesitas ni el fondo de garantías de depósitos.
¿Por qué los bancos no están remunerando los depósitos?
Porque si los bancos pagan, algo que es buenísimo para los clientes y los consumidores, le quitas a la cuenta de resultados de la banca lo que están ganando y luego tenemos un problema. Como país, no puedes permitirte el lujo de que los bancos pierdan dinero. En cualquier sistema, lo normal es que, si una empresa pierde dinero, cierra y se va, se quedan las buenas. Un banco no se lo puede permitir. Mire, la banca es el sector más regulado e intervenido de la economía, ríase de la agricultura. Los depósitos bancarios tienen riesgos que pueden dañar enormemente la economía.
Volvería a hacer lo que hice durante la crisis. La alternativa hubiera sido una crisis monstruosa con unos daños monstruosos. No conozco ningún país que no haya salvado a sus bancos
¿Cree que goza de buena salud el sistema bancario español?
Igual que en el resto de Europa, no lo veo ni peor ni mejor. Se han aplicado las normas que había que aplicar para reducir el riesgo. Fíjese en Suiza, el país de los mejores bancos, pues han tenido que salvar al segundo mejor. Siempre se mezclan varias razones: que si los banqueros son muy malos, que los supervisores no supervisan bien, que los reguladores... A mí me llevó a estudiar este tema una frase de Kotlikoff, economista de Harvard, que dijo, a propósito de lo que sucedió allí: “cuando todos los banqueros de todos los países, todos los reguladores de todos los países, todos los supervisores de todos los países, todos los fondos, se han equivocado, ¿no será que el sistema está mal?” Si hubiera pasado solo en España... Pero en Estados Unidos tuvieron que meter 700.000 millones de dólares, que luego recuperaron. Pero es que el segundo banco alemán cayó, el Royal Bank of Scotland, el Lloyds, primero y tercero respectivamente de R. U., cayeron... Aquí felizmente se salvaron las cajas y se salvó a los bancos, obviamente. Porque si tú dejas quebrar a una caja, inmediatamente…
Ya que saca usted el tema, lo pasamos bastante mal con alguna caja…
Sí, por supuesto, estuvo la más grande, Bankia…
¿Haría hoy las cosas de manera distinta?
No y por una razón: mientras tú tengas este sistema… Mire, España tuvo que meter 67.000 millones de dólares. ¿Lo volvería a hacer? Sí, porque mientras yo tenga este sistema, ¿cuál es la alternativa? La alternativa es tener unas crisis monstruosas que hubieran hecho un daño monstruoso, con lo cual ningún país se permitió el lujo de hacer eso. Islandia hizo alguna cosa, si se acuerda, pero nadie más. No conozco ningún país que no haya salvado a sus bancos, ninguno.
¿Qué le parece el impuesto a la banca?
Bueno… Si mañana los Bancos Centrales y los Estados retiraran las ayudas y los privilegios a los bancos no es que van a ganar poco, es que no ganarían nada. Todo lo que gana la banca está en función de una estructura que tú tienes para sujetarla. Entonces, bueno, puedes poner el impuesto, pero también se podría remunerar menos las reservas. La remuneración ahora de las reservas de los bancos europeos en el Banco Central Europeo es un flujo de dinero inmenso. A su lado, el impuesto a la banca es de risa. Lo que hay que hacer es reflexionar y cambiar el sistema, de tal forma que las empresas sean liberalizadas y entonces, si ganan dinero, como Zara o quien sea, es porque lo están haciendo razonablemente bien, pero no porque el Estado le esté dando dinero.
¿Pedro Sánchez? Ha hecho bien cuidar a la gente en un momento de crisis tremendo. No me gusta la ley de la vivienda, funciona mejor si lo basamos en el mercado
Usted ha ocupado cargos de relevancia en varios gobiernos socialistas. A las puertas de unas elecciones generales, ¿cómo ve la situación de la economía española y las medidas que ha ido tomando el Gobierno de coalición presidido por Pedro Sánchez?
Como en todo, ha hecho cosas que están bien y cosas que a mí no me gustan. ¿Qué ha hecho bien? Pues cuidar en un momento tremendo que hemos pasado, con el covid, preocuparse por la gente que lo pasa mal. Es verdad que las buenas intenciones pueden hacer malas políticas, pero lo primero es tener buenas intenciones. En caso contrario, hubiéramos tenido seguramente un país menos pacificado que el que tenemos. Toda la conexión con Europa se ha llevado muy bien, ha sido un éxito tener a Nadia Calviño, con una experiencia enorme allá. La sintonía con Europa no la tenía el Gobierno anterior, con Guindos pidiendo el rescate como loco. ¿Cosas que no me gustan? Pues la ley de vivienda, por ejemplo. No me gusta porque yo creo que el mercado del alquiler funciona mucho mejor si lo basamos de alguna forma en el mercado. Eso de regular los precios, el intervencionismo, como lo de los supermercados del Estado que dicen los socios de Pedro Sánchez, no me va. Hay que cuidar las desigualdades, es clave, pero hay que cuidar el mercado. La divisa de 1953 del Partido Socialdemócrata Alemán me parece perfecta: todo el mercado que sea posible y tanto Estado como sea necesario. Pero esta ola, que no solo ocurre en España, de desglobalización y de cargarse el mercado porque se ha equivocado… No, no. El mercado es bueno, lo equivocado es que no se han aplicado políticas para evitar desigualdades o luchar contra el cambio climático, porque el mercado no lo resuelve todo. Pero no te cargues el mercado.
¿Cree que el mercado está funcionando con la vivienda?
Pero eso es por la política monetaria. En este sistema, prácticamente lo único que se puede financiar bien es el sistema inmobiliario. Los bancos no pueden emitir en algo importantísimo para España, como capital en startups, no se puede. Tenemos un sistema que está subsidiando al sector inmobiliario. Hay gente que cree que es bueno, pero cuando piensas en un joven que quiere tener una hipoteca… El sistema también está financiando a especuladores. Lo bueno de cambiar a un sistema liberalizado en servicios con dinero público es que veríamos inversión en equity, en capital, que es ahora lo que necesitamos. La gente con muchos recursos está invirtiendo en start-ups, y eso no lo puede hacer nadie más, porque la mayor parte del dinero que coge la banca lo dedica al sector inmobiliario. Si tú dejaras a la gente elegir, si le dejas dinero, yo creo que muchos harían inversiones en renovables, por ejemplo. Y todo esto está relacionado con el sistema del dinero y de la banca, vuelvo al principio.