El Port Olímpic es una de las infraestructuras nacidas a raíz de los Juegos Olímpicos de 1992. En tres décadas, las necesidades de la ciudad han cambiado y han implicado una reformulación de sus usos para dar respuesta a las demandas actuales tanto de los barceloneses como de la ciudad. Olga Cerezo (Madrid, 1966), directora del Port Olímpic de Barcelona, nos explica estas actualizaciones y redefiniciones de la infraestructura para transformarla en un espacio conectado a las calles y a las playas que la rodean. La accesibilidad, la sostenibilidad, la economía azul y la democratización de la náutica, más allá del nuevo centro gastronómico, son la punta de lanza de esta remodelación y está previsto que este nuevo espacio ocupe más de 20.000 metros cuadrados de superficie.
Después de tres décadas se ha llevado a cabo la remodelación del Port Olímpic de Barcelona. ¿Cuál es el motivo?
Barcelona de Servicios Municipales (B:SM), que es la empresa que gestiona el Port Olímpic, cogió la responsabilidad de la gestión el año 2020. El paso del tiempo y la proximidad al mar han hecho que la infraestructura se haya ido degradando con más rapidez que otros lugares. Además, recibió los efectos del temporal Glòria y alguna tormenta más que afectaron tanto la infraestructura como los barcos. Por este motivo, el Port Olímpic necesitaba una transformación profunda, pero en dos niveles. Uno es lo que ve la ciudadanía, lo que es más visible para el público, que es la transformación de la infraestructura. El otro, que no es tan visible, se empieza a percibir, que es en los usos.
Falta poco para que acabe la remodelación total de la infraestructura. Sin embargo, ¿qué queda para hacer?
Un 65% de la infraestructura ya está remodelada. La parte del Muelle de Mistral, el Muelle de Gregal y el balcón gastronómico, el dique de seguridad y otros equipamientos ya están listos y son las obras más visibles. Ahora nos falta abordar la transformación de los pantalanes. Desde su modernización y renovación hasta hacerlos flotantes para poder abordar también el cambio climático. Paralelamente, también nos falta la urbanización definitiva y el Muelle de Marina.
¿Qué inversión se ha hecho en total?
El global de la inversión cuando todo se haya ejecutado será de unos 100 millones de euros.
¿Qué esperáis con esta transformación?
Cuando definimos los ejes teníamos muy claro que queríamos que fuera un espacio público donde todos los barceloneses vinieran a disfrutar, ya que consideramos que es un sitio inigualable y es una lástima que la gente no lo aproveche. Además, queríamos que viniera gente a trabajar, por eso hemos dedicado 5.000 metros cuadrados, divididos en 50 locales, para que empresas de economía azul se instalen. Además, para acercarlo a la ciudadanía hemos potenciado nuestra cultura mediterránea a través del balcón gastronómico. Para seleccionar las empresas publicamos una serie de bases que tenían que cumplir. Desde compañías dedicadas a las actividades y servicios náuticos hasta compañías de innovación, tecnología o economía circular. Cualquier negocio que tuviera que ver con el mar era bienvenido a participar. Lo que era complicado era acoger sectores muy tradicionales como la pesca, los grandes cruceros o el transporte de mercancías porque el espacio es reducido, pero el abanico era muy amplio.
¿Qué es y qué acabará siendo este balcón gastronómico?
Queríamos ofrecer una oferta gastronómica de calidad, diversa y para todo tipo de públicos. En este caso hicimos una licitación pública y en esta zona, actualmente, hay propuestas de tickets bajos, medios y altos. El objetivo era ofrecer mucha variedad y productos de proximidad. De todos los restaurantes, ahora ya tenemos el 80% adjudicado. Tenemos seis locales abiertos y tres tiendas gastronómicas. Dentro de un mes, aproximadamente, publicaremos una nueva oferta para los 3 locales restantes y esperamos llenarlos cuanto antes mejor.
¿La idea es que el próximo año ya esté todo adjudicado?
Sí, la finalidad es que todo esté lleno en unas semanas. Estos días, coincidiendo con las regatas de la Copa América de vela, el público está descubriendo el espacio, tiene muy buena acogida y se está valorando tanto la zona como la oferta y esperamos que después de la competición se mantenga esta tendencia.
Ha hablado de empresas de economía azul. ¿Cómo las definiría?
Son aquellas empresas que se dedican o tienen relación con el mar, los ríos y el agua en general. Además, con una característica de sostenibilidad.
La sostenibilidad es otro punto a tener en cuenta en esta remodelación. ¿Cómo la habéis incorporado?
La sostenibilidad para nosotros, igual que el espacio público, son dos ejes transversales. Cada vez que hemos ejecutado un proyecto hemos tenido en cuenta cómo podíamos hacerlo para hacerlo más accesible, agradable y sostenible. El Port Olímpic ha sido reconocido como un puerto de referencia de sostenibilidad en el Mediterráneo y tenemos varias iniciativas que hemos llevado a cabo. Desde las grandes pérgolas fotovoltaicas que producen energía verde hasta el modelo de comunidad de consumo compartido. Además, proveemos de energía verde varias divisiones de B:SM que están a una distancia de menos de dos kilómetros, como puede ser el zoo, algunos de los parkings públicos o el cementerio del Poblenou. Con estas incorporaciones ahora nuestro consumo es más verde. Como también queremos ser un referente en la náutica sostenible, hemos colocado dos cargadores ultrarrápidos para las embarcaciones eléctricas.
También hay un proyecto para la regeneración del fondo marino. ¿Cómo lo haréis?
El nuevo Port Olímpic hará uso del agua del mar para refrigerar el sistema de climatización del Muelle de Mistral. Será un modelo circular, porque esta instalación evita la utilización de productos químicos. De hecho, también estamos incentivando la regeneración del fondo marino para poder recuperar toda la diversidad marina tanto de plantas como de peces que existían hace unos años. A través de la instalación de biotopos submarinos y la naturalización de parte de los bloques de hormigón se podrá mejorar la calidad del agua y favorecer así la proliferación de especies marinas. Todo eso lo queremos hacer a través de vídeos para acercarnos a los más pequeños. Queremos hacer un trabajo de pedagogía y también poner el foco en el cambio climático.
¿Qué medidas habéis tomado ante el cambio climático?
Hemos abordado la remodelación del dique de Recer porque cada vez que hay tormentas quedaba estropeado. Colocamos 2.000 bloques de hormigón en los diques sumergidos para aumentar la seguridad y que las olas se rompieran antes de llegar al dique del puerto. Por otra parte, también haremos la remodelación de los pantalanes, con pantalanes flotantes, para poder abordar el cambio climático.
Para acercar el Puerto y sus actividades también habéis remodelado el centro municipal de Vela. ¿Cuál es la finalidad?
Estamos muy contentos de que el centro municipal de Vela esté en el Port Olímpic porque es donde se crea la semilla de lo que es la práctica y los deportes náuticos. Para muchos niños y adolescentes es un hobby, pero para muchos otros acaba siendo su profesión. Cada año pasan entre 18.000 y 20.000 jóvenes por el centro, bien de manera fija o bien con sus escuelas haciendo determinadas actividades deportivas. Además, el espacio es un edificio emblemático del arquitecto Oriol Bohigas y estamos orgullosos de que esté en el Port Olímpic.
Y la parte de la navegación. ¿Cómo lo acercáis a la ciudadanía?
Hemos potenciado el eje náutico porque somos un puerto con unas características especiales. Somos un puerto deportivo, pero también de náutica popular, porque no solo hay barcos pequeños, sino que también tenemos muchas empresas y diferentes propuestas para disfrutar de la náutica. No hay que tener una embarcación en propiedad para poder salir. Existe la opción de abonar una cuota y salir a navegar sin la necesidad u obligación de tener un barco.
¿Cómo se imagina el Port Olímpic cuando esté todo culminado?
Me lo imagino como empieza a ser ahora, un espacio donde poder llevar a cabo conciertos, actividades para los niños y teatro. Un espacio familiar donde se pueda pasar un buen rato, disfrutando de los espacios y de la restauración. Queremos que los barceloneses se hagan suyo este espacio. Creo que todavía hay que dar a conocer un poco más toda esta transformación, pero esperamos que sea un espacio más de la ciudad y que los barceloneses se sientan orgullosos de él.