Después de una dilatada carrera política, en la que fue alcalde de Terrassa y primer secretario del PSC, Pere Navarro (1959) fue nombrado en 2018 delegado especial del Estado en el Consorcio de la Zona Franca de Barcelona, la institución que se ocupa de la gestión del polígono industrial y de la Zona Franca, pero que también impulsa proyectos para potenciar la emprendeduría y la economía. En plena pandemia, el consorcio creó los salones BNEW y BWAW y levantó el DFactory, el hub de la industria 4.0, que crecerá.
Ya hace unas semanas, pero es la mejor noticia que hemos tenido en el polígono de la Zona Franca en los últimos años, que es la llegada de Chery para ocupar la antigua fábrica Nissan. ¿Qué valoración hace?
Es muy positiva. De todos modos, la mejor noticia es cuando adjudicamos el concurso de la parcela, que son 518.000 metros cuadrados, a una alianza entre un socio immologístico, con una logística moderna, de calidad, de última milla especialmente, pero también muy tecnológica, que produce muchos puestos de trabajo enganchados en el territorio, con un socio industrial para fabricar vehículos eléctricos. Este socio industrial finalmente se ha puesto de acuerdo con Chery para fabricar nuevos modelos. Esto es una nueva vida para un sitio tan emblemático y tan estratégico, y también con muchos puestos de trabajo que se pueden recuperar de los que desaparecieron con el cierre de Nissan. Muy satisfecho.
Habla del equilibrio entre logística e industria. Cuando se hizo el concurso, precisamente, hubo un debate de si tenía que ser más logístico o más industrial. Parecía que el repunte en aquel momento era del logístico, pero ahora, con la llegada de Chery, ¿hay un repunte de la industria o es solo un caso aislado?
En nuestro polígono industrial, el de la Zona Franca, hay una presencia muy importate de la industria que queremos que continúe, y también hay una presencia interesante de la logística, de esta logística que le comentaba. Y queremos continuar con este mix, pero la prioridad es la industria. Es la que crea riqueza y valor añadido. De hecho, durante la pandemia lo hemos visto muy claramente. Habíamos delegado mucho la fabricación de productos, muchas veces productos esenciales, a otros países, especialmente China, pero no solo. En un momento de necesidad, esta fabricación se producía muy lejos de nuestra casa. Entonces entendimos que se tiene que fabricar más, mejor y más cerca. Por eso nosotros desarrollamos el DFactory, que es un edificio dedicado a la industria 4.0, porque desde muy pronto entendimos que teníamos que reindustrializar, no solo el polígono, sino también contribuir a reindustrializar el país.
¿A raíz de la llegada de Chery, se puede esperar que lleguen más fabricantes chinos? ¿Notan interés?
Lo que sabemos es que hay mucho interés por parte de fabricantes chinos en ubicarse en Europa. Y es evidente que el ámbito metropolitano de Barcelona es uno de los mejores sitios de Europa desde el punto de vista del entorno, del talento, de la formación, de la presencia de muchas empresas, muchas tecnológicas, ya no le diré aquello del clima y la gastronomía, estas cosas que siempre se dicen, pero también cuentan, porque al final hay personas que trabajan en estas empresas y que quieren vivir con comodidad, en un lugar donde la calidad de vida sea destacable. Por lo tanto, hay interés por parte de empresas chinas por ubicarse en Europa y especialmente en el ámbito metropolitano de Barcelona.
Ha mencionado el DFactory. ¿Está teniendo buena acogida entre las empresas?
Sí. La verdad es que el Consorcio de la Zona Franca de Barcelona hemos vuelto un poco a los orígenes. Hace 70 años se instaló allí la Seat y Motor Ibérica, que después fue la Nissan, y en aquel momento fabricar 600 era algo innovador, que ocupaba muchos puestos de trabajo y que contribuía de una manera muy importante a la economía del país. 70 años después, la fabricación de vehículos eléctricos, todo lo que hace referencia a la industria 4.0, es lo que nos marca un camino, no solo de futuro, sino también de presente. Y estamos hablando de la sensòrica, de la robótica, de inteligencia artificial, internet de las cosas, impresión 3D, ciberseguridad, blockchain, todo este tipo de tecnologías. Desde el Consorcio hicimos una apuesta muy clara: tenemos que construir un edificio que sea arquitectónicamente singular, pero que además represente el núcleo, el centro, la imagen de esta industria 4.0. Y lo pusimos en marcha en otoño del 2021.
"Con la pandemia aprendimos que se tenía que fabricar más, mejor y más cerca"
En plena pandemia.
Empezamos en diciembre de 2019 y en otoño de 2021 lo pusimos en marcha sin inaugurar. A veces hay edificios que se inauguran 3 o 4 veces pero después no pasa nada. Nosotros funcionamos al revés. Empiezan a pasar cosas ya inmediatamente después de la construcción del edificio. Son 17.000 metros cuadrados y tenemos más de 30 empresas relacionadas con la tecnología que le he comentado antes. Pero lo mejor del edificio no es la arquitectura, que también, sino la capacidad que estamos generando de que las empresas que están ubicadas allí colaboren entre ellas y hagan proyectos conjuntos, cosa que no pasaría si estuviera cada uno en su sede. Por lo tanto, en el DFactory hay comodidad desde el punto de vista arquitectónico y también oportunidades desde el punto de vista de generación de negocio.
Está prevista la ampliación, la fase 2. ¿Cómo está el proyecto?
El DFactory es un sueño, pero un sueño que ya tiene una primera parte física, que está funcionando muy bien y atrae empresas, todas industriales, dedicadas a la industria 4.0. Estamos en más del 80% de ocupación y, por lo tanto, necesitamos ya más metros para poder poner a disposición de estas empresas. Muchas de ellas están creciendo de una manera extraordinaria. Delante del DFactory hay otros espacios, que en total serán aproximadamente 100.000 metros cuadrados de techo dedicados a la industria 4.0. Lo que queremos es que eso sea un gran centro de referencia internacional de esta industria 4.0, de manera que las empresas que ya están ubicadas aquí se queden aquí, pero además sea un polo de atracción internacional. De hecho, ya tenemos multinacionales que han colocado su centro digital en el DFactory y que sobrevolaban por Europa hasta que llegaron aquí y dijeron "no, nosotros nos queremos quedar aquí". Por lo tanto, se han quedado, están creciendo, les está yendo muy bien y necesitan también más espacio.
La fase 2 será más industrial, más dedicada a la producción, si no me equivoco.
La fase 1, el edificio que ya existe, es un edificio en el cual hay muchos centros de innovación de diferentes empresas, grandes o pequeñas, todo industrias. Quizás no fabrican allí, pero tienen la fábrica en algún otro sitio y allí desarrollan sus productos, hacen su innovación, calibran los robots, por ejemplo, u otro tipo de elementos. En la segunda fase puede haber más fabricación física relacionada con los que están ya en esta primera fase, o relacionada con alguien que se quiera instalar aquí, pero también puede haber lugares relacionados con formación y talento, servicios para esta industria 4.0, etc. Tendremos que acabar de perfilarlo, porque lo que sí que queremos es que eso dé servicio a necesidades que ya existen, pero de la industria 4.0.
¿Cuándo será una realidad?
Nosotros este año ya tenemos presupuestada la urbanización de los entornos y de los accesos y estamos trabajando para ver la mejor manera, y la más rápida, de construir esta segunda fase. Estamos valorando la posibilidad o de hacerlo nosotros mismos, o de hacerlo con una sociedad, con alguno privado que esté trabajando no solo con el tema inmobiliario, sino también con el tema inmobiliario ligado a la tecnología. Estamos mirando legalmente qué fórmulas puede haber, pero a mí me gustaría que a finales de este año o principios del año que viene, pudiéramos empezar a ver algún edificio en construcción. Piensa que este tipo de edificios son de una construcción muy rápida, el DFactory tardó un año y medio, aproximadamente. Es una construcción muy industrializada, es como un Mecano. Hay 2.000 toneladas de hierro allí, puestos, y a la segunda fase, como los edificios que tenemos que construir ya no son tan elaborados por dentro como este primero, podemos pensar que en un año seguramente se pueden construir unos primeros edificios de esta segunda fase.
Los tempos de las administraciones no son precisamente ágiles y rápidos para aprovechar esta demanda. Quizás la opción más eficiente sea la del inversor privado. ¿Han recibido muestras de interés?
Sí, lo que pasa es que para nosotros no puede ser solo un inversor puro y duro. Nosotros lo que queremos es que eso sea un proyecto, que ya es una realidad, a medio y largo plazo, porque lo que estamos construyendo no es un edificio, lo que estamos construyendo son oportunidades de creación de puestos de trabajo de mucha calidad. Por lo tanto, tenemos que estar muy atentos a ver qué tipo de socios tenemos. Estamos hablando con varios fondos que tienen esta característica, que son no solo fondo de inversión, como los que hay por el mundo, sino que son fondos de inversión ligados a desarrollo tecnológico. Y eso es lo que nos interesa. Después tenemos que ver la mejor fórmula.
¿No me puede decir los nombres, verdad?
No, no le puedo decir los nombres. Son fondos, pero al final también son personas, porque tratas con personas y tienes que crear una aproximación también personal y desde el punto de vista de la confianza mutua. Y yo creo que eso lo hemos conseguido con estos diversos fondos y muy pronto tendremos noticias.
¿Será con uno solo o podrían ser varios?
Sí, estamos mirando posibilidades porque, como le comentaba antes, son muchos metros cuadrados de techo, casi 100.000. Es posible que con algún socio se puedan construir unos determinados metros cuadrados, que son los más inmediatos y los más necesarios, y con algún otro tipo de socio podamos construir los otros. O que quizás pueda haber una empresa, no un fondo de inversión, que le interese construirse ella misma el edificio. Solo hay dos condiciones. La primera es que el aspecto exterior sea lo mismo que el del DFactory, porque queremos crear una marca y un espacio que se pueda visualizar claramente. Y la segunda es que en su interior se utilicen las tecnologías de la industria 4.0, sensórica, robótica, etcétera. Si viene una gestoría para renovar el carnet de conducir, no podrá venir, porque el valor añadido es la capacidad de colaboración.
Comenta que hay mucho interés por venir al DFactory. ¿Este interés es extensivo por parte de las empresas e inversores extranjeros para venir a Barcelona y Catalunya?
Barcelona tiene un buen sustrato para que se ubiquen empresas sobre todo relacionadas con la nueva economía, relacionadas con la industria 4.0, etc. Y si además Barcelona y Catalunya están en una situación, digamos, de dar seguridad al capital, pues todavía es mejor sustrato, ¿no? Y estamos viendo que en esta última época eso ha servido porque hay muchas empresas que han mostrado su interés por ubicarse aquí, en este espacio.
Los empresarios catalanes critican la burocracia, la presión fiscal y los costes laborales que sufren. ¿Por qué, entonces, empresas de fuera escogen Barcelona?
Se habla de los costes laborales: pues en otros países los trabajadores y las trabajadoras no tienen tantos derechos como aquí y seguramente los costes de personal son menores, pero las empresas vuelven aquí a fabricar. Eso quiere decir que se crean empresas, que hay empresas que crecen y que estas empresas creen que aquí es un lugar donde hay oportunidades de crecer y oportunidades de negocio. Eso en Barcelona está pasando de una manera muy clara y especialmente con todo lo que hace referencia a la nueva economía. Y es una buena noticia, porque todas aquellas actividades económicas más maduras que van decayendo poco a poco son sustituidas por estas nuevas actividades económicas, por esta nueva economía. Lo vemos muy claramente en el BNEW, el Barcelona New Economy Week. Es un acontecimiento que organizamos la primera semana de octubre del 2020, y cada año vemos que realmente nuestro territorio es muy atractivo para ubicar este tipo de empresas y para que las empresas que ya existen crezcan. Porque hablamos de que nuestro tejido económico e industrial está formado por muchas pymes. Pero lo que necesitamos también es que estas pequeñas y medianas empresas tengan la voluntad de crecer y de internacionalizarse.
"Estamos hablando con varios fondos para que hagan la ampliación del DFactory, muy pronto tendremos noticias"
Otra de las reivindicaciones de los empresarios es la falta de talento. Supongo que es una necesidad que ustedes también detectaron porque el año 2020 firmaron un acuerdo con el ayuntamiento de Barcelona y el Gobierno para convertir el edificio de Correos de Via Laietana en un centro de formación. Parece que ha avanzado poco. ¿Cómo está?
El talento es un tema prioritario de país. Hay empresas que no crecen no porque no tengan dinero para invertir, no porque no tengan negocio, sino porque no tienen talento. Efectivamente, tenemos un acuerdo con el ayuntamiento de Barcelona, tenemos un acuerdo también con Correos, en el cual se plantea la transformación del antiguo edificio de Correos, que todavía está en servicio, en Via Laietana, en un gran centro de generación de talento. Que no tiene por qué ser aquellos cursos homologados, sino muy a la carta y muy relacionado con el mundo digital y con el mundo de la nueva economía. El problema es que la valoración del edificio de Correos, que es bastante elevada, y la que tenemos nosotros, también por un centro evaluador homologado, es bastante más baja. Hay un acuerdo filosófico, si usted quiere político también, de desarrollar aquel edificio. Hay una voluntad por parte de todas las instituciones y lo que tenemos que solucionar, y estamos trabajando en eso, es un tema que es puramente técnico, pero que es crucial para poder desencallar eso. No podemos negociar como dos privados, entonces estamos buscando la fórmula, que yo creo que la podemos encontrar muy pronto, para encontrar una valoración del edificio que sea razonable y que nos convenga no solo en Correos, al Consorcio de la Zona Franca y al ayuntamiento de Barcelona, sino que sea un beneficio para el conjunto de la ciudadanía.
¿Cuál será la fórmula?
Tenemos que encontrar a alguien homologado que nos dé un precio que sea razonable, aceptable para Correos y para nosotros. Esperamos que eso pueda ser relativamente rápido.
¿Cómo será?
Mezclaremos empresas con gente joven o, a veces, gente no tan joven pero que se tienen que reeducar en el mejor sentido de la palabra. Hay personas de 50 años que cambian de trabajo, la nueva industria utiliza nuevos instrumentos, por lo tanto estas personas se tienen que reciclar. Por lo tanto, gente joven, personas mayores para reformarse digamos tecnológicamente, empresas que tienen necesidades muy urgentes y el mundo educativo. Estamos hablando con universidades, con centros de FP, pero también hay muchos otros centros que están desarrollando técnicas educativas que son muy innovadoras y que son muy rápidas, porque a veces hay empresas que no necesitan a alguien que tenga tres títulos y dos másters, etc., sino que necesiten a alguien que sepa hacer una operación determinada.
Antes hablábamos de logística. Es el tema de la próxima feria que tienen, el SIL, a principios de junio: ¿cómo se presenta?
Pues me acaban de dar unas cifras que resulta que estamos por encima de las media inscripciones en esta época. Realmente ha habido un salto muy cualitativo, el año pasado celebramos el 25.º aniversario y vimos que la gente tiene muchas ganas de reencontrarse después de la pandemia, hubo una presencialidad impresionante de gente de muchos países. Este año, esperamos volver a tener un SIL pletórico y además con unas características también muy especiales. A mediados del año pasado creamos una incubadora de logística 4.0., en la que estamos incubando 42 empresas.
"Nos interesa que haya gobierno en Barcelona, en Catalunya y en España, y que destine recursos a la promoción económica y también a los servicios públicos"
¿Qué es la logística 4.0?
La que utiliza el blockchain, la IA, el tratamiento de datos, la nueva movilidad, etcétera. Hay muchas ideas y muy buenas en esta logística 4.0 y muchas de estas ideas y muchas de estas tecnologías que no existen en ningún otro sitio se presentarán en el SIL de este año, del 5 al 7 de junio. El SIL es el sitio de encuentro, o si usted quiere, de reencuentro del mundo logístico, pero también es el lugar en el cual se expresan las nuevas propuestas de la nueva logística. La logística no la notamos porque siempre funciona, y sí que funcionó durante la pandemia. Por eso queremos hacer también una gran reivindicación de la logística. Es una actividad que representa ya, si consideramos todo el conjunto, un 10% del PIB de España, y crea, genera y mantiene miles y miles de puestos de trabajo, cada vez de más calidad.
Acabamos de tener elecciones al Parlament. ¿Al Consorcio le afecta que no haya Govern?
Nosotros tenemos nuestro plan estratégico y nuestros ingresos propios, que son los alquileres a las empresas que están ubicadas en el polígono industrial. No recibimos ninguna subvención ni ninguna aportación de ninguna administración. Por lo tanto, los ingresos que generamos es de estos proyectos que le comentaba antes y de los ingresos del polígono industrial y edificios que gestionamos en la ciudad de Barcelona. Dicho esto, siempre nos interesa que haya gobierno en Barcelona, en Catalunya y en España. Necesitamos a alguien que gestione un patrimonio que es muy importante, unos presupuestos que son muy importantes y que se tienen que dedicar no solo a la promoción económica, que es lo que hacemos nosotros, sino que se tienen que dedicar también a los servicios públicos que son sobre todo básicos para el conjunto de la población. Estamos hablando de la sanidad, de la educación, de la sequía, de las energías renovables, etc. Por lo tanto, hay mucho trabajo que hacer y necesitamos unos gobiernos que trabajen mucho en beneficio del conjunto de la población.
¿Notan los cambios políticos? Por ejemplo, el de hace un año en el ayuntamiento de Barcelona, con quién negocian el proyecto de Correos.
Nosotros tenemos una gobernanza muy curiosa. Somos una empresa pública del Estado, pero el plenario, que aprueba los presupuestos y las cuentas y que nos da autorización para comprar y vender patrimonio, lo preside el alcalde de Barcelona, yo soy el vicepresidente primero, a mí me nombra el Consejo de Ministros, hay cuatro representantes del gobierno de España, dos representantes del Govern de Catalunya, hay un representante de cada partido presente en el ayuntamiento de Barcelona, las patronales, los sindicatos, el Port de Barcelona... Está todo el mundo. Le digo esto porque los presupuestos de diciembre del año pasado, los que estamos ejecutando ahora, se aprobaron solo con una abstención. Por lo tanto, tenemos buena relación con todas las administraciones. Generamos un espacio de consenso, no solo político, sino también social y económico, y creo que eso es muy importante para lo que hacemos, para esta promoción económica. Con el Ayuntamiento es verdad que tenemos mejor relación. El alcalde de Barcelona está muy implicado en todo lo que hace referencia a la promoción económica de la ciudad, que al final es la creación de riqueza, y nos hemos visto muchas veces con su equipo y estamos trabajando de manera muy conjunta.