Xavier Panés (Terrassa, 1964) era un empresario del sector metalúrgico con una pyme cuando en 2022 decidió presentarse para relevar a Antoni Abad al frente de la Cecot, la patronal territorial más importante de Catalunya. En junio ha cumplido dos años como presidente de la organización egarense y lo ha hecho con nombramientos en el comité ejecutivo y energía para implementar el plan estratégico que tiene entre manos. Panés también ha culminado la reconciliación con Foment del Treball y es vicepresidente de la patronal y presidente de su Consejo Territorial de la Pyme.
Ahora hace justo dos años que fue escogido presidente de la patronal Cecot después de un periodo largo con una gestión muy presidencialista. ¿Cómo valora estos primeros dos años?
No han sido fáciles porque, como bien dices, veníamos de unas presidencias, tanto la de Antoni Abad como la del Eusebi Cima, muy largas, y no es fácil coger una institución como la Cecot, cuando llevas 17 años del mismo presidente, y que no lo ha hecho mal, las cosas como son. Hemos intentado una cierta continuidad con las cosas que se han hecho bien, que son la gran mayoría, pero incorporando un nuevo plan estratégico, que iniciamos ahora hace dos años e intentando ponerlo en marcha, que no es fácil en una institución como esta implementar cambios tan profundos.
¿Qué detectaron que necesitara una revisión en profundidad y un plan estratégico?
Se trata de actualizar una institución, lo que nosotros decimos llevar la Cecot al siglo XXI, pero no corregir nada, sino adecuarla al mundo actual, que es muy cambiante y, además, en el asociacionismo, que es complejo. Básicamente hay dos ramas, una que sería la de redefinir procesos, mejorar en lo que se pueda, idear nuevos servicios de valor para las empresas, y la otra rama, que es la que nos toca también como patronal, por la representatividad que tenemos y las relaciones con otras instituciones, bien sean públicas o privadas, rehacer puentes con todas ellas. Con el cambio de caras, pues también era un momento para aprovechar y hacerlo.
Hablando de cambio de caras, ha reforzado el comité ejecutivo con cuatro fichajes, los de Pau Relat, Joaquim Uriach, Ignasi Rafel y Joan Sanfeliu. ¿Por qué este cambio?
Son personas de una gran valía, que creo que pueden aportar mucho a la Cecot, nuevas visiones, nuevos puntos vista. El comité ejecutivo lo que tiene que hacer es analizar grandes temas y marcar las líneas. Pienso que el hecho de incorporar gente nueva y quizás no tan vinculados a la casa, junto con gente que sí está muy vinculada, pues es enriquecedor y bueno para todos nuestros gremios.
Habla de rehacer puentes con instituciones.
Sí, tenemos una visión muy clara, que es la de interaccionar con todo el mundo a nivel político y a nivel social, y sí que tenemos muy claro volver a poner en valor el asociacionismo, entendiéndolo también como dar fuerza e intentar impulsar todavía más la sociedad civil, que siempre ha sido un puntal importante en la sociedad catalana. La sociedad civil organizada nace por la necesidad de ofrecer cosas a la sociedad que quizás el Estado, el Govern, el poder público, no estaba dando. Queremos volver a poner en valor toda esta gran aportación que hace a la sociedad la iniciativa privada y las organizaciones que nacen de esta iniciativa privada, en todos los ámbitos, también el cultural y deportivo. Al final, la Cecot sí que defensa intereses de empresas, como tiene que ser, pero lo que queremos es una sociedad mejor, donde todos vivamos mejor, seamos empresarios o no.
"Me cuesta entender que haya algún catalán, sea empresario o no, que no vea bien una mejor financiación"
Han sido muy críticos con el levantamiento del límite de mandatos en Foment. ¿Por qué?
Pues porque nosotros tenemos una limitación de mandato. Es un poco incoherente que no defendamos lo que nosotros tenemos en nuestra organización.
Además de Foment, también está en la CEOE. ¿Es compatible la defensa de los gremios y al mismo tiempo estar en la CEOE, que defiende más a la gran empresa?
Esta es una visión que yo niego, no estoy de acuerdo. Nosotros tenemos gremios básicamente, y yo no dejo de ser un portavoz de lo que quieren estos gremios, que a su vez transmito a Foment del Treball. Pero en la CEOE no solo se habla de grandes empresas, yo que voy, te lo puedo asegurar. Quizás es lo que parece públicamente, o es lo que a nivel de medios se recoge más, pero a nivel de acciones cotidianas, muchas afectan a los gremios y a sus intereses.
Estamos en un momento de expansión de las principales organizaciones patronales, tanto Foment como Pimec están mirando más hacia Madrid incluso hacia Bruselas. ¿En este contexto, qué papel tienen que jugar organizaciones territoriales como la Cecot?
Orientarse hacia Bruselas o hacia Madrid, o hacia Barcelona, es propio de cualquier organización empresarial, nosotros también, porque muchas decisiones que se toman en Bruselas y en Madrid afectan a los gremios y a nuestras empresas. La Cecot lo que intenta e intentará es tener capacidad de llegada a todos los estamentos, a todos los niveles. Desde nuestro punto de vista, Foment es un instrumento válido, nos sirve, por eso estamos, porque nos permite trasladar muchas de las cosas que necesitan nuestros gremios.
Con Foment se normalizaron las relaciones y Josep Sánchez Llibre lo nombró presidente del Consejo Territorial de la Pyme de Foment. ¿Qué están haciendo?
Nació con la idea de optimizar los recursos que hay entre un conjunto de organizaciones que están dentro de Foment de cariz territorial, e interrelacionarnos. En Foment hay territoriales y sectoriales. Las territoriales tenemos una serie de cosas en común que podemos compartir y cosas que hacemos unas puede servir a las otras y viceversa. Y por otra parte, también el tener una voz quizás más separada de la de Foment, cuando se hable de cosas que se refieran a la pequeña, media y microempresa, que básicamente es lo que configura estas organizaciones territoriales.
"La formación y la falta de personal y la burocracia son problemas muy graves para la industria. Y aun así salimos adelante"
Hablemos de industria, un sector con peso en la Cecot. ¿Cómo lo ve?
Con cierto optimismo. Nosotros somos una organización que, mucho antes de nuestra creación, nuestros gremios ya existían, vienen de antes de la primera revolución industrial, con lo cual hablar de industria en Cecot es hablar de nuestros orígenes. Siempre hemos tenido esta sensibilidad, siempre hemos apretado para que la industria sea un punto central en las políticas públicas, de aquí y de allí, con lo cual para nosotros, estos cambios que ha habido estos últimos dos años, después de la pandemia, que se puso de manifiesto la necesidad de que las cosas se fabricaran más cerca, nosotros vemos muy bien. Y veremos todavía mejor que aparte de ponerlo encima del mostrador, se hagan cosas. De hecho, el ministro Jordi Hereu ha empezado a poner en marcha una nueva ley de industria y nos ha pedido la participación de todos los implicados. Y hablando ya de Cecot, patronal del Vallès, que es el corazón industrial de Catalunya y la zona industrializada más potente del sur de Europa, para nosotros la industria es primordial, y estamos plenamente convencidos, y los datos lo confirman, que cuanto más industria sostenible haya, adaptada a los momentos actuales, con todos los criterios de sostenibilidad, de eficiencia, nos darán una calidad de vida superior, porque los sueldos son más elevados, el nivel de formación es más elevado, con lo cual siempre es positivo para el país, para la gente.
Vemos noticias positivas, como la llegada de Chery o Lotte, pero también negativas, como EREs y algún cierre. Y está la transición energética, la electrificación del automóvil, la IA... ¿No cree que la industria vive un momento complejo?
En eso tienes razón, pero también va por sectores. El hecho de que haya cierres o EREs siempre forma parte de la vida económica de un país. Al final, el saldo creo que es positivo, lo que no quiere decir que estemos haciendo las cosas bien. Tenemos graves problemas para encontrar gente para trabajar, todos los sectores. El tema de la formación y la falta de personal es muy grave. El tema de la burocratización de los procesos también lo hace muy complicado, muy lento, muy dificultoso, y aun así salimos adelante. Si eso lo tuviéramos más resuelto, las cosas irían mucho mejor. Y, evidentemente, si una cosa que todas las empresas industriales hemos aprendido es que tenemos que convivir con esta incertidumbre sobre precios de materias primas, precios de transporte y una serie de variables que antes eran muy estables en el tiempo y ahora no lo son tanto. Tenemos bien una cosa que hasta ahora no teníamos, y es que tanto en Madrid como en Barcelona se piensa en clave de industria y eso ya es un gran avance porque hasta ahora era un sector que no estaba bien visto, desde el punto de vista incluso medioambiental, había muchos aspectos que hacían que no estuviera bien visto. Cuando, como nosotros hemos dicho siempre, es el sector fundamental para el bienestar del país y de nuestros conciudadanos.
"Necesitamos una fiscalidad que no haga que las empresas se repiensen hacer ciertas cosas"
Sobre los problemas de las empresas, ha hablado de falta de talento y mano de obra cualificada y también de burocracia, pero no de fiscalidad.
También podemos hablar de ello. Necesitamos una fiscalidad que no haga que las empresas se repiensen hacer ciertas cosas.
¿Catalunya no es competitiva fiscalmente?
Respecto de otras comunidades autónomas, yo te diría que está más penalizada. El número de impuestos que tenemos ya lo dice todo. Multiplicamos por mucho los impuestos que hay en el País Valencià, Aragón y otras comunidades autónomas españolas.
No se puede hablar de impuestos sin hablar del déficit fiscal que sufre Catalunya y del modelo de financiación autonómico. Ustedes, como otras patronales, se han manifestado favorables a reformar el sistema. ¿Qué financiación necesita Catalunya?
Yo no me atreveré a decirte un modelo porque son criterios políticos y dependiendo del partido político lo ve de una manera o de otra. Yo lo que sí que puedo decir como representante empresarial, que tenemos gente de todos los colores, es que creemos que es evidente que el sistema de financiación autonómica en Catalunya es deficitario, que así no puede seguir, que no es justo que sea así, por lo cual, lo que nosotros queremos es la máxima financiación posible. Ya serán los políticos los que articularán de qué manera y cómo lo harán, si es con una financiación singular u otro acuerdo, no lo sé. Pero me parece un hecho transversal, me cuesta de entender que haya algún catalán, sea empresario o no, que no vea bien una mejor financiación, porque eso significa recibir más dinero y con este dinero poder hacer más cosas, desde políticas sociales a políticas industriales, que al final son por el bien de todo el mundo. Se pueden poner dificultades por razones políticas, pero por razones puramente económicas, es evidente que este sistema de financiación no se aguanta y que se tiene que dar más dinero. Porque si no, corremos el riesgo de que los servicios que ofrece la administración no tengan la calidad que el administrado exige y tiene derecho a tener.
Estamos en un momento de incertidumbre política en Catalunya, con un Govern en funciones y la posibilidad de una repetición electoral. ¿Qué le pediría a nuestros políticos?
Que se pongan de acuerdo. Al final, en unas elecciones se recoge la opinión y los puntos vista que tiene la población, en función de eso sale un Parlament y allí se tienen que poner de acuerdo para sacar adelante el país. Se trata de que hablen, de que uno afloje, el otro también, y al final se pongan de acuerdo. No podemos ir haciendo elecciones constantemente hasta que salga la fórmula que nos gusta.
"Si no reformamos la financiación, corremos el riesgo de que los servicios que ofrece la administración no tengan la calidad que se exige"
¿Esta incertidumbre política afecta a la empresa y la economía?
Sí, claro que la afecta, porque quieras o no, el sector público es un actor importante para la economía y cuando hay estos procesos, el sector público de alguna manera se para, hay cosas que no se hacen. Otra cosa es que también, y eso para mí no deja de ser un poco preocupante, es que no afecte tanto como nos pensamos porque nos estamos "italianizando", de manera que las cosas van por un lado –las empresas y la actividad económica– y la política va por otro. Y eso, y no lo digo como una cosa positiva, yo creo que hasta ahora no era así, y se ha llegado ahí pues quizás por esta excesiva burocratización, por esta lejanía que hay entre el poder político y la realidad económica y social del país.
¿Una repetición electoral sería todavía más negativa?
Sí, desde nuestro punto de vista, sí
A veces hay gobiernos pero no hay presupuestos.
Cuándo decía que los políticos tienen que hablar y hacer política, me refería no solo al momento de formar Govern, sino durante el día a día, y eso incluye los presupuestos.
¿Sea cuál sea, y se forme cuando se forme, qué le pediría al próximo Govern?
Simplificación administrativa. Las empresas la necesitamos, y se tiene que afrontar con seriedad y en profundidad, asumiendo los posibles costes políticos que pueda tener, porque seguramente los tendrá, pero al final escogemos a nuestros gobernantes para que nos gestionen y asuman costes. Y no solo afecta al Govern, también afecta al Parlament. Tenemos una capacidad creativa excepcional por parte de nuestros diputados. Creamos leyes con una capacidad sorprendente, y después se tienen que aplicar, y a veces sin pensar en qué supone eso para la empresa y para el ciudadano. Porque también afecta al ciudadano, a absolutamente todo el mundo que intente hacer alguna gestión.