Las lesiones musculares y los problemas de ansiedad por sobrecarga de trabajo y precariedad económica son cada vez más habituales en la menguante plantilla de H&M, que tiene un nivel de absentismo casi tres veces superior a la media del sector. Centenares de bajas laborales, algunas de larga duración, y también excedencias que nunca se cubren con nuevos contratos, han llevado a las trabajadoras al límite. El pasado lunes, la reunión entre los representantes sindicales y la empresa terminó a las 23:15, después de doce horas, sin un acuerdo, y los sindicatos Comisiones Obreras (CC. OO.) y UGT confirmaron la huelga que arranca este miércoles, justo cuando empiezan las rebajas, y que espera cerrar las 125 tiendas que hay en España. La buena acogida de convocatoria de los parones parciales del pasado lunes, con un 87% de tiendas cerradas (119 de 124) a las horas previstas, genera optimismo entre las fuentes sindicales, que creen que la huelga será un "éxito".
Las diferencias por regiones generan situaciones desiguales que llevan a que donde hay convenios por actualizar mande el Salario Mínimo Interprofesional (1.080 euros), situación que se da en Madrid, una de las ciudades más caras de España. Teniendo en cuenta que, según denuncian fuentes sindicales, los contratos a tiempo parcial representan el 80% de la plantilla, "y con horarios cambiantes que no te permiten buscar otro trabajo", hay muchos trabajadores para los que "cuesta horrores" llegar a final de mes, explican trabajadores anónimos. "Nos hemos encontrado con algún ataque de ansiedad de trabajadores porque no pueden pagar la gasolina del coche para ir al trabajo a finales de mes", relatan fuentes de dentro de la empresa, que explican que la precariedad se agrava porque la mayoría de las veces estos contratos parciales se espacian por toda la semana, de modo que los gastos no se disminuyen.
Con todo y con eso, las principales demandas de la plantilla de H&M para ir a la huelga no tienen que ver con incrementos salariales, sino con la carga salarial por la reducción de plantilla que suponen las bajas y excedencias sin cubrir. La primera y primordial de las demandas era la cobertura de bajas por incapacidad temporal (IT) de larga duración, para poder tener "recursos mínimos y suficientes" en las tiendas del grupo. Las otras sí que eran económicas, pero en forma de mejoras en los pluses y en incorporar comisiones de venta de un 3% sobre el total de las ventas. La empresa respondió con una propuesta para ampliar horas en contratos a tiempo parcial y más contrataciones, así como retribuir objetivos. Pero añadían en el paquete unas "medidas para reducir el absentismo", según explican oficialmente desde la empresa, que no gustaron nada a los sindicatos y que llevaron a romper las negociaciones. Se trata de suprimir el complemento a la incapacidad temporal (IT), un complemento que algunas empresas tienen y que permite que los trabajadores de H&M cobren el 100% de su sueldo cuando están de baja.
Absentismo y "ERE encubierto"
El elevado nivel de absentismo es, así pues, uno de los meollos del conflicto entre trabajadores y empresa. Fuentes sindicales recalcan que se trata de "bajas reales" y que, justamente, el absentismo es mayor que en otras empresas del sector porque las condiciones son mucho peores. "Yo misma estuve de baja a la vez por dolor en el hombro y en el metacarpiano, y en el médico me dijeron que era por la carga de ropa, aunque no te lo reconocen como baja vinculada al trabajo", explica una trabajadora. "A veces, el absentismo es la única forma que tiene el trabajador de llamar la atención, pero es un absentismo por problemas físicos y mentales", completa otra trabajadora.
Informes internos que circulan entre los trabajadores cifran el absentismo alrededor del 8%, por un 2,7% de media en el sector. Mientras que, en comparación con años anteriores, las enfermedades respiratorias y parasitarias eran más o menos similares, las músculo-esqueléticas y las relacionadas con la salud mental aumentaban. "La prevalencia de crónicos también aumenta", explican trabajadores. Fuentes de UGT y Comisiones Obreras, sindicatos mayoritarios que lideran la huelga de estos días, ofrecen detalles sobre las condiciones poniendo como ejemplo la tienda de la Maquinista, donde se facturan 12 millones de euros, la plantilla es de 68 personas, pero actualmente, entre bajas y excedencias, son unas 42 personas. "Tenemos 480 horas semanales de bajas no cubiertas", detalla.
Las excedencias, además de no cubrirse, la mayoría de veces no se culminan con reincorporación posterior al puesto de trabajo. Eso, sumado al goteo de cierres de tiendas, "cada mes cierra por lo menos una", con perfil bajo, como sucedió recientemente con la de Príncipe Pío de Madrid, "y habrá más", advierten los sindicatos, hacen que entre los trabajadores se hable de "ERE encubierto". En 2021, los recortes iniciales en España se redujeron un 70% respecto a la propuesta inicial y se quedaron en 349, mientras que en noviembre del año pasado la empresa anunció que despediría a 1.500 empleados en todo el mundo ante la caída de beneficios, cifra que hasta la fecha no se ha traducido en un plan de ajustes para España. El cierre de tiendas, de las 150 en 2018 a las 125 en el año actual, no es proporcional, con una pérdida de trabajadores bastante más significativa: de 5.800 personas a 4.000. El promedio es de 72 trabajadores por tienda cerrada, una plantilla superior a la de La Maquinista a pleno rendimiento. ¿El resultado? "Que a veces una tienda de 2.000 o 3.000 metros cuadrados, entre bajas sin cubrir y contratos parciales, la pueden estar llevando entre dos o tres trabajadores", relatan desde los sindicatos.
Caída de beneficios
El desgaste de la plantilla coincide con tiempos complicados para la empresa, que aunque sigue en beneficios los redujo en un 67% el pasado año hasta los 318 millones de euros. Lo atribuyó al incremento de costes, pero durante el mismo periodo una competidora directa como Inditex consiguió aumentar sus beneficios un 27% hasta los 4.130 millones. Durante los trimestres posteriores, H&M viene mejorando su facturación y sus beneficios, pero el freno del segundo trimestre lo achacó a las "condiciones meteorológicas desfavorables".
Las comparaciones con Inditex, empresa española, son recurrentes en los mercados, pero también entre las trabajadoras de H&M. "Realmente son un ejemplo a seguir", reconocen, poco después de que se haya aprobado un Plan de Igualdad de los más avanzados de España en la empresa gallega, mientras el de la sueca está congelado. El pasado mes de febrero, además, Inditex alcanzó un convenio estatal que dejaba atrás las desigualdades salariales por territorios, después de semanas de protestas, con un salario mínimo de 18.000 euros en un acuerdo que los sindicatos calificaron de "histórico". Corren tiempos movidos en un sector golpeado por la inflación y con salarios que difícilmente dan acceso a una vivienda en las grandes ciudades, donde suele haber más tiendas de ropa para el público masivo. La catalana Mango, que justo este miércoles ha celebrado sus primeras elecciones sindicales, podría sumarse pronto a las batallas por mejorar sus condiciones.