Foment del Treball ha presentado un estudio encargado al Colegio de Economistas de Catalunya en qué se calcula que el cambio en productos de tabaco alternativos en detrimento del cigarrillo convencional tendría un impacto económico que podría representar hasta un 2,3% del PIB nacional correspondiente al año 2022, considerando que los fumadores adultos se pasarán completamente a estas alternativas. Esta es una de las principales conclusiones extraídas del estudio "Impacto económico de la introducción al mercado de productos alternativos en el cigarrillo para la prevención de enfermedades relacionadas con el tabaquismo". Por productos de tabaco alternativos, se incluye el cigarrillo electrónico o tabaco con menos contenido de nicotina, pero no los vaporizadores.
De acuerdo con los resultados obtenidos, en el escenario en que el 50% de los fumadores cambian los cigarrillos tradicionales por productos alternativos, se produce una mejora del bienestar que repercute entre aproximadamente 10.700 y 15.500 millones de euros, a nivel del conjunto de España. En este caso, si tan solo se tiene en cuenta la mitad de esta población, se habla de un impacto también en positivo, pero del 1%, en vez del 2,3% del PIB. Estos valores se duplicarían, llegando a ser de 21.400 y 31.000 millones de euros, en caso de que la transición la realizaran el 100% de los fumadores de cigarrillos convencionales. En términos de población fumadora, la aplicación de los valores promedio proporcionaría un impacto de entre 1.487 y 2.966 euros por persona al año. En consecuencia, el estudio realizado aporta conclusiones positivas en términos económicos en relación con el uso de productos alternativos al cigarrillo.
¿Cómo se han obtenido los datos?
Para obtener estos resultados económicos, el Colegio de Economistas de Catalunya se ha basado en la cuantificación en términos monetarios de los resultados de mejora de la salud obtenidos en el estudio del IPE - Institute for Policy Evaluation (2021) sobre el impacto de los productos alternativos en los cigarrillos en la salud de la población. Para llevar a cabo el análisis, se han utilizado los AVAQ (Años de Vida Ajustados por Calidad) como unidades para monetizar las políticas públicas de salud y mostrar la efectividad. Así, el estudio elaborado por el Colegio de Economistas de Catalunya refleja que a más número de personas que hagan la transición de cigarrillos convencionales a productos alternativos, mayor es la repercusión económica generada.
Josep Maria Raya, catedrático del Tecnocampus de la UPF y miembro de este estudio, subraya que con estos resultados "no buscamos dar el impacto económico de la industria del tabaco, sino a través del bienestar de las personas, hacer una valoración en euros". Y el punto de partida está el AVAQ que, en el caso de España, la reducción del consumo de tabaco de la población actual tendría un impacto positivo de 835.000 AVAQ. Este dato, el AVAQ, evalúa toda la población española que fuma a lo largo de su vida. Raya concluye: "Hacemos el cálculo de los años de vida ajustados, es decir, la calidad de vida cuantificada y la trasladamos al valor que tiene en euros para el conjunto de la sociedad". Un valor que se podría trasladar, a modo de ejemplo, en el ahorro para la seguridad social si reduce los costes en enfermedades asociadas a las personas fumadoras.
En este sentido, durante la inauguración del acto de presentación, Josep Sánchez Llibre, presidente de Foment del Treball, ha indicado que "desde las instituciones públicas se debe fomentar la inversión en innovación y en el desarrollo de productos para promover el control y la mitigación del riesgo". Por su parte, el decano del Colegio de Economistas, Carles Puig de Travy, ha subrayado que "este estudio pone luz a un tema controvertido y da datos objetivos para una reflexión más profunda".
De hecho, Raya también considera que el estudio puede ser muy interesante para la misma industria tabaquera convencional que ya en los últimos tiempos también se ha reconvertido y está apostando por el cigarrillo electrónico. No obstante, el cambio que las personas deciden hacer del tabaco convencional el electrónico todavía es bajo y, además, también se tiene que tener en cuenta que sumar personas no fumadoras en el cigarrillo electrónico tampoco es bueno.