El sector de la distribución alimentaria se ha impuesto el reto de hacer entender a la sociedad que trabajar en una tienda o un supermercado es una salida profesional más, no solo un primer paso para entrar en el mundo laboral. Detrás de un vendedor, cajero, carnicero o pescadero hay un oficio que da tantas oportunidades de futuro como cualquier otra profesión. Pero un 83% de los catalanes creen que trabajar en un supermercado es una opción para ganarse la vida solo en casos donde no se disponga de ninguna otra alternativa, según se desprende del estudio Percepción del trabajo en el trabajo de los supermercados, que ha impulsado la corporación Bon Preu.

Como a todas las actividades laborales, a la distribución alimentaria le hace falta disponer y retener talento para ser competitiva, pero hay una oferta muy reducida de formación especializada en oficios tradicionales, que si no se fomentan se perderán, manifiesta Albert Aranda, responsable del departamento de personal de Bon Preu. En este sentido, reclama que se estructuren grados de Formación Profesional especializados en la distribución, como hay por ejemplo para transporte o logística.

Muchas cadenas de alimentación y de otras empresas suplen esta falta de formación con talleres propios. Desde el 2005, Bon Preu invierte cada año en torno a un millón de euros para proporcionar 60.000 horas de formación a un millar de personas (1.100 empleados), con conocimientos para hacer de carniceros, pescaderos, fruteros o panaderos, y adaptar sus competencias laborales en las zonas de manipulación de productos frescos y atención directa a los clientes. Las clases las imparten una veintena de responsables y trabajadores experimentados de la cadena. Los cursos se hacen en los centros que la compañía tiene a Malla (Barcelona), Valls (Tarragona) y Barcelona- y el próximo año "abriremos un cuarto a Palafrugell (Girona)".

Aranda hace referencia al estudio que muestra que el 65% de la sociedad catalana considera que trabajar en un supermercado no es un trabajo cualificado, es inestable y no tiene proyección laboral. Por eso, cuatro de cada cinco catalanes cree que los oficios de supermercado son trabajos para estudiantes o la consideran una opción para ganarse la vida solo si no hay alternativas.

El responsable de Bon Preu rebate estas conclusiones explicando que siempre se puede hacer carrera profesional en un supermercado y que hay dos maneras de proyectarla, independientemente de su edad. Por una parte, con el ascenso vertical que implica hacer carrera a la vertiente comercial de vendedor o cajero hasta responsables de cajas, de secciones, gerente de establecimiento, jefe de zona, responsable de un territorio.... Por otra parte, los conocimientos especializados en carreras como derecho, psicología, comunicación, informática, diseño, audiovisual, ingeniería.... dan opciones a incorporarse a los diferentes departamentos administrativos y a los servicios centrales del grupo. Admite, sin embargo, que la proporción en una cadena como Bon Preu con 200 puntos de venta y una plantilla de 9.600 personas es de un 80% de empleados a los establecimientos, un 15% en las plataformas logísticas y un 5% a los servicios centrales.

En una tarea de concienciación colectiva, Bon Preu acaba de lanzar Vestidos de orgullo, una iniciativa que reivindica el valor de todos los oficios que hay en sus supermercados, y ha diseñado un uniforme especial que incluye mensajes reivindicativos y emocionales que apelan al orgullo de la profesión.