El puesto de controlador aéreo tiene fama de estar muy bien pagado y no es para menos. Pero comporta una gran responsabilidad, puesto que los controladores aéreos son quienes desde la torre de control gestionan y supervisan el tráfico de aeronaves en aeropuertos, con el propósito de evitar accidentes, organizar y agilizar el flujo aéreo, así como ofrecer asistencia e información a los pilotos. Su rol es clave para garantizar la seguridad y eficiencia en el transporte aéreo.

Para ocupar este cargo, hay que pasar una oposición gestionada por Enaire, la entidad gestora de la navegación aérea de España. Su remuneración varía en función de distintos factores. Según datos recientes, la media se sitúa en torno a los 100.000 euros brutos anuales, aunque esta cifra puede cambiar según la experiencia (y los complemebtos por trienios), la ubicación geográfica o el tamaño del aeropuerto en el que trabajen. Existen tres categorías de controladores, con sueldos diferenciados según el convenio colectivo aprobado en 2022. 

Los controladores aéreos: tienen un salario que parte de los 34.715 y alcanza los 83.172 euros brutos anuales, según de la dependencia a la que pertenezcan. Son salarios brutos sumando el sueldo base y los complementos

Un rango por encima están los jefes de sala, que perciben entre 86.483 y 103.038 euros brutos al año.

Y algo más arriba los jefes de división, que cobran entre los 82.183 y los 111.350 euros brutos anuales.

Este salario está compuesto por dos partes: el sueldo base, que es igual para todos los controladores independientemente de su formación o experiencia, y el complemento de puesto de trabajo (CPT), ambos determinados anualmente por el Ministerio de Fomento.

El proceso de selección y formación es riguroso y competitivo y los aspirantes tienen que invertir 40.000 euros en su capacitación inicial. Además, el puesto implica un elevado nivel de estrés y responsabilidad, dado que los controladores deben garantizar la seguridad de miles de pasajeros a diario.

El sindicato mayoritario es la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA), que representa a aproximadamente el 90% del colectivo. Este sindicato se encarga de negociar las condiciones laborales y salariales con el gestor de la navegación aérea, Enaire. En los últimos años, ha habido conflictos y paros laborales por diferencias relacionadas con los horarios, turnos, condiciones para bajas y jubilaciones, así como por incentivos.

Se trata de un trabajo que, pese a los avances, sigue teniendo una gran brecha de género: actualmente cerca del 70% de los controladores aéreos en España son hombres