Después del covid, uno de los sectores turísticos que más se ha fortalecido es el camping. Incluso por delante de los hoteles que, con más trabas administrativas o acondicionadas en las ciudades, no han hecho crecimientos porcentuales tan notorios. Así pues, aunque los negocios relacionados con el ocio y el turismo han sido uno de los más perjudicados por la pandemia del coronavirus, los fondos inversores europeos siguen mirando el camping como apuesta de futuro.
Interés por la Costa Brava
Los ejemplos los encontramos inmediatamente después de superar el año de pandemia, en el 2020. De hecho, ya en el 2021, el fondo francés Infravia llegó a invertir 400 millones de euros en la compra de Sandaya, uno de los grupos de campings mayores de Europa. En concreto. Desde entonces, Sandaya ha triplicado la facturación y ha crecido en número de instalaciones con la compra de 21 campings, entre ellos, el mítico Cypsela Resort en la Costa Brava. Hay que recordar que Infravia es el propietario de Molgas, uno de los principales distribuidores de gas natural licuado industrial, e inversor del Metro Málaga.
Pero hay más. Meridia Capital, a través de Fondo IV, ha pasado a gestionar recientemente WeCamp. El grupo cuenta con el 25% de las acciones de la sociedad y cuatro miembros más gestionarán el 75% restante. También tiene la propiedad de otro en Cala Montjoi, el Alto Empordà, y el Cabo de Gata, Almería. En esta línea, Homair fue el primer grupo de campings que recibió el apoyo de un fondo, Montefiore Investment y la tendencia ha seguido hasta el día de hoy.
Expansión europea
Los últimos movimientos a nivel europeo los encontramos en Francia. Vacanceselect ha adquirido European Camping Group, estimada en mil millones de euros. La operación ha puesto de manifiesto que los fondos de inversión quieren hacerse con los principales puntos atractivos del continente y ya ponen la mirada con el potencial que hay en los Países Bajos e Italia. Las claves del éxito, aparte de los millones invertidos, es un cambio de imagen que los campings han querido fomentar en la última década. De entrada, su profesionalización en todos los ámbitos, hasta un cambio de nomenclatura o definición que ahora pasa a llamarse "alojamiento al aire libre" y, en último término, conectar con los gaps informativos más importantes de las nuevas generaciones como la sostenibilidad, la naturaleza o la desconexión.
Según los últimos informes, en España hay 1.190 campings, que anualmente llegan a los 40 millones de pernoctaciones, y tienen una demanda que crece cada año en torno a un 19%, según el estudio Real Estate Campsite Market Insights de Deloitte. Ante una oferta "limitada y obsoleta", el sector tiene que afrontar un proceso de transformación y estos activos ya lideran las pernoctaciones extrahoteleras durante el verano.