La semana pasada, la política de remuneraciones de Grifols comunicada a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) reflejaba el pago de 3,8 millones de euros, entre efectivo y acciones, a su nuevo CEO Nacho Abia como pago de bienvenida por entrar en la empresa. Estas bienvenidas millonarias no son un fenómeno nuevo, aunque son poco comunes en España, y se conocen como 'golden hello' en su origen estadounidense. Messi, cuando fichó por el Inter de Miami, recibió 30 millones de prima de fichaje, ya que el club no tuvo que pagar cláusula de rescisión porque llegaba libre. Se espera que Mbappé también cobre una buena suma de dinero por fichar por el Madrid. 

El 'golden hello' de los directivos y la prima de fichaje a futbolistas tiene en común que "se trata de un bonus no vinculado a los objetivos, porque se da antes de que se consigan resultados", explica la profesora de EAE Business School Maite Moreno, motivo este por el que, desde el mundo empresarial, ha recibido algunas críticas. La diferencia con respecto al caso de Messi, Mbappé y otros es que a los futbolistas esta prima de fichaje se les paga generalmente porque llegan libres de contrato y, por tanto, el equipo que les contrata no tiene que pagar a otro club una cláusula de rescisión. 

En el caso de los directivos, "estamos hablando de los Messis de la alta dirección", compara Moreno, este bonus inicial sirve como atractivo para contratar y compensa también que la fuga de talento no recibe indemnización, a diferencia de lo que sucede con un despido. Si el directivo en cuestión no va a cobrar una indemnización por despido al renunciar voluntariamente, un atractivo bonus de entrada puede compensar este ingreso de menos. 

Como apunta Moreno, "los críticos señalan que esta práctica viene antes del rendimiento y que, por tanto, puede afectar de forma negativa a la fidelización del ejecutivo, no actúa como estímulo". "Corres el riesgo de que la persona se vaya sin haber cumplido objetivos y por eso a veces se paga en diferido, pero nunca es una garantía, sobre todo si te espera otro 'golden hello' en otra empresa", abunda Moreno, que apunta el caso de Tim Cook, CEO de Apple, que cuando entró en la compañía cobró un millón de acciones restringidas valoradas en 383 millones de dólares. Cobró la mitad en 2016 y el resto en 2021, con lo que aunque el pago era de entrada incentivaba su retención. 

En España, el pago de bienvenida no ha sido muy publicitado, aunque se conoce el caso de Pablo Isla, que cuando entró en Inditex cobró 221.264 acciones, valoradas en 13 millones de euros, en este caso no vinculadas a ningún plan de continuidad en la empresa.

Una idea para los dentistas británicos

Aunque el pago de bienvenida dorada sea una medida frecuente en la alta dirección, Moreno apunta a que "podría utilizarse en algunos sectores con escasez de talento como forma de atractivo". Y no puede ir menos desencaminada: en Reino Unido se aprobó a primeros de este año el pago de incentivos de llegada de 20.000 libras (23.300 euros) a dentistas ante la escasez de profesionales, tal y como publica el boletín nacional de seguridad NHS. Eso sí, con una permanencia de tres años a lo largo de los que se les desembolsará la ayuda (10.000 el primer año, 5.000 el segundo y 5.000 el tercero). 

El término 'golden hello' ganó relevancia en 2013, cuando un estudio publicado en Harvard Business Review estudió sus ventajas e inconvenientes y medios como Bloomberg se hicieron eco. La firma de investigación en gobernanza y RSG GMI Ratings analizó aquel año el número de empresas que norteamericanas que habían recibido a directivos con un 'golden hello'. Fueron 70, por las 41 de 2012, según publicó Bloomberg, que mostró como ejemplo fallido el caso de Ron Johnson, despedido de J.C. Penney 17 meses después de cobrar 52,7 millones en acciones al ser fichado de Apple.  

La apuesta de Grifols por Abia, en este sentido, es arriesgada: no ha contratado a su máximo ejecutivo precisamente en un momento plácido, sino en su mayor crisis de la historia reciente, con sus cuentas en entredicho después de que la firma de analistas en corto Gotham Reseaerhs denunciara, y la empresa reconociera parcialmente, que su deuda era mucho mayor que lo que reflejaban las deudas. En efecto, adelgazar una deuda de 10.527 millones será la principal tarea de Abia. Una situación complicada da más sentido a una bienvenida dorada: si no cumple el objetivo o vuelve a haber una crisis, él ya ha cobrado. 

Abia: experiencia en crisis

Abia llega a Grifols tras 10 años como presidente y consejero delegado de Olympys Corporation of The Americas con sede en Pennsylvania y también fue Director General de Operaciones y de Estrategia en la misma empresa. Antes, se dedicó al desarrollo de negocio en la región de Asia-Pacífico en la misma Olympus, a la que llegó tras haber pasado por Sony y Tech Data. Ingeniero superior de Telecomunicaciones y Electrónica por la Universitat Politécnica de Barcelona (UPC), tiene un máster de administración en EAE y ha cursado el programa de alta dirección de empresas del IESE. 

Además de su cargo en Grifols, es miembro del consejo de administración de la Cámara de Comercio de Esatdos Unidos-España y del patronato de la 'Lehigh Valley Health Network', un sistema hospitalario compuesto por 13 hospitales y múltiples centros asistenciales en Pennsylvania. En el pasado, formó parte del Consejo de Administración de Evident Corporation, una empresa en el campo de las ciencias de la vida y soluciones industriales.

Su currículum es valedor de un buen 'golden hello', sobre todo porque fue capaz de reencauzar a la empresa tras una profunda crisis en 2011 tras el despido de su anterior CEO por un escándalo de pago de comisiones, todo en medio de una gran reconversión de una empresa que tras la paulatina sustitución de las cámaras digitales por los móviles ha sabido mantenerse sólida gracias a las soluciones ópticas, sobre todo de uso médico, y que de hecho vendió en 2021 la venta de su negocio fotográfico a Japan Industrial Partners. 

Ventajas y riesgos de la bienvenida dorada

El hecho de que parte del bonus sea en acciones garantiza que para Abia un mejor rumbo de la empresa sea también una mejor remuneración y, por tanto, es un incentivo, aunque parte de la bienvenida dorada ya está en su cuenta corriente. El estudio de Harvard de 2013, realizado por Jin Xu y Jun Yang, contrastaba dos puntos de vista. El más crítico lo encarnaba el profesor de Derecho Lucian Bebhuck. "Los inversores son escépticos con los golden hellos, porque es un pago desvinculado del rendimiento y no provee de incentivos de retención de talento", decía. 

Otras voces, sin embargo, lo veían como un mecanismo para atraer, motivar y retener ejecutivos con capacidades críticas para el éxito de una empresa. La conclusión del estudio, que estudió diversos casos, era positiva. "En general, llegamos a la conclusión de que, aunque el bono por firmar se otorga antes de que se observe el desempeño, otorgarlo mitiga las preocupaciones de un ejecutivo sobre el riesgo de despido y lo motiva a ejercer un esfuerzo para mejorar el valor. Ayuda a atraer talento, proporcionar incentivos y mejorar la retención". Nacho Abia, como Leo Messi (que ya lleva 29 goles en 70 partidos en Miami), pueden trabajar tranquilos y motivados.