El año pasado, Barcelona superó el umbral de los 100.000 trabajadores digitales, una cifra que prácticamente se ha duplicado con respecto a hace cinco años. Este dato sitúa la capital catalana en el top 5 europeo en volumen de talento europeo y, de este, el 30% proviene de fuera de Europa, especialmente de Latinoamérica. La ciudad destaca por cuatro tipos de empresas: las consultoras, las start-ups, los hubs de tecnología y las corporaciones tradicionales que se están digitalizando. Los perfiles internacionales trabajan sobre todo en hubs y en las start-ups, según los últimos estudios.
Con respecto al posicionamiento de la ciudad en cuanto a innovación, inversión y talento, Jordi Arrufí, director de talento de Mobile World Capital, asegura que una de cada cuatro ofertas de trabajo en Barcelona ya tiene algún componente digital. "La demanda cada vez es más elevada y necesitamos más perfiles tecnológicos". Arrufí recalca que el incremento de hubs en Catalunya ha provocado que haya más contratación y que "hay talento para que las empresas puedan crecer". Sobre qué tiene que hacer Barcelona para que haya más perfiles de estos, Arrufí contesta que hay tres recetas: fomentar el sector tecnológico desde la primaria aunque el retorno sea a largo plazo, el reskilling (personas que tienen un oficio no tecnológico y que quieren reorientar su carrera profesional hacia el sector digital) y la tercera es atraer el talento de fuera.
¿Y los perfiles tecnológicos que se marchan de Barcelona? Desde el Mobile World Capital afirman que "son casos anecdóticos". De hecho, Arrufí apunta que muchos estudiantes, antes de que acaben la carrera, ya tienen trabajo y que los grandes centros tecnológicos temen que los alumnos no vuelvan a acabar sus estudios porque ya están en plantilla, como los pasa en Campus 42 de Telefónica. "Hace falta un equilibrio entre la tentación de encontrar trabajo y los salarios", recuerda. El sueldo medio en el ámbito tecnológico ronda los 44.000 euros, está por encima de la media de la ciudad y "hay que promover que haya más talentos digitales aquí, que es evidente que no es lo mismo un salario americano que uno europeo, pero que hay que seguir potenciando estos perfiles", indica.
Una manera de hacerlo es a través del bootcamp, que son los cursos intensivos pensados para formar a los estudiantes en las competencias necesarias para empezar a trabajar inmediatamente. De hecho, los bootcamps enfocados en tecnología son una modalidad de formación intensiva y en Barcelona hay grandes centros especializados. Desde el Mobile World Capital explican que el 80% de los alumnos que participan acaban encontrando trabajo y que ellos cuentan con programas de mentoría, orientación y talleres de introducción al sector. El perfil del bootcamp es gente de entre 25 y 30 años, en torno del 27% son mujeres y gran parte de ellos son profesionales que se quieren reciclar en el ámbito profesional.
El atractivo de la formación profesional
Hace un tiempo estaba mal vista, ahora es un atractivo. La formación profesional (FP) ha ganado reputación en los últimos años y en el sector tecnológico genera mucha empleabilidad. ¿A qué se debe? "Cuando hay escasez de perfiles, se buscan otros itinerarios, y la FP se ha prestigiado por eso, por la especialización y por el acceso directo al mundo laboral. También es un hecho generacional".
Arrufí confirma que la inteligencia artificial, por primera vez en la historia, ha provocado que los trabajos de mayor calificación sean las que más riesgo tienen y las que más expuestas están. "Los oficios tradicionales, los que tengan que ver con la destreza manual, justamente serán las profesiones con menos riesgo de desaparición porque es muy complicado que la tecnología pueda sustituir a un carpintero o a un electricista, y no tanto a un analista de bolsa o a un auditor".
"Nos tenemos que plantear la IA como un copiloto"
¿Y qué se tendrá que hacer con estos oficios? "Nos tenemos que plantear la IA como un copiloto, no como un sustituto". En este sentido, el directivo augura que los hará ser más productivos. "Se debe aprender a incrementar nuestra productividad gracias a este copiloto, tenemos que trabajar con estas tecnologías y aprovecharlas de manera positiva". De hecho, argumenta que perfiles como los especializados en ciberseguridad tendrán una gran demanda. "Hay dos tipos de tecnología, las que mejoran nuestro resultado y las que sustituyen los puestos de trabajo. Tenemos que intentar que mejore y en algún sector como el sanitario ya lo estamos viendo". Pone como ejemplo la detección de una enfermedad o las predicciones más detalladas en salud sin sustituir el trabajo de un médico. "No desaparecerá la figura del programador, pero sí que cambiará su manera de trabajar", matiza, y añade que surgirán nuevos trabajos y nuevos oficios "que todavía no conocemos".
Estas nuevas profesiones irán vinculadas a la tecnología, se prevé que la implantación de la IA sea más generalista y que pueda ayudar a un gran abanico de áreas. "Cuando pensamos en las revoluciones industriales anteriores, nadie se podía imaginar que se crearían nuevos oficios, que la gente dejaría de trabajar en el sector agrícola y que habría un éxodo hacia las ciudades. Pues con la inteligencia artificial pasará el mismo. En aquel momento era imposible saber que habría gente que se dedicaría a ser profesor de pilates, por ejemplo, y ahora nos parece el más normal del mundo".
Empresas emergentes y talento internacional
Con respecto a la innovación en Barcelona, Arrufí apunta que "tenemos oportunidades de mejora", sobre todo en el sector empresarial y en la transferencia de conocimiento, pero saca pecho de proyectos que hay en Catalunya como el Barcelona Supercomputing Center o el Instituto de Ciencias Fotónicas. "La administración pública es pionera en transferencia de tecnología y ahora lo que debemos intentar es que este conocimiento no se quede solo en papeles y estudios, sino que se traduzca en nuevas propuestas de valor". De esta manera, destaca también las universidades y sus centros de investigación e investigación, pero critica que falta un match entre el mundo científico y la empresa.
"Creo que en el ámbito de hubs estamos por encima de otras ciudades, lo mismo que con las start-ups, pero hace falta más unión entre los centros de investigación y el mundo empresarial". ¿Y con Madrid? "Ellos tienen las compañías del IBEX, son proveedores de la Bolsa. Nosotros destacamos por los negocios emergentes y por el talento internacional, somos más cosmopolitas. Son dos modelos competitivos, porque allí hay grandes corporaciones y consultoras y aquí tenemos hubs y talento de fuera". "Una multinacional no viene aquí si no sabe que puede escalar. Este potencial que tiene Barcelona hace que se creen nuevos proyectos, que haya más inversión y que la ciudad vaya creciendo," acaba.