En el proceso de selección de personal, las empresas consideran que las buenas condiciones laborales y las políticas de conciliación son los aspectos que más tiene en cuenta un futuro trabajador para escoger un empleo, mientras que para el candidato, si bien el sueldo, las horas y la organización del trabajo son importantes, cada vez más hay una mayoría de profesionales que también valoran la estabilidad de la empresa y su imagen de marca. Estas son algunas de las tendencias que avanza Etalentum, empresa catalana de selección de personal, para el año que acaba de comenzar.
“La situación de inestabilidad económica globalizada actual, que se suma a dos años precedentes determinados por las consecuencias de la pandemia del coronavirus, han alterado el mercado laboral y modificado las preferencias de los candidatos a un puesto de trabajo”, expone Jaume Alemany, cofundador de Etalentum. Advierte además que aquellas empresas que no se ajusten a las demandas, la flexibilidad y la estabilidad, “no tienen un futuro inmediato porque no podrán retener el talento”.
Alemany cita que hay profesiones con una alta demanda en los que los candidatos pueden elegir, “y lo hacen en función de la flexibilidad y la contribución curricular que les ofrece una compañía si tiene una imagen de marca muy reconocida en el sector de actividad en el que desarrolla el negocio”. Se da este caso, por ejemplo, en la selección de expertos en Tecnologías de la Información -como los programadores informáticos- que pueden ejercer sus responsabilidades sin necesidad de una presencialidad permanente en la empresa y para los que desarrollar su trayectoria profesional en una compañía con una imagen reconocida -como la que pueden tener las grandes corporaciones tecnológicas internacionales- revaloriza su currículum y su experiencia laboral.
La consultora de recursos humanos, especializada en la selección de cargos intermedios, directivos y perfiles altamente especializados, constata que “hay empresarios que no han entendido el concepto del trabajo híbrido (con jornadas presenciales en el puesto de trabajo y otras desde el domicilio del empleado) y son reacios a adaptarse a una opción que, si no la contemplan, les pasará factura”, añade Alemany. “Resulta una paradoja que empresas y trabajadores sepan, a veces, tan poco de lo que espera uno de otro”, concreta.
La actitud, por delante de la formación
En este sentido, hace referencia al primer estudio de mercado que ha realizado Etalentum, y que recoge la opinión de trabajadores y empresarios. “Cinco de cada diez empresas valoran más la actitud que la formación y los trabajadores aún no lo saben”, destaca Alemany. Así lo demuestra que para el 52% de las empresas consultadas lo más importante es que las personas tengan una actitud positiva y una buena predisposición en el trabajo, siendo destacada la experiencia por el 38% de los directivos encuestados y solo para el 6% lo fundamental es la titulación. Los trabajadores, por su parte, creen que para la empresa lo más relevante es la experiencia profesional (lo opina el 41% de los encuestados), seguida de la actitud (el 24%) y la formación (para el 19%), aunque solo el 29% de los directores de recursos humanos cree que los trabajadores tienen en cuenta la formación como valor diferencial de la oferta laboral.
Donde sí hay coincidencias es la actitud y el conocimiento para trabajar en equipo, ya que “la inteligencia colectiva que surge de la colaboración de los trabajadores es cada vez más importante para las organizaciones, por lo que muchas empresas, en sus procesos de selección, valoran ya la actitud sobre otros factores”, manifiesta el cofundador de Etalentum. De ahí que, una vez iniciada la relación profesional, las empresas valoran también como importante el compromiso, la profesionalidad y la capacidad de adaptación, mientras que los trabajadores creen que lo primero que se evalúa de ellos son sus competencias a la hora de resolver problemas, aunque también manifiestan ser conscientes de que es un factor destacado su capacidad para amoldarse a un nuevo puesto o situación.
Se trata, pues, de “extraer las competencias más relevantes de cada candidato”, en opinión de Alemany, quien apunta al uso de la Inteligencia Artificial y el Big Data como elementos indispensables para los procesos de selección de personal. “En Etalentum trabajamos con sistema 'Robinson', una herramienta que hemos desarrollado -con una inversión de medio millón de euros- para gestionar, almacenar, interpretar y dar respuesta a una gran cantidad de contenido gracias a una sofisticada combinación de algoritmos que aplican Inteligencia Artificial y sistema de análisis del Big Data y Business Intelligence”.
Aconseja a los candidatos -la plataforma Etalentum trabaja comuna base de datos de más de 200.000 personas y realiza cada año 1.200 procesos de selección- que no únicamente destaquen su formación académica, sino que además incluyan sus competencias profesionales (skills) para poner en práctica los conocimientos, habilidades y valores en el ámbito profesional, porque “ya en la selección es importante fomentar el mutuo conocimiento de empleados y empleadores como elemento fundamental para el éxito del proyecto empresarial”.