Raúl, nombre ficticio, empezó a conducir camiones en una pequeña empresa de transporte y enseguida vio que no era un buen lugar para trabajar. "Era un desastre de gestión, me habían dicho que entraría a las 7 de la mañana, después me lo cambiaron a las 4 de la mañana y cada día me cambiaban de horario", explica. Siguió trabajando porque necesitaba un sueldo mientras preparaba unas oposiciones, pero el salto de la mala gestión al mobbing laboral llegó cuando tuvo un hijo. "No me querían dar el certificado de empresa para tramitar la baja por paternidad", explica. "Viví la realidad que han sufrido las mujeres desde siempre", añade.
Corría el mes de agosto del año pasado y hacía un año que estaba en vigor la nueva ley que equiparaba la baja laboral de padres y madres en hasta 16 semanas, las primeras seis de ellas obligatorias, después del nacimiento. "Cuando pedí las 16 semanas, salieron a relucir todos los demonios de la empresa", narra Raúl, que explica que "la empresa no me quería dar los cuatro meses seguidos, ni darme vacaciones, ni nada de nada." "Estaban enfadados conmigo por ser padre", dice Raúl, que relata que perdió pelo y sufrió mucho estrés durante esa temporada por la falta de respuesta de la empresa, que incluso dejó de pagarle algunos meses de sueldo y todavía le debe 1.000 euros, denuncia.
Cuando acabó los cuatro meses de baja, el pasado mes de diciembre, Raúl volvió a su puesto de trabajo. "Fui a recoger el vehículo y ver qué trabajo me daban, pero no aparecía nadie", relata. Preguntó a la empresa, le dijeron que se cogiera fiesta y que ya le dirían algo. Raúl, que ya había sufrido ansiedad en el volante del camión en parte por la mala gestión de la empresa antes de coger la baja de paternidad, volvió a sufrirlo al ver que le hacían el vacío, y al ver la delicada situación decidió contactar con una abogada.
"Enseguida vio que me estaban haciendo acoso laboral y que no podía conducir con esta sensación de ansiedad", dice Raúl, que no sabe exactamente cuál es el objetivo de la empresa. "Supongo que quieren que se marche para no pagarme la indemnización, pero siento que si lo hago les daré la razón", explica, en anónimo y sin mencionar la empresa porque todavía están con un proceso abierto de conciliación laboral que, si no se resuelve, acabará en los juzgados. Por ahora, la empresa no ha respondido a los burofaxes.
Aunque el caso de Raúl es un ejemplo de acoso puntual y no una tendencia, desde los sindicatos coinciden en alertar la resistencia y los prejuicios de muchas empresas a la hora de conceder los permisos de paternidad a los cuales hombres y mujeres tienen derecho por ley. Desde UGT, Cristina Antoñanzas, vicesecretaria general y responsable de igualdad, reconoce que han tenido casos, y no pocos", de empresas que "están poniendo problemas a los trabajadores para disfrutar de las 16 semanas".
"Hay comentarios habituales como: '¿por qué no coge la baja tu mujer?'", explica Antoñanzas, que detalla que "los hombres, normalmente, cogen los permisos remunerados igual que las mujeres, pero cuesta más que se tomen los permisos no remunerados." De hecho, según datos oficiales, el año pasado se tramitaron 473.720 prestaciones por nacimiento y cuidado de un menor, de los cuales 224.359 correspondían al primer progenitor, normalmente una mujer, y 249.361 al segundo progenitor, usualmente al padre. "Cuando explicábamos que las empresas nos ponían estas dificultades a nuestros compañeros hombres no se lo acababan de creer y ahora lo están viendo. Otro de los problemas habituales es que no quieren que los padres se cojan las 16 semanas seguidas y presionan a fin de que las pidan de forma alterna", relata.
Las conclusiones coinciden con las de Comisiones Obreras (CCOO). Carolina Vidal López, secretaria confederal de Dones, Igualdad y Condiciones de Trabajo, reconoce que han llegado casos, algunos de ellos judicializados, pero no muchos. "A veces, ponen dificultades a los hombres para sus permisos de paternidad. Es un atentado del patriarcado contra sí mismo", reflexiona Vidal, que recuerda comentarios "extremadamente machistas" más que denegaciones. "Se cuidan mucho de denegarlo o despedir por este motivo, ya que saben que es ilegal y discriminatorio", apunta.
Acompañar la queja con un insulto homófobo es una de las reacciones que ha llegado a oídos de Vidal, que al mismo tiempo explica las diferencias entre la discriminación a las mujeres y a los hombres de cara a las bajas de paternidad y maternidad. "Cuando eres madre la discriminación es para ser madre y en el caso de los hombres es para cuidar, es habitual que se diga que a quien tiene que cuidar es ella y no él", desarrolla.
"Me preguntaron si tenía pechos por la lactancia"
La discriminación es incluso más común con el permiso de lactancia, que permite ausentarse del trabajo una hora al día para dar leche al hijo hasta que hace los 9 meses. Se trata de un permiso que pueden recibir hombres y mujeres, pero que es mucho más usual para ellas, en parte por una palabra que da pie a equívocos. Antoñanzas, de UGT, recuerda que hace poco un padre que es profesor lo pidió y tuvo que informarse bien porque era el primer caso del sector público en toda una comunidad autónoma.
Cris, que ha sido padre en dos ocasiones en los últimos dos años, lo ha sufrido en su piel. "Cuando lo pedí, el comentario que me hicieron es: ¿Pero tú tienes pechos? Creo que tendrían que cambiar el nombre, aunque la lactancia también puede ser un biberón, los cuidados, que tu mujer necesite ayuda...", reflexiona.
Él, además, ha recibido presiones para no pedir la baja de paternidad completa en las dos empresas diferentes donde se ha encontrado cuando ha sido padre. "Cuando cogí la primera baja por mi primer hijo, yo estaba en una empresa pequeña y coincidió que era 2021 y hacía poco que se había aprobado la nueva ley que permitía las 16 semanas. Cuando de lo dije a los responsables fue una catástrofe. Me presionaron mucho, diciendo que cuatro meses no podía ser, que era una barbaridad, que lo teníamos que negociar. Yo en aquel momento empaticé, porque era una empresa del sector turístico que salía de la crisis de covid, pero lo pensamos en casa y decidí mantenerme. Al final, cedieron", relata.
Poco después, recibió los comentarios por la lactancia. Y un año y medio más tarde, ahora mismo, en otra empresa "más internacional", su jefa vuelve a tener una actitud recelosa con la baja. "Ni la enhorabuena me dio. Me dijo que les ocasionaba una molestia, que tendrían que repartirse el trabajo entre el resto. Yo pensaba que a una empresa mayor no me pasaría, porque además ella es responsable de la oficina, ni siquiera directiva o propietaria de la empresa", lamenta.
"Yo voy a hacer la baja completa, quiero estar con mi hijo y tengo derecho a hacerlo. Los hombres de hoy día nos encontramos con esta barrera que la sociedad todavía los dice que las mujeres tienen que cuidar a los hijos y parece que si lo haces estás haciendo un favor. Pero yo no lo creo así", remata a Cris, avalado por la ley.