Empezar un nuevo empleo es sinónimo de nervios, angustia y desafío, pero a la vez estos nervios se traducen en nuevos retos y motivaciones. Uno de los requisitos importantes en un curriculum son los años de experiencia, y normalmente no se cumplen, por lo que es necesario crear una estrategia para poder entrar por primera vez en el mercado laboral. ¿Cómo se negocia un salario o condiciones en un primer contrato? ¿Cómo se afrontan las preguntas sobre la experiencia laboral si soy un recién graduado? ¿Por dónde empiezo a buscar trabajo? Estas y muchas otras preguntas son las que una persona que acaba de salir de la facultad se hace.
¿Cómo hablar de tus debilidades en una entrevista de trabajo con éxito?
Los expertos en management y reclutamiento dan trucos a las personas con menos experiencia para un primer empleo: organizarse y montar un plan es clave. No basta en tener un curriculum lleno de cosas, sino que es necesario investigar la empresa a la que quieres aplicar y participar en ferias de empleo enfocadas a recién graduados. Evidentemente, un CV atractivo siempre llamará la atención, pero definir los objetivos clave es básico a la hora de afrontar una entrevista.
Las entrevistas de trabajo son una parte fundamental para entrar en el mundo laboral, por lo que la primera apariencia es clave. Aunque la experiencia suele ser esencial, la actitud y mostrar interés real en el puesto, estar seguro y confiado y tener ganas de aprender dentro de la empresa es básico.
Más allá de la actitud, otras formas de demostrar que se está cualificado para el puesto de trabajo es ver qué competencias coinciden con las que necesitan para el puesto. Durante una entrevista de trabajo se recomienda destacar los logros académicos, los proyectos propios, si se ha hecho algún voluntariado y demás.
Asimismo, la responsabilidad es fundamental. Uno debe mostrar madurez y sensatez desde el primer día y asumir que ya no está en la facultad, que cuando más responsabilidades personales asuma, más rápido se convertirá en un profesional respetado.
Las 7 preguntas trampa que podrían descartarte en una entrevista de trabajo
Una empresa siempre combina el trabajo individual con el grupal, por lo que aprender a trabajar en equipo es esencial, y demostrarlo desde el primer momento también. De nuevo, la actitud para el trabajo en equipo es ver los problemas de las personas del grupo como tus problemas, y eso se lo debes demostrar al reclutador y evidentemente en el primer día de trabajo. Eso va relacionado con la buena voluntad: si ayudas a otras personas de tu compañía, la gente también te ayudará a ti cuando se les presente la oportunidad. Así que tanto en una entrevista de trabajo como en los primeros días en la empresa no está de más mostrar esta intención e interés.
Para captar la atención de los reclutadores y crecer profesionalmente dentro de la empresa, es esencial investigar a las compañías de tu interés para ver si encajan con tus necesidades profesionales. De esta manera, podrás comprobar si te ajustas con la misma visión, misión y valores del negocio al que quieres aplicar.
Además, ser flexible y tener la mente abierta es especialmente importante tanto en los primeros días de empleo como en la entrevista, ya que estarás aprendiendo nueva información, tareas y habilidades para toda la vida.
"De los errores también se aprende"
Fuera de la empresa, otra de las recomendaciones es buscar y ponerse en contacto con alguien del sector en el que aspiras a trabajar. Poder charlar sobre el ámbito laboral, el día a día en una compañía y las diferentes empresas con otros expertos es básico, también para empezar a crear una red de contactos. Los expertos aconsejan hablar y, sobre todo, escuchar y preguntar a estos referentes para poder captar sus experiencias y así poderlas poner en práctica.
Todo esto sin olvidar que el mayor error es creer que nunca se puede cometer un error. Cuando una persona empieza a trabajar desea no equivocarse y a veces puede sentir que un fallo es una catástrofe. Sin embargo, la persona que nunca ha cometido un error es porque nunca ha hecho nada. No hay que olvidar que la posibilidad de equivocarse existe y que de los errores también se aprende.