El quiet quitting o renuncia silenciosa es un concepto que se puso de moda en 2022 y define la tendencia de los trabajadores de irse borrando de la implicación y la entrega, hacer lo mínimo para forzar el despido o no complicarse la vida. Pero poco después llegó el quiet firing o despido silencioso, que consiste en la práctica de las empresas de aislar a los trabajadores para forzarles a abandonar la empresa sin tener que pagarles indemnización. En un mundo en que muchos sectores están replanteándose sus estructuras laborales por la irrupción de la Inteligencia Artificial y las tareas que puede asumir, este término vuelve a cobrar fuerza. 

¿Cómo se detecta el despido silencioso? No siempre es sencillo, puesto que en empresas que no están acostumbradas a dar feedback positivo, esta dejadez se puede confundir con el despido silencioso. Pero cuando se combinan ciertos factores, es posible que la empresa esté forzando tu marcha. No revisar el sueldo después de varios años es uno de los signos, pero de nuevo puede coincidir con un periodo de contricción de la empresa o que no considere estratégico este aumento. Si has pedido un aumento muy básico y la empresa no quiere concedértelo, es muy probable que tal vez la empresa no está deseando que te marches, pero tampoco le importe demasiado. 

Cuando la empresa no se comunica de forma clara con el empleado, también puede ser un síntoma de despido silencioso. Te asignan tareas que no están muy claras, te culpan de situaciones que claramente no son tu culpa o ignoran persistentemente tus puntos de vista en situaciones en las que antes sí que te escuchaban. Son signos claros de despido silencioso. 

Pero seguramente el signo más claro de despido silencioso es que la empresa donde trabajas te aparte de tus funciones o te asigne un departamento que claramente no encaja con tu perfil ni vocación. Llevarte a un departamento poco estratégico o a uno que no encaje con tu perfil puede hacer disparar todas las alarmas. ¿Te han dejado fuera de varias reuniones en las que claramente deberías estar? Ahí tienes otra señal. 

Existen tres niveles de despido silencioso. El primero es aquel en que la situación es difícil con un trabajador, pero no es prioritario y la empresa va posponiendo la decisión. Puede ser el que se alargue más en el tiempo, porque al no haber una determinación de la empresa el empleado puede aguantar más tiempo. 

El segundo tipo de despido silencioso se da cuando la empresa no es consciente de estar forzando la salida del trabajador. Es un caso común en empresas con mala comunicación entre líderes y empleados o mala gestión de recursos humanos. Al no abordar esta situación de manera adecuada, el trabajador se ve forzado a marcharse, pero no porque la empresa lo haya provocado intencionalmente. 

El tercero, y seguramente más doloroso, es el despido silencioso deliberado. La empresa sabe que existe una situación a resolver con un trabajador, ya sea por tareas, por sueldo u otro tipo de insatisfacción. Y pese a saberlo, decide a conciencia no actuar o, lo que es peor, actuar en contra de los intereses del trabajador. En los casos en que se da una degradación de puesto o se aparta al trabajador hacia un departamento donde no encaja, claramente podemos estar ante un despido silencioso. Si la empresa no responde a correos urgentes, si critica o cuestiona tareas que claramente están bien realizadas, también estamos ante un signo claro. 

Para algunas empresas, el despido resulta demasiado caro, así que esta fórmula, apartar al trabajador o dejar que se queme, resulta más barato e incluso menos conflictivo, como una especie de ghosting laboral. 

Pero los expertos en Recursos Humanos alertan de que esta es una práctica que tiene malas consecuencias para las dos partes: afecta a la salud mental del trabajador y perjudica también la reputación de la empresa.