El Gobierno ha aprobado este martes en el consejo de ministros la reducción de la jornada laboral de 40 a 37,5 horas semanales sin perder salario, después del acuerdo entre el ministerio de Trabajo y los sindicatos. Ahora falta que la histórica reducción de jornada reciba los apoyos necesarios al Congreso para convertir en ley el anteproyecto.
Será entonces, una vez reciba la aprobación del legislativo y sea votado en el Congreso de los diputados, cuando se publique en el Boletín Oficial del Estado (BOE). La intención es que entre en vigor antes del verano, pero hasta el 31 de diciembre del 2025 no se aplicará a las empresas con una media horaria superior a las 37,5 horas semanales, porque así las empresas tendrán tiempo para adaptarse al nuevo escenario.
En la práctica, hay muchos convenios colectivos que ya se estaban negociando o aprobando con esta nueva carga horaria de 37,5 horas. Pero hay 9 millones de personas que tienen convenios colectivos por encima de esta cifra. I 3 millones más que no están sujetos a ningún convenio colectivo y que, por lo tanto, su jornada se rige por|para el máximo de 40 horas semanales establecido por el Estatuto de los Trabajadores. En total, 12 millones de trabajadores se verán afectados por esta medida.
Sectores intensivos como la agricultura, la hostelería y el comercio, con jornadas muy largas, serán los principales beneficiados. Y las empresas, sobre todo pequeñas, que tendrán que reorganizar sus turnos y horarios, serán las más perjudicadas.
En Catalunya, según el Ministerio de Trabajo, un 80% de los trabajadores tienen una jornada superior a 37,5 horas. Un 34% trabaja entre 37,5 y 38,5 horas, un 43% entre 38,5 y 39,5 horas y el resto tiene una jornada superior a las 39,5 horas.
Teniendo en cuenta que en Catalunya hay 3,75 millones de ocupados, la reducción de jornada afectará a unos 3 millones. Catalunya, a pesar de eso, es la tercera comunidad con menos afectación, por detrás del País Vasco, donde un 52% de los trabajadores ya trabajan menos de 37,5 horas, y Navarra, donde un 40% tienen esta jornada desde antes de que se apruebe la nueva ley.
La reducción de jornada no es la única medida aprobada por el consejo de ministros en el ámbito de la jornada laboral. El control horario se redefinirá con un control remoto en el cual tendrá acceso la Inspección de Trabajo, con el objetivo de incrementar su cumplimiento. Este registro se hará de acuerdo con unos parámetros que garanticen su trazabilidad y autenticidad y cada trabajador lo hará de manera personal a fin de que la empresa no pueda alterar el contenido.
"El control horario es la medida estrella de esta reforma en un país donde se hacen la burrada de 3 millones de horas extraordinarias cada semana, aunque cuando llegamos al gobierno, eran 6 millones," ha dicho Díaz.
Además, la reforma laboral establece un "derecho irrenunciable a la desconexión digital" con el fin de garantizar que los trabajadores no reciben llamadas ni mensajes laborales fuera de su jornada.
Para garantizar que se cumplen de estos derechos, se establecen sanciones económicas de entre 1.000 y 10.000 euros, en función de la gravedad.
Según la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, esta medida hará mejorar no solo las condiciones de trabajo, sino también la productividad. Díaz ha liderado la iniciativa en pugna con el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, y ahora el texto pasa al Consejo Económico y Social, donde los empresarios tienen un tercio de los votos, después de haber recibido el apoyo de los sindicatos pero no de las patronales.
Entre la oposición la ley, se encuentra el sector de la hostelería, con que ha calculado que la reducción de jornada les supondrá 2.538 millones anuales de gastos.
En la Unión Europea, la jornada laboral media es de 36,1 horas semanales. Los países con jornadas más largas son Alemania, Países Bajos, Dinamarca e Irlanda, con 48 horas semanales legales (aunque en la práctica las medias son inferiores a las españolas). Los países con la jornada laboral más corta por ley son Francia, 35 horas, y Bélgica, con 38 horas semanales.