Enero de 2020. La pandemia está aún a tres meses de estallar, la jornada de cuatro días no está en la agenda de casi nadie, ni la conciliación, ni la flexibilidad horaria están en el centro de la negociación laboral. Pero en Mengíbar, un pequeño municipio de Jaén de 9.000 habitantes, la empresa de software Del Sol toma una decisión que la adelanta unos años al futuro e implanta la jornada laboral de cuatro días, sin rebaja de sueldo. Un mes después, se une a la tendencia otra empresa andaluza, Deluxe, de venta de tratamiento de aguas en Granada. Ninguna de ellas se ha arrepentido y ambas han crecido desde entonces.
A día de hoy, la semana de cuatro días es ya una realidad en decenas de empresas españolas de diferentes sectores, desde el restaurante La Francachela de Madrid o el grupo empresarial granadino Simeom Capital, así como la alicantina Zataca Systems, la madrileña Good Rebels o la valenciana Big Buy. Se trata de un modelo cada vez más debatido a partir de la creencia de que el mayor bienestar de los trabajadores puede mejorar tanto su productividad como su adherencia a las empresas.
Y el debate tiende a intensificarse después de que las conclusiones del estudio de la Universidad de Cambridge con 61 empresas y 2.900 trabajadores mostraran hace unas semanas que 56 de ellas seguirán aplicándola y 18 ya la implantan de manera permanente. Una caída del 65% en los días de baja por enfermedad y del 57% en renuncias, así como promedio de incrementos de ingresos del 1,4% animan a ello.
En España, el Gobierno está a "muy poco tiempo", dicen fuentes del ministerio de Industria que lo aplica, de abrir el proceso de inscripción para las empresas que participarán en el plan piloto con subvención de 10 millones de euros para ayudar a implementar la semana de cuatro días. "La idea es hacer un seguimiento para ver cómo funciona y en qué sectores lo hace mejor", añaden las mismas fuentes.
Antes de estos pilotos, estudios y empresas que se apuntan al carro, la vanguardia nació en Jaén. En software Del Sol, la idea de aplicar la jornada de cuatro horas no surgió de leer teorías económicas ni libros de liderazgo, ni de la inspiración de ver ejemplos en otros países. Lo cuenta Ana Arroyo, responsable de Recursos Humanos de Del Sol. "La encuesta de clima laboral mostraba que la conciliación era un aspecto que preocupaba a los trabajadores y que cojeábamos en ese aspecto, aunque ya teníamos medidas como todo tipo de permisos. Y desde la dirección surgió la idea de implementar la jornada de cuatro días", cuenta. En ningún momento se plantearon rebajar también el sueldo, como haría en 2021 la empresa catalana Desigual, porque tenían claro que "en ese caso, los trabajadores no aceptarían", dice Arroyo. Desde entonces, trabajan cuatro días a la semana y no tienen ninguna intención de cambiar de modelo.
La empresa, que contaba por aquel entonces con una plantilla de 183 trabajadores, contrató a 15 personas para cubrir el hueco dejado y no ha dejado de crecer desde entonces, a un ritmo medio por encima del 20% anual, que este año prevé superar llegando al 30%. La inversión de 420.000 euros que afrontó para abordar la reorganización no les ha impedido mantener el crecimiento. Y aunque desde la compañía no pueden establecer una relación causa-efecto entre la reducción de jornada y la mejora económica, "lo que es seguro es que no ha perjudicado en nada", asegura Pedro Cortés, director de comunicación.
A la propia responsable de Recursos Humanos, su nuevo día libre le sirvió para tener más facilidad para estudiar un máster en Córdoba. Arroyo explica que el día libre va rotando semanalmente entre aquellos que trabajan de cara el público y se reparte entre el lunes y el viernes entre el resto. La pandemia irrumpió poco tiempo después de esta novedad y Del Sol se apuntó también enseguida a convertir en estructural el modelo híbrido de teletrabajo, que permite alternar el trabajo presencial y el remoto.
"Me pillas que me voy a Budapest"
Un convenio con 1.500 euros de sueldo de entrada, inversión en formación, comedor propio pagado por la empresa y seguro médico son "algunos de los hechos diferenciales" de la empresa que, según Arroyo, les permiten "atraer y retener talento". "Rueda el engranaje y rueda todo. El estrés permanece porque el ritmo de trabajo es elevado, pero se lleva mejor cuando estás contento y eso lo notamos en términos de productividad", añade. Con todo, la responsable de recursos humanos reconoce que la motivación ha decaído en la última encuesta, ya que "hay que estar siempre atento a la plantilla y este tipo de medidas tienen un efecto de estímulo inmediato pero con un impacto temporal".
"La semana de cuatro días no es una fórmula mágica y puede no servir para todas las empresas", explica Arroyo, que destaca que "incluso cosas como hacer la compra un viernes por la mañana y no tener que hacer colas" ya ayuda a despejar el fin de semana y a un mayor bienestar. "Se habla mucho de conciliación familiar, pero también hay que hablar de conciliación personal, porque muchas veces la gente soltera defiende también su derecho", ahonda Arroyo.
Paloma, trabajadora de Del Sol en atención al cliente, explica que está encantada con su día libre. "Me pillas que este fin de semana me voy a Budapest", cuenta, aprovechando ese puente del que todos los trabajadores disfrutan de vez en cuando. "Aprovecho mucho porque me gusta hacer deporte y rutas por la sierra con mi perro. Con dos días de fin de semana, no me da tiempo a esas rutas, ver a mi familia y las tareas de la casa", celebra. Además, se ha apuntado a francés y está a punto de sacarse su primer título. "Lo más importante es que mejora la conciliación familiar y también la dedicación a tus aficiones", resume. "A la hora de decidir dónde trabajar, prioricé esto a lo económico", remata, "porque al fin y al cabo lo que tenemos que vivir es la vida".
La experiencia en Deluxe, empresa más pequeña con unos 50 trabajadores, también es satisfactoria. "El abogado de la empresa, que es muy viajero, aprovecha cada dos por tres para irse de viaje de jueves a domingo", explica Arancha Solís, responsable de comunicación de la empresa. "Los jueves, a las tres de la tarde, echamos la persiana y hasta el lunes", detalla. Empezaron con la jornada de cuatro días un mes y medio antes de la pandemia y, "al cabo de un mes se había facturado un 20% más que el mismo mes del año anterior", explica, de nuevo, sin poder establecer una relación causa-efecto. "El tiempo es más productivo porque la gente está mucho más motivada", asegura convencida Solís."Esto se planteó no como una cosa definitiva, sino para ver cómo funciona, pero estamos encantados y a día de hoy no hay ninguna intención de dar un paso atrás", concluye.