¿Se han dado cuenta de que cada vez hay más mujeres detrás de una botella de cava? Viticultoras, enólogas, técnicas en el proceso de elaboración, sumilleres, responsables de marketing y actividades gastronómicas y turísticas... así hasta llegar a la dirección general de destacadas bodegas familiares, esparcidas por todas las denominaciones de origen que el cava tiene por todo Catalunya. De hecho, muchas ya formaban parte del mundo del cava, en pequeñas y grandes explotaciones o empresas, pero su trabajo era poco visible. Por eso, en el marco del Cavatast 2021 se presentó el colectivo Cava Women, una iniciativa integrada por un grupo de mujeres profesionales del sector que quieren revalorizar su papel dentro del mundo vitivinícola, aportando otra mirada, para explicar el cava y su historia en femenino, "pero con credibilidad y respeto". Les queda mucho trabajo a hacer y una asignatura pendiente: estar presentes al máximo órgano de decisión del Consejo Regulador del Cava, al plenario de esta entidad que promueve y supervisa la Denominación de Origen Cava (D.O. Cava) y en la cual sí que forman parte del comité de cata.
"Queremos contribuir a dar otra visión del sector, más fresca, más emocional, más sensible, tal como somos nosotras, las mujeres," comenta Eva Plazas, impulsora y portavoz del grupo. Plazas, enóloga de la bodega Vilarnau, insiste en el hecho de que hay mucho talento femenino "escondido" dentro de las bodegas, que aporta mucho valor añadido a las empresas y al sector. "Si se hace visible, será una herramienta más para promocionar el cava y hacer valer el producto aquí y también internacionalmente, porque nuestra visión es muy amplia, sin frontera y con una gran conciencia del contexto actual", añade.
Desde el colectivo saben y luchan por corregir otros desequilibrios, como el papel "de acompañante, de apoyo" que la mujer tiene a la viña, porque no hay viticultoras porque siempre se han encargado de la labor más burocrática de la masía o de la bodega, "que es tanto o más importante", recuerda Plazas. Admite que cada vez están apareciendo más jóvenes agricultoras que se dedican a la viña, pero no son más de un 5% de todos los campesinos que se dedican. "Son jóvenes de entre 24 y 26 años que ahora ya están en la viña, en la vendimia...", añade y menciona a Marta Torné, agricultora y enóloga de Caves Torné y Bel.
Otro de los aspectos se encuentra en la otra punta de la cadena de valor y es una muestra más del principal desequilibrio que manifiesta este sector en cuestión de género: la falta de mujeres al frente de las compañías vitícolas. Plazas advierte que todavía hay mucho camino a recurrir "a las partes de arriba", y admite que, en general, si llegan a la dirección es porque se trata de empresas familiares y tiene que ver con el relevo generacional.
Sin embargo, Cava Women recoge muchas sensibilidades diferentes y con un amplio abanico de edades, de entre 30 y 60 años. Hay nombres como Meritxell Juvé, consejera delegada de Juve & Campos; Mireia Pujol-Busquets, directora de Alta Alella; Marta Torné, enóloga de Caves Torné i Bel; Maite Esteve, directora de Vins El Cep; o Montserrat Mascaró, de la bodega Antonio Mascaró; Marta Casas, enóloga de la bodega Parés Baltà; Gemma Flaqué, copropietaria de Cava Bertha; Marta Vidal (Vallformosa); Anaïs Manobens (Maria Rigol Ordi), Mireia Tetas (Pinord), Gemma Torelló (Agustí Torelló Mata), Olga Font (Fonpinet), Aurora Carafí (Maria Casanovas), Elena Mayor (Sumarroca); Marta Giró (Giró del Gorner); Gemma Sibill (Oliver Viticultors), Glòria Cullell y Sílvia Ros (Freixenet) o Mercè Mateu (Cava Pagès Entrena), entre otras.
Porque también va de eso. "De hacer red entre nosotros, de compartir nuestros conocimientos, solucionar problemas comunes, de afrontar los retos de futuro en el sector, pudiendo hablar de hibridaciones, de variedades de cepas más resistentes al cambio climático, del papel de la biodinámica en el mundo del cava, de la sostenibilidad en la bodega..." en definitiva, de tener intercambio de impresiones y de promover jornadas de debate y de reflexión sobre el sector y su futuro; y promocionar el cava por todas partes.
Eva Plazas menciona que la labor de la mujer al segmento del cava ha tenido, en determinadas etapas, un papel fundamental para garantizar la continuidad. En este sentido, menciona las figuras de Dolors Sala Vivé, la hija y nieta de la antigua Casa Sala y viuda de Pere Ferrer Bosch, que levantó las raíces de Freixenet; Ramona Roig Manobens, que se casó con Salvador Santacana; Isabel Cebada, viuda de Ramón Rigol Prats; Montserrat Fatjó Tintorer, viuda de Manuel Raventós Domènech de Codorníu, o las hermanas de Can Prats, atadas a la historia de Vins el Cep.