Este 2022, a solo un mes de finalizar, ha supuesto un cambio radical en los movimientos de los inversores. Desde el mundo tecnológico y los valores de crecimiento que dominaron durante casi una década, se ha pasado a sectores más defensivos como la banca, la energía y los bienes de primera necesidad. El brusco cambio en los tipos de interés por las subidas del precio del dinero de los bancos centrales ha sido la clave de este cambio de dirección del dinero.
Por ello, a pesar de que las bolsas ofrecen caídas, el sector bancario en España ha vivido un ejercicio maravilloso. CaixaBank y Sabadell se han anotado subidas del 47%, Bankinter ha logrado una revalorización del 40% y Unicaja del 12,5%. Mientras, los grandes trasatlánticos bancarios (BBVA y Santander) han registrado un comportamiento peor. BBVA sube el 7%, mientras que Santander -pese a su récord de beneficios en el tercer trimestre del año al superar los 9.000 millones- cae el 3,8% en estos once meses del año. Sin embargo, las previsiones del consenso de mercado recogido en FacSet apunta a un precio objetivo de la acción cercano a los 4 euros (ahora cotiza a 2,83 euros), con un potencial de subida cercano al 40% sobre estos niveles.
La subida de los tipos ha sido generalizada en todo el mundo y debería también haber beneficiado a Santander y BBVA, pero en estos casos, su fuerte presencia internacional, sobre todo en mercados emergentes, ha jugado en su contra. La fortaleza del dólar frente a las divisas latinoamericanas o la lira turca afectan, sin duda, a sus beneficios y a la percepción de los inversores sobre la solidez de su negocio. Por ello, el dinero ha premiado con intensidad a la banca doméstica española. Pese a las fuertes alzas registradas en el año, el interés por estos valores continúa ante la escalada de los tipos de interés que, aunque a menor ritmo, seguirán subiendo tanto en Europa como en Estados Unidos para poner coto a la inflación.
La rentabilidad del sector bancario
Los analistas consultados plantean como duda más relevante el impacto de una fuerte desaceleración económica e, incluso, de una recesión sobre el negocio bancario, pero hoy en este momento los siguen viendo fuertes para soportar vientos en contra siempre que no se conviertan en huracanes. Según la consultora internacional Accuracy, los resultados financieros de los principales bancos españoles durante el tercer trimestre de 2022 muestran un crecimiento generalizado de los márgenes de tipo de interés que apuntala la progresión positiva de sus principales métricas de rentabilidad. Su apuesta por la banca española se asienta en la continua mejora de su tasa de mora, con un 3,1% de media en los 6 bancos incluidos en el análisis. También indican que aumentan los volúmenes y el precio de los activos y no esperan que haya movimientos generalizados en la remuneración de los depósitos -con el consiguiente deterioro del margen financiero- al menos hasta marzo de 2023. Por último, Accuracy considera que la ratio de eficiencia ha mejorado en todos los bancos. Especialmente destacable es el caso de Unicaja.
Alberto Valle, director en Accuracy, considera que “la evolución del Euríbor durante los próximos trimestres seguirá impactando positivamente en las cuentas de las entidades españolas, incluso a pesar de un posible aumento de la tasa de mora. La industria podrá navegar la incertidumbre del entorno con una solidez y resiliencia a prueba de escenarios realmente adversos”.
Chiara Romano, directora asociada del equipo de instituciones financieras de Scope Ratings también destaca los buenos resultados de los bancos españoles del tercer trimestre y de los nueve primeros meses del año, que muestran una tendencia al alza del margen de intereses. Además, la mejora de los ingresos absorbe el aumento de los gastos operativos y la contención de los costes crediticios. La calidad de los activos se mantuvo prácticamente inalterada, pero varios bancos aumentaron la cobertura de la morosidad.
Respecto al impuesto extraordinario sobre la banca, Chiaro opina que a pesar de la opinión no vinculante y poco positiva emitida por el BCE el 2 de noviembre, el Gobierno español tiene la intención de seguir adelante con el impuesto extraordinario a los bancos. “En Scope, seguimos siendo escépticos sobre la prohibición de repercutir el impuesto a los clientes, ya que en la práctica es difícil de aplicar. E incluso si se aplica, podría ser perjudicial para la oferta de crédito”, concluye.
El mercado infravalora los bancos
Ben Arnold, especialista en inversión value de Schroders considera que el sector bancario europeo se percibe cada vez más como una excepción en la que los beneficios van a mejorar drásticamente. Entre las razones para seguir apostando por los valores destaca sus bajas valoraciones en bolsa: “en la actualidad, el sector cotiza aproximadamente un 35% por debajo de su media a largo plazo, y es el más barato desde hace una década”. Y añade: “se trata de valoraciones atractivas, dado que las perspectivas de los bancos son hoy más halagüeñas de lo que han sido durante mucho tiempo, sobre todo debido a la subida de los tipos de interés y a la solidez de los balances”.
Otra de las razones para estar en bancos, según Justin Bisseker, analista de bancos europeos de Schroders: “mientras que los tipos de interés suelen bajar al entrar en una recesión, esta vez los bancos centrales están desesperados por sofocar una inflación en rápido aumento subiéndolos. El entorno económico actual tiene pocos precedentes históricos y es uno de los que los bancos pueden beneficiarse. Sus modelos de negocio están orientados a que pequeñas subidas de los tipos de interés puedan suponer un aumento drástico de los beneficios”, concluye.
Además, se espera una gran resiliencia de los balances bancarios, aunque la economía se ralentice. “Para la mayoría de los bancos, la escala de los beneficios de los ingresos derivados de la subida de los tipos de interés es tan grande que debería compensar con creces la carga de las mayores pérdidas crediticias, sobre todo si se tiene en cuenta que la mayoría de los bancos todavía cuenta con provisiones preventivas para pérdidas de crédito establecidas durante la pandemia de Covid-19”, explican desde Schroders. Y, por último, el argumento de unos dividendos crecientes en el sector. Así, las expectativas del consenso para la rentabilidad de los dividendos en 2023 son mucho más altas de lo que han sido durante más de una década.