Una de las conclusiones elementales que remarcó Satoshi Nakamoto cuando creó el Bitcoin es que este tenía que ser finito. El fin del minado de la criptomoneda reina tiene fecha y existe un límite de los BTC que debe haber en el mercado. Según las estimaciones, el año 2140 será cuando se mine el último Bit. En dicho ejercicio debería haber 21 millones de Bitcoins en el mercado, tal y como estableció Nakamoto allá por 2008, cuando se lanzó la que hoy en día es la criptomoneda más valiosa del mercado.
Hoy en día, hay más de 19 millones de Bitcoins en el mercado, lo que supone que el 91% del total de la criptomoneda que pueden producirse ya están lanzadas. Pese a que, desde el punto de vista numérico, puede parecer una distancia corta, la realidad es que aún queda producción de Bitcoin para rato.
Los halving ralentiza la producción del Bitcoin
Pese a ello, se antoja clave de cara a los inversores y, sobre todo para los mineros, hablar sobre lo que podría pasar en el transcurso hasta que se mine el último Bitcoin y, por supuesto, de lo que pasaría después de que la producción total de la criptoreina se complete. De base, hay que entender que es un proceso lento. Pese a que, en los últimos años, la cota de producción ha crecido exponencialmente, la realidad es que los halving son los stoppers de esta operación.
Los halving (reducción a la mitad en castellano) al fin y al cabo lo que hacen es reducir a la mitad las ganancias de Bitcoin que reciben los mineros por cada creación de un bloque. Este proceso se da cada cuatro años, y el siguiente tendrá lugar en 2024. El objetivo que persigue es mantener a los mineros más empleados en la producción de Bitcoin. Con cada reducción que se hace, los mineros irán cobrando menos, algo que desde el punto de vista de la producción podría restarse atractivo al minado de Bitcoin. Pese a ello, los expertos aseguran que la importancia del futuro de la minería reside en las comisiones que los mineros se llevarán el día de mañana.
A menos Bitcoin, mayor valor
Y es en este punto dónde toma valor el hecho de que cada vez haya menos Bitcoin para producir. Nakamoto insistió en que la criptomoneda fuese finita para crear un modelo deflacionario. Para Miguel Caballero, CEO y cofundador de Tutellus, el hecho de que el BTC sea finito “es una de las grandes ventajas de la criptomoneda”. “Si la oferta es limitada, y la demanda de Bitcoin continua, lo único que puede ocurrir es que el activo siga capturando valor, que, al fin y al cabo, es el objetivo por el que fue creado”, explica el experto.
Alberto Fernández, profesor del programa Blockchain e Innovación Digital del IEB, explica que “la motivación de la creación del Bitcoin fue la crisis del 2008, dónde las monedas fiduciarias se imprimían de la nada y mermaban la capacidad económica de la población”. Nakamoto insistió en la idea de que la criptomoneda más popular del mercado fuese un valor refugio, y para Miguel Caballero, el Bitcoin “está demostrando ser una extraordinaria reserva de valor”.
El hecho de que la criptomoneda se haga cada vez más limitada, va aparejada de la idea de que esta vaya ganando valor. Es cierto que, durante el último año y medio, el BTC ha cedido gran parte de las ganancias. Pese a ello, hoy por hoy, es un activo que vale más de 21.000 euros, y que, por el momento, sigue proyectando la directriz alcista y ganando más adeptos.
Alberto Fernández explica que “si atendemos a las gráficas de la adopción, las transacciones están aumentando”. Y es que, poco a poco, las entidades financieras y los organismos monetarios han ido interiorizando que el Bitcoin, como el resto de los activos, han venido para quedarse.
Los mineros podrían ganar un “dineral” con las comisiones
Pero ¿si la recompensa para los mineros va bajando, qué sentido tiene minar? Pues bien, el profesor del IEB ubica esto como “el posible problema más preocupante”, e incide en la idea de que “la desmotivación de los mineros por minar vaya creciendo”. Pese a esto, el Fernández añade que “el aumento de la adopción global está provocando que cada vez tenga más importancia en la recompensa de los mineros las comisiones de transacción”, que al final es lo que cada usuario paga por hacer una compra o una venta en la red de Bitcoin.
Las comisiones son la segunda fuente de ingresos de los mineros. Miguel Cabellero explica que “lo que va a ocurrir a largo plazo es que como BTC cada vez capturará más valor, las comisiones por transacción por sí solas van a representar un dineral para los mineros. Con el minado ganarán menos, pero con las tasas, ganarán más”.
Una red más segura es un reclamo para los inversores
La idea es que, a medida que el Bitcoin se convierta en un activo más limitado, este se revalorizará. Pese a que los halving harán que el minado no sea tan rentable, las comisiones por transacciones se mantendrán, y sí el BTC vale más, los mineros ganarán más. Es por ello por lo que los expertos creen que la red Bitcoin no se detendrá nunca.
Caballero destaca la seguridad creciente de toda la estructura de Bitcoin, “ya que hay más minado alrededor”. “Al ser una red más segura, cada vez hay más dinero dispuesto a ser movido, inmovilizado o guardado en ella”, destaca el experto.
Aunque quedan varias décadas para ver como se mina el último Bitcoin, los expertos aseguran que ni la red ni la valoración del BTC decaerán a lo largo del tiempo. Hoy por hoy hay 19 millones de activos en el mercado. Para 2040 se estima que la producción esté completa en un 99%. Después de ello, habrá que ver si el Bitcoin desbanca a los clásicos valores refugio y se erige como el principal activo de inversión.