Como cada final de año, los bancos y otros grupos financieros intentan captar dinero de los planes de pensiones o premiar generosamente el traslado de clientes hacia su entidad financiera. Sin embargo, este producto está cada vez más limitado ya que solo se pueden hacer aportaciones de 1.500 euros, importe máximo que se puede desgravar, frente a los 9.000 euros de hace solo unos años. El Gobierno de coalición ha ido claramente contra este producto, ofreciendo una alternativa desde el lado público que aún no ha visto la luz, auspiciada por el ministro del ramo, José Luis Escrivá. Así, se ha considerado como un producto para ricos y en su contra se argumenta el elevado coste de las comisiones que aplican las gestoras.

La rebaja del importe a desgravar ha ido haciendo mella en el patrimonio que mueve este producto para la jubilación. Así, con independencia del comportamiento de los mercados, -afecta lógicamente sobre el dinero gestionado- en los últimos años la salida de dinero de los planes de pensiones ha superado a las aportaciones de los clientes. En este 2023, con cifras hasta septiembre facilitadas por Inverco (Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva), las prestaciones han superado en 666 millones de euros a las aportaciones realizadas por los clientes. Por ejemplo, en enero de 2022, el patrimonio ascendía a 87.519 millones de euros y ahora se mueve en los 81.427 millones.

Los rescates de planes de pensiones están superando con creces a la entrada de dinero fresco

Los rescates están superando con creces a la entrada de dinero fresco. Sin embargo, esta recuperación del dinero invertido en planes debe cumplir con unas exigencias ya que a priori se trata de un producto ilíquido hasta el cese de la actividad laboral del cliente. Lo normal, pues, es la jubilación que puede ser a edad ordinaria, anticipada o diferida. La incapacidad laboral es otro de los casos para el rescate junto con situaciones de gran dependencia y, por supuesto el fallecimiento del titular: podrán rescatar sus beneficiarios.

Además, se establecieron casos por el que se podía recuperar el dinero de los planes en casos de enfermedad grave, desempleo de larga duración. Y un supuesto muy interesante es el de la antigüedad de las aportaciones. Así, a partir de enero de 2025 se pueden solicitar los reembolsos de las participaciones con una antigüedad de al menos diez años.

La clara ventaja de este producto es la reducción en el pago de impuestos del cliente, aunque se trata de una ventaja fiscal aplazada, ya que cuando se perciben las aportaciones hay que pagar sin ningún beneficio y, además, al no haber ninguna retención practicada, todo el importe pasa por el filtro del tramo de IRPF que tenga el ahorrador.

Desde el Instituto BBVA de Pensiones explican las distintas opciones para rescatar su ahorro, normalmente de muchos años

En forma de capital: El beneficiario percibe el importe total del plan en un cobro único. Puede ser de cobro inmediato (al producirse la contingencia), o diferido a una fecha posterior señalada por el beneficiario.

En forma de renta: Las rentas pueden ser de distintos tipos: rentas aseguradas temporales o vitalicias, de cuantía y duración garantizada, o bien rentas financieras cuya cuantía o duración no están garantizadas sino que dependen de la evolución del valor y rentabilidad del fondo de pensiones. Las rentas pueden revertir a otros beneficiarios en caso de muerte del perceptor.

En forma mixta: como combinación de un capital y una renta.

En disposiciones: El beneficiario decide libremente las fechas y cuantías de los cobros, sin una periodicidad determinada. El derecho económico pendiente de cobro también varía en función de la evolución del valor del fondo y su rentabilidad.

Una tributación dura

Como productos para fomentar un ahorro complementario a la pensión pública, los planes de pensiones ofrecían ciertos beneficios como el antes mencionado de la desgravación por importes elevados de aportaciones que se ha ido reduciendo. Además hasta 2006 se permitía una reducción fiscal del 40% cuando el dinero del plan de pensiones se cobraba en forma de capital. Actualmente se mantiene pero, lógicamente, solo para las participaciones con antigüedad del 31 de diciembre de 2006.

Esta exención desapareció y cualquier rescate en forma de capital se incorporará al IRPF como renta del trabajo, tributando al tipo que proceda para el ahorrador de acuerdo con el resto de ingresos. Cuando se percibe como renta entra en el IRPF también como renta del trabajo en el tramo que le corresponda entre el 19% y el 47% de tributación.

En caso de fallecimiento no tiene consideraciones fiscales más allá de las que aplican al resto. Los herederos o beneficiarios tributarán exclusivamente en IRPF (no está sujeto al Impuesto de Sucesiones) como rendimientos del trabajo, con la ventaja de poder diferir la tributación a un momento futuro, dado que no hay obligación alguna de rescatar en fecha de fallecimiento, pudiendo permanecer en el plan de forma indefinida como beneficiarios.

Además, los herederos o beneficiarios podrán aplicar la reducción del 40% en rescate en forma de capital solo de participaciones anteriores a 31 de diciembre de 2006. Dispondrán de dos ejercicios fiscales a contar desde aquel en el que se produce el fallecimiento del titular para ejercer este derecho.

Consejos

En caso de optar por rescatarlo, es importante evitar, en la medida de lo posible, hacerlo en forma de capital, dado que es generalmente la forma fiscalmente más ineficiente, puesto que concentra el impacto fiscal en un mismo ejercicio, provocando que se acabe tributando a un tipo marginal muy elevado.

Rescates en forma de rentas, temporales o vitalicias, diluyen el impacto fiscal en diversos ejercicios y, además, tienen otra ventaja: servir más fielmente al verdadero objetivo de un plan de pensiones, que no es otro que el de complementar mes a mes el importe procedente de la pensión pública de jubilación.

Empieza rescatando los planes invertidos en activos más conservadores, con menor expectativa de rentabilidad, y mantén en cartera, si lo consideras apto para tu perfil de riesgo, planes con un grado más de riesgo pero que te ofrezcan una rentabilidad más alta en el medio plazo.