La pasada semana la Junta de Accionistas de Ferrovial aprobaba la marcha de su sede social a los Países Bajos. Un movimiento que se apoyaba en la cotización de sus acciones directamente en Estados Unidos y Ámsterdam (no abandona la Bolsa española) con el objetivo de estar más cerca de sus clientes y también de optimizar la financiación en los mercados. Este miércoles conocíamos que el gestor del mercado español, Bolsas y Mercados Españoles (BME) anunciaba una rebaja de las tasas que aplica por la negociación de los valores cotizados con el objetivo de aumentar el volumen de contratación.
El anuncio se produce una semana después de la marcha oficial de Ferrovial y las nuevas tarifas entrarán en vigor a partir del próximo mes de julio. El gestor de la Bolsa española, ahora propiedad del grupo suizo Six, ha dado muestra de una gran eficiencia y actualización a las necesidades del mercado. Sin embargo, por causas diversas (menor inversión directa de particulares, auge de los fondos, marcha o fusión de algunas compañías, evolución de la economía española, entre otros) ha mostrado como punto más débil la caída en la contratación de acciones. Por ejemplo, la bolsa española en 2015 contrataba una media de 3.800 millones de euros diarios y en 2022 la media de contratación diaria alcanzó solo los 1.409 millones.
Un volumen de negocio en decadencia que se demuestra también en la propia Ferrovial, pero que afecta al conjunto de mercado. Aunque los motivos sean diversos, la firma de construcción e infraestructuras negoció en todo 2019 la cifra de 11.992 millones de euros, mientras que el pasado año este volumen se redujo hasta los 7.704 millones. Por ilustrar más esta tendencia, Banco Santander negoció hace cuatro años 77.788 millones y en el ejercicio de 2022, la cifra fue de 40.261 millones de euros.
Llegó la competencia
Pero la pérdida de negocio ha sido una constante en todas las bolsas europeas después de la entrada en vigor de la directiva Mifid en 2007 que ponía fin al monopolio de las bolsas oficiales como negociadoras de los emisores admitidos. Un auténtico varapalo para este sector que, sin duda, ha tenido que buscar otras fuentes de ingresos. Desde la entrada en vigor de esta normativa los intermediarios deben buscar la mejor ejecución cada vez que casen una orden de un cliente, utilizando para ello todas las herramientas a su alcance. Con esta Mifid aparecieron plataformas de contratación como Turquoise, BATS o Chi-X, cuyos accionistas, paradójicamente, son los intermediarios financieros, presentes también en el capital de muchas bolsas oficiales. Estas nuevas plataformas sin las rémoras de personal e infraestructura de las bolsas clásicas consiguen ofrecer cánones más bajos a los intermediarios con los que trabajan.
Por ello, los mercados oficiales europeos de contratación de acciones han visto reducida su cuota de mercado que antes de esta reforma era lógicamente del 100%, es decir, todas las operaciones de compraventa de acciones pasaban por ellas.
Según datos del propio BME a diciembre del pasado año la cuota de negociación de los valores inscritos en este mercado era del 66,5% (el 33,5% restante se hacía en las mencionadas plataformas). La cuota de mercado era del 71,56% en diciembre de 2021, lo que da cuenta de la paulatina pérdida de peso de los mercados clásicos que esta rebaja de tarifas quiere poner fin o, al menos, atenuar.
Otros datos, como los ofrecidos por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) apuntan a que por el gestor de la Bolsa española pasan solo la mitad de todas las operaciones sobre valores españoles cuando en 2018 ese porcentaje superaba el 60%.
Caída de tarifas
Las tarifas de las Bolsas (cánones) no son la parte mollar que suelen cobrar los intermediarios por la compraventa de valores. Son las propias comisiones de los intermediarios la parte más importante y al estar liberalizadas estas últimas hay un gran abanico de precios cuando se decide adquirir directamente una acción.
En los cánones nuevos de BME que empezarán a ser efectivos en julio, el gestor de mercado quiere abaratarlos a los intermediarios con mayor fidelidad al mercado, siempre sin saltarse la normativa europea. Según recogen desde Bankinter, la tarifa aplicable a acciones del índice IBEX 35 cuya capitalización flotante supere los 8.000 millones de euros (Aena, Amadeus, ArcelorMittal, BBVA, CaixaBank, Cellnex, Endesa, Ferrovial, Iberdrola, Iditex, Red Eléctrica, Repsol, Santander, Telefónica), ascienden a 0,30 Puntos Básicos (0,003%) del total de efectivo negociado con un mínimo de 1 euro para el efectivo negociado en el día por un mismo cliente final, valor, tipo de operación y sentido.
Para el resto de valores, hasta los 300 euros invertidos en acciones es de 1,10 euros; hasta 3.000 euros es de 2,45 euros más 0,024% del efectivo, hasta 35.000 euros, 4,65 euros más 0,012%; hasta 70.000 euros es de 6,40 euros más el 0,007% sobre el efectivo invertido; hasta 14.000 euros, el canon se fija con 9,20 euros más el 0,003% y, por último por encima de 140.000 euros hay un canon fijo de 13,40 euros.
Las nuevas tarifas oscilarán entre el 0,001% y el 0,004% con un fijo entre 0,20 y 0,40 euros que afectaría a los valores de capitalización a 8.000 millones de euros. Para el resto de valores el fijo variará entre los 0,10 y 0,75 euros por operación más un variable entre 0,50 y 1,10 euros.