Tras los grandes pagos del comienzo de julio –mes tradicional en el abono de dividendos por parte de las empresas cotizadas en la Bolsa española junto con enero- el ahorrador todavía tiene la oportunidad de agarrarse al carro de los dividendos. Así, desde el próximo día 12 y hasta el 28 de julio, trece compañías pagarán dividendo. Se trata de Indra, General de Occidente, Amadeus, Miquel y Costas, Vidrala, ACS, FCC, Ferrovial, Iberdrola, Prim, Lingotes Especiales, Azkoyen y la inmobiliaria Realia, que destinan parte de los beneficios conseguidos el pasado año a sus accionistas.

Una estrategia de inversión basada en los pagos a los accionistas que cuenta cada vez con más adeptos en el mercado que buscan asegurarse una renta con el corte del cupón, con independencia de la evolución del precio de la acción en el mercado. La Bolsa española es una de las más generosas por este concepto debido a la tradición del pago del dividendo y al gran peso de sectores clásicos del mercado como bancos, eléctricas, petroleras, telecos o constructoras. Así, la media anual de rentabilidad por dividendo frente al IBEX 35 supera el 4%. En la Bolsa española, durante el ejercicio pasado, los accionistas recibieron 25.276 millones de euros en dividendos, un aumento del 32% en comparación con el año anterior y en este 2023 se mantiene un incremento más moderado. La razón del fuerte impulso de los pagos en 2022 respondió a la vuelta al beneficio de muchas compañías, tras las dificultades en las cuentas de resultados que supuso la pandemia del covid-19.

Esta recuperación de las ganancias llevó a que fueran los valores más generosos en dividendos los que registraron un mejor comportamiento y esto se reflejó en los índices que recogen estas acciones. Según los expertos del servicio de estudios de Bolsas y Mercados Españoles (BME), el peso significativo del sector bancario y energético en el IBEX 35 explica por qué el índice español solo cayó un 5,5% en 2022, en comparación con el 10% del EuroStoxx50 o el 19,4% del índice estadounidense S&P 500 (salvando las numerosas distancias). 

Además, el índice IBEX 35 con dividendos (que históricamente ha tenido un promedio del 4% de rentabilidad) que incluye esos pagos, solo bajó un 1,53%, y por último, el IBEX Top Dividendo, que agrupa solo compañías con altos rendimientos por distribución de dividendos, terminó el año con un aumento del 1,05%. 

También esta tendencia positiva se vio a escala internacional. El S&P 500 Dividend Aristocrats (índice bursátil compuesto por las empresas del índice S&P 500 que han aumentado sus dividendos en cada uno de los últimos 25 años) perdió solo un 5% frente al retroceso del 19% en el S&P 500 normal, a lo largo de 2022.

Cambio de tendencia

Pero en 2023 se ha producido un cambio en la tendencia y no son los valores más generosos con el accionista los que mejor comportamiento han tenido en Bolsa. De las quince compañías más generosas del IBEX 35 (ACS, Telefónica, Enagás, Mapfre, Endesa, Repsol, Santander, Redeia, Merlin, Acerinox, Bankinter, Aena, Logista, Unicaja y Naturgy), seis de ellas han visto caer el precio de sus acciones en lo que va de año, y solo dos (Banco Santander y Aena) han logrado alzas superiores al índice IBEX 35 que en el año acumula una ganancia cercana al 12%. 

Los expertos explican este fenómeno como una estrategia inversora más enfocada al crecimiento que a la seguridad del pago del dividendo. Como señalan desde el neobanco MyInvestor, "no sirve de nada elegir una compañía por su alta remuneración al accionista si al final el precio cae y te hace perder más dinero del que pudiste haber recibido a través de los dividendos". Por lo tanto, aunque estas empresas sean atractivas porque son capaces de generar beneficios y distribuirlos, no siempre son garantía de ganancias en el mercado de acciones.

También esta realidad de menor interés por las empresas de mayores pagos por dividendo ha quedado reflejada en los índices. Por ejemplo, el IBEX Top Dividendos ofrece una pequeña caída en su balance durante el año (-1,34%) frente a la subida del IBEX 35 antes apuntada. También ha ocurrido lo mismo en Wall Street, con el S&P 500 registrando un alza del 15%, mientras que S&P 500 Dividend Aristocrats solo ha ganado en el ejercicio el 3,18%.

Fiscalidad diferente

Una desventaja de los dividendos es la obligatoriedad todos los años de declararlos frente a lo que ocurre con otras ganancias como las obtenidas por la compraventa de acciones o los fondos de inversión que solo tributarán cuando el inversor venda y, por tanto, puede decidir el momento de aflorar la plusvalía. Los dividendos cuentan con una retención a cuenta del 19%, por lo que el inversor no recibe el importe bruto, sino ya descontado ese porcentaje y, en consecuencia, no dispone de ese dinero extra. Esto ocurre también con los fondos de dividendos y otros que operan bajo la fórmula de renta periódica que suele recibir el inversor semestral o anualmente. En el Impuesto de la Renta de 2023 se produce un incremento impositivo en los tipos, pero solo para aquellos que reciben unas gigantescas rentas del ahorro. Así, cuando estas se mueven entre los 200.000 y los 300.000 euros anuales, el tipo impositivo ha pasado del 26% al 27%, mientras que si superan los 300.000 euros se aplicará el 28% (hasta ahora también el 26%). Para el resto de tramos se mantiene igual con el 19% hasta los 6.000 euros, el 21% hasta los 50.000 euros y el 23% entre 50.000 y 200.000 euros. En el caso de los dividendos habrá que ser un grandísimo accionista para sufrir estas subidas.