El hundimiento de Credit Suisse en bolsa este miércoles pone al Banco Central Europeo (BCE) entre la espada y la pared. El temor a una quiebra de la entidad suiza por su mala situación financiera ha desencadenado una jornada negra en los mercados y pone el foco sobre el organismo monetario, que decidirá este jueves 16 de marzo la próxima subida de tipos de interés. Tal y como ha ocurrido en Estados Unidos con la Reserva Federal (Fed) después de las quiebras de Silicon Valley Bank (SVB) y Signature Bank, ahora en Europa la pregunta es si el BCE seguirá con su hoja de ruta o, por el contrario, echará el freno a su restrictiva política monetaria.
Esta mañana todo apuntaba a que el banco central acometería una nueva subida de las tasas al mismo nivel que las anteriores, es decir, de 50 puntos básicos. Firmas de análisis y expertos daban por hecho que el BCE incrementaría mañana los tipos medio punto porcentual, hasta el 3,5%, pues los indicadores económicos se sitúan todavía en niveles insuficientes. Los elevados precios no terminan de reducirse al ritmo previsto y en algunas de las grandes economías de la Unión Europea incluso repuntan.
La inflación general en la eurozona se sitúa en el 8,5% y la subyacente, que no tiene en cuenta los precios de la energía y de los alimentos sin elaborar, sigue disparada. El objetivo marcado por el BCE supone rebajar los precios hasta el nivel del 2%, por lo que, siguiendo con la estrategia actual, lo previsible es que las próximas subidas de tipos de interés para encarecer el precio del dinero se aplicaran al mismo ritmo que hasta ahora.
Tampoco la quiebra del banco californiano Silicon Valley Bank, especializado en la financiación de startups teconlógicas, y el temor a un contagio a bancos de todo el mundo (como ocurrió tras el colapso de Lehman Brothers en 2008), había trastocado los planes de la presidenta del organismo, Christine Lagarde. Si bien es cierto que en este caso, la rápida intervención de la Fed ha diferido a lo ocurrido en la anterior crisis, del mismo modo que las causas y el potencial alcance no son las mismas. Pero la caída de Credit Suisse pone en jaque la subida de este jueves.
Un cambio de opinión podría restar credibilidad al BCE
"El BCE tiene por delante una decisión muy complicada, ya que la inflación se encuentra en el 8,5%, muy lejos de su objetivo. Durante los últimos meses, Lagarde ha reiterado su compromiso de combatir la inflación, aunque sus decisiones pudieran afectar al crecimiento económico, por lo que un cambio de opinión podría restarle credibilidad. Pero, por otro lado, hay quien piensa que es peligroso mantener una política tan restrictiva ante el contexto actual", explica el analista de XTB Joaquín Robes a ON ECONOMIA.
En este sentido, Robles explica que aunque elevar estas tasas es positivo para los bancos, pues aumentan el margen de intereses y les ayuda a obtener una mayor rentabilidad por sus préstamos, "el problema es la exposición que tenga cada banco a bonos previos a las recientes subidas de tipos, ya que, al haberse depreciado, en el caso de que se vean obligados a venderlos, lo harán en pérdidas".
Pero el experto asegura que no debería suponer un contratiempo en términos generales y que el Banco Central Europeo debe actuar rápido. "Esto no debería ser un problema, a no ser que se extienda el pánico en el sector y los clientes empiecen a solicitar el reintegro de sus fondos. Por eso es tan importante actuar rápido con el objetivo de frenar una crisis de confianza".
En este sentido, el organismo ha estado contactando con varios bancos europeos a tan solo unas horas de la próxima reunión para preguntarles sobre su exposición financiera a Credit Suisse, según ha publicado The Wall Street Journal. Una muestra también de que el BCE no quiere asumir riesgos innecesarios en la decisión de este jueves. De este modo, la clave estará en la cuantía de la subida, que ahora mismo está en el aire.
¿Subida de 50 puntos o de 25?
Desde algunos grandes bancos se han pronunciado al respecto y recomiendan calma al BCE. Así, el presidente del banco francés Société Générale, Lorenzo Bini Smaghi, ha sugerido al organismo central aplazar el alza de tipos prevista para mañana, o aplicar una subida menor, de 25 puntos básicos. “Cuando una parte del sistema financiero entra en crisis, es normal que haya algún contagio a todo el sistema, ya que los inversores tienden a preguntarse: '¿Quién sigue?'", ha asegurado.
En esta misma línea se ha pronunciado a través de su cuenta de Twitter el analista jefe de Danske Bank, Piet Haines Christiansen, quien, tras lo ocurrido, ha señalado que el escenario más probable para mañana será subir los tipos en 25 puntos básicos. Su teoría se centra en que lo fácil para el BCE será rebajar las alzas este jueves, para luego volver seguir con las subidas de medio punto porcentual en mayo si la situación financiera se calma.
"Desde XTB pensamos que lo más probable es que lleve a cabo otra subida de 50 puntos básicos para reforzar su lucha contra la inflación y se mantenga a la expectativa de cara a la próxima reunión del mes de mayo. Pero el mercado también valora otros escenarios, como la subida de 50 pb e insinuar nuevas ventanas de liquidez para los bancos con el objetivo de suavizar las tensiones financieras e incluso una subida de solo 25 puntos básicos", asegura Robles.
¿Puede una hipotética quiebra de Credit Suisse cambiar la estrategia monetaria?
Por el momento, la decisión sigue siendo una incógnita. No obstante, el riesgo de default (quiebra) de la entidad suiza puede suponer una mayor presión al Banco Central Europeo. "Credit Suisse arrastraba grandes problemas desde hace años, solo el año pasado perdió más dinero (7.200 millones de francos) que todos los beneficios de la última década", contextualiza el analista de XTB.
Es por ello que ha sufrido tantas retiradas de capital, porque sus clientes han ido perdiendo la confianza progresivamente. "Sin ir más lejos, el año pasado se vieron nuevamente afectados por la caída del fondo Archegos Capital, lo que supuso grandes pérdidas para la entidad", añade Robles.
Entonces, si la entidad quiebra, ¿dará marcha atrás el BCE?. "Con esto lo que queremos decir es que la situación de Credit Suisse no es extrapolable a la del resto del sector europeo, y aunque una nueva subida de tipos puede aumentar la tensión en el corto plazo, no debería de provocar una pérdida de confianza entre los clientes. El BCE tiene como objetivo estabilizar los precios, por lo que aunque pueda suavizar el ritmo de las subidas, debe continuar luchando para controlar la inflación", concluye.