El dólar estadounidense está viviendo un momento de fuerte revalorización frente a las principales divisas mundiales. Un euro, actualmente, se cambia a 1,078 dólares, lo que supone una caída del 1,5% respecto al comienzo de este 2024 (1,094 dólares). El pasado mes de agosto, la divisa europea alcanzó máximos anuales en los 1,190 dólares por lo que frente a esos niveles ha bajado un 8,7% respecto al dólar.
Los analistas explican la revalorización del billete verde frente al emitido por el BCE por la distinta marcha de las economías y las expectativas de bajadas de tipos de interés. Mientras Estados Unidos mantiene un crecimiento económico cercano al 3%, en la eurozona no llega al 1% y eso también se traslada a los tipos de interés. La Reserva Federal estadounidense (Fed) tiene más difícil bajar los tipos de interés. El pasado mes septiembre los redujo en 0,50 puntos frente a los tres descensos que ya ha ejecutado el organismo presidido por Christine Lagarde. Además, se considera que Europa, por su mayor debilidad económica, bajará más los tipos que en los próximos meses. Los tipos más altos atraen el dinero de los ahorradores hacia activos de Estados Unidos y esta conversión de otras monedas hacia el dólar provoca la revalorización de la moneda.
Actualmente, el bono alemán a 10 años ofrece una rentabilidad del 2,30% -2,99% en el caso del español- frente al 4,22% que rentan los bonos de igual vida estadounidenses. Esta diferencia de casi dos puntos junto a la solidez de sus bolsas, que han subido más que las europeas, explican esos movimientos de flujos de dinero hacia el dólar.
Otra de las razones son las elecciones presidenciales del próximo 5 de noviembre en Estados Unidos en las que las encuestas pronostican una victoria por la mínima del candidato republicano Donald Trump. Sus políticas económicas serán más inflacionistas que las de su oponente demócrata, Kamala Harris, manteniendo esta situación de tipos más altos y, por tanto, de atractivo en las inversiones en dólares. Por ejemplo, el banco estadounidense Goldman Sachs estima que el dólar puede subir hasta un 10% frente al euro si triunfa Trump.
A lo largo del año también se ha cuestionado el papel preponderante del dólar y los analistas apuntan a alternativas como el oro, el euro, el renminbi chino y las criptomonedas, los cuatro rivales que, sin embargo, no acaban de desbancarlo.
Sustituto del dólar
Ned Naylor-Leyland, gestor de inversiones en oro y plata y Vikram Aggarwal, director de Inversiones de Renta Fija en la gestora Jupiter AM indican que muchos factores siguen respaldando la preeminencia del dólar. “La economía estadounidense es la más poderosa del mundo y, mayor que la de China y Japón juntas, segunda y tercera por PIB. Posee un sistema financiero estable caracterizado por la independencia de instituciones tales como su banco central, así como una economía relativamente abierta. Cerca del 60% de las reservas internacionales se conservan en activos denominados en dólares. Además, el dólar es la divisa más negociada y desempeña un papel crucial en el comercio mundial, así como en los mercados de deuda”, explican.
En esta misma línea de alternativas al dólar, desde el banco suizo UBS ven “poco probable que veamos la pérdida del estatus del dólar estadounidense a corto plazo porque no hay un sustituto fácilmente disponible. No obstante, cada vez más bancos centrales están diversificando sus tenencias de reservas, favoreciendo el oro a expensas de los activos denominados en dólares estadounidenses”. Un movimiento que explica la fuerte subida del oro durante el año que cotiza en máximos históricos por encima de los 2.700 dólares la onza.
Elecciones
Los mercados, a medida que se acerca la cita electoral del 5 de noviembre, pronostican un dólar más fuerte con la victoria de Trump. Desde la plataforma de trading IG Markets España, sus analistas apuntan a que Trump es percibido como el candidato de las rebajas fiscales para las empresas y las familias estadounidenses, especialmente para los más ricos. Fue uno de los temas de su campaña en 2016 y lo sigue siendo en 2024. “Las rebajas fiscales tienden a favorecer el consumo y la actividad económica, pero también pueden impulsar la inflación. Los anuncios de campaña al respecto tienden a hacer subir los tipos de interés estadounidenses y el dólar, ya que la Fed puede verse obligada a mantener los tipos a un determinado nivel para evitar un sobrecalentamiento de la economía y los precios”, explican.
Donald Trump también se asocia a un dólar fuerte, ya que la proliferación de medidas proteccionistas, en particular sobre los bienes procedentes de China mediante el aumento de los aranceles comerciales, también se considera inflacionista, al incrementar el precio de los bienes importados. Y este aumento podría repercutirse al consumidor final de dichos bienes.
Por último, la adopción de fuertes medidas proteccionistas también puede debilitar a los países o zonas económicas contra los que se aplican esas medidas, lo que podría ejercer presión sobre las divisas de esos países y provocar un fortalecimiento por defecto del dólar, explican desde IG Markets. Esta debilidad de monedas, principalmente para las economías emergentes, es otro argumento que emplean los analistas para evitar invertir en estos mercados hasta que se resuelva el panorama electoral. “Una victoria republicana podría traducirse en un dólar más fuerte, un aumento de los tipos básicos y cambios en la política comercial, todo lo cual podría afectar negativamente a los activos de los mercados emergentes”, indica Guillaume Tresca, analista macroeconómico y estratega senior de mercados emergentes en Generali AM.
Como colofón, lo más curioso es que entre noviembre de 2016 y noviembre de 2020, durante el mandato de Donald Trump en la presidencia de EEUU, el índice del dólar cayó en torno a un 5%. Y si nos remontamos más atrás, al último mandato de un presidente republicano antes de Donald Trump, es decir, la presidencia de George W. Bush (dos mandatos consecutivos), el índice del dólar se debilitó un 25% durante ese período, según datos elaborados por la plataforma de trading.