El operador japonés de criptomonedas DMM Bitcoin, con sede en Tokio, ha anunciado este lunes su cierre, después de que el pasado mayo sufriera un ciber-robo por valor de 48.200 millones de yenes (unos 315 millones de dólares o 300 millones de euros), mientras que los activos se devolverán a los clientes el próximo marzo.
La compañía ha hecho el anuncio en un comunicado, después de paralizar sus transacciones hace más de medio año tras el hackeo de mayo, haciendo que los clientes no pudieran comprar nuevas criptomonedas ni transferir las propias a otras empresas. "Continuamos nuestra investigación sobre la fuga no autorizada de criptoactivos que ocurrió el 31 de mayo de 2024. Durante este tiempo, hemos restringido el uso de servicios y hemos determinado que permitir que esta situación continúe durante mucho tiempo perjudicaría significativamente la comodidad del cliente", ha apuntado la empresa en un comunicado.
La empresa ha señalado que, en vista de la situación, y con el objetivo de "proteger a los clientes", han decidido suspender su actividad una vez se concluya la transferencia de activos programada para marzo del próximo año. La compañía japonesa también ha agregado que transferirá sus activos a SBIVC Trade, una empresa del Grupo SBI, uno de los principales grupos financieros nipones. Según este acuerdo, todas las cuentas y activos mantenidos se transferirán al grupo el próximo marzo. Según su último informe financiero, DMM Bitcoin tiene 450.000 cuentas de clientes y activos por un valor de 96.000 millones de yenes (unos 631 millones de dólares o 600 millones de euros).
Bitcoin y el efecto Trump
La victoria de Donald Trump ha dado alas a la criptodivisa. El 6 de noviembre, que se confirmó que Trump pasaba de candidato a presidente de los Estados Unidos, subió 6.127 dólares y se colocó al cierre de la sesión en 74.445 dólares. Desde entonces ha tenido una carrera desbocada: el 11 de noviembre superó al cierre los 80.000 dólares; el día siguiente, los 85.000; el 14 de noviembre, los 90.000 y, a un menor ritmo, el 21 de noviembre los 95.000 dólares, donde se encuentra en estos momentos tras rozar los 100.000. En julio de 2010, cuando se lanzó bitcoin, se compraba a 0,08 dólares.
Bitcoin dio un salto estratosférico el jueves 21 de noviembre, al subir de los 92.218 dólares a los que cerró el día anterior, a cerrar ese jueves en 97.402 dólares (5.184 euros en un solo día) y marcar un récord histórico al cierre del viernes en 98.739 dólares. Al día siguiente, el sábado, se acariciaron los 100.000 dólares en la cotización intradía, pero cerró plana, comprándose a 98.496 dólares, con un descenso al cierre de 243 del máximo histórico.
Y a partir de entonces, la criptodivisa ha ido a la baja con algún intento de recuperación. El domingo pasado dio un primer aviso, pues tras un máximo de 98.441 dólares tuvo un traspié de 2.673 dólares, hasta los 95.808, para cerrar 98.041, por encima de la apertura, no obstante. Pero el susto se produjo al día siguiente, el lunes pasado, que después de arrancar con ganas, llegó a perder, entre máximo y mínimo, 5.315 dólares y cerrar ligeramente por encima de los 93.300.