Diciembre es mes de balance y después del mal comportamiento general de las Bolsas como consecuencia de la subida de tipos de interés, la desaceleración que la acompaña y la guerra de Ucrania, se advierten diferencias notables entre las categorías de fondos de inversión. Aquellos que apuestan por empresas con elevada rentabilidad por dividendo han tenido, por lo general, un mejor comportamiento que el resto de categorías.
Así, además del propio dividendo (parte del beneficio que las empresas reparten entre sus accionistas) que se incorpora al valor de la participación del fondo, los valores que generan sólidos beneficios han tenido un mejor comportamiento que aquellos en periodo de fuerte crecimiento como las tecnológicas, más afectadas por la subida de los tipos de interés y por el parón económico. Una tendencia que puede continuar a lo largo de 2023, ya que la elevada inflación resta poder adquisitivo y obliga al consumidor a concentrar gastos en lo más necesario y esencial.
El ránking de Morningstar sobre fondos de Bolsa de Alto Dividendo, que incluye 441 fondos de inversión en todo el mundo con estas características, apunta a que 170 de estos fondos han logrado rentabilidad positiva hasta la fecha. Destacan el JSS Sustainable Equity - Global Dividend Y USD acc y el BNY Mellon Global Funds PLC - BNY Mellon Global Equity Income Fund EUR A Acc con una ganancia del 3,28% y del 3,27%, respectivamente. Ganancias que brillan cuando el índice S&P 500 acumula una caída anual del 17,46% que en el caso del tecnológico Nasdaq roza el 30% de descenso. La bolsa europea baja el 9% en el año, y el índice español IBEX 35 el 5,27%.
Tomando como referencia la caída del principal índice estadounidense, el S&P 500 (-17,46%), la totalidad de estos fondos de dividendos lo han hecho mejor. Así, en última posición se coloca el Mirabaud - Sustainable Global High Dividend A EUR Inc que ha perdido en el año el 15,35%, según los datos de Morningstar.
Las acciones de valor que alimentan los fondos de dividendos son más estables: eléctricas, concesiones, petroleras o alimentación
Como explican desde el servicio de estudios de Bankinter, las acciones valor que alimentan los fondos de dividendo, se caracterizan por ser más estables, al estar en sectores maduros, recurrentes, con mayor visibilidad de resultados, con menores crecimiento en ventas y que, en general, tienen mayores barreras de entrada. Los sectores de valor tradicionalmente son las eléctricas, concesiones, autopistas, petroleras o alimentación. En la medida que sus inversiones ya están desarrolladas en un porcentaje muy elevado, destinan una gran parte de sus beneficios a dividendos (payouts al menos del 40%).
El potencial de crecimiento de los mercados de las empresas de valor es limitado salvo excepciones particulares, como es el caso de la energía eólica dentro de las compañías eléctricas.
Por otro lado, tenemos acciones denominadas de crecimiento (growth stocks). Es decir, son empresas en fase de expansión y que consideramos que pueden continuar creciendo de forma significativa en los años siguientes. Se caracterizan por operar en mercados cambiantes, con mucha competencia, pero las compañías que triunfan de forma clara presentan un producto/servicio de gran valor añadido. El claro ejemplo es la tecnología. Para este tipo de compañías puede ser más recomendable reinvertir su beneficio (si es que lo tienen) en su propio negocio o en comprar otras empresas antes que repartirlo entre sus accionistas. En este tipo de compañías, no se suele pagar dividendo. El beneficio se invierte en el negocio, ya que aporta más valor que el obtenido por el inversor en caso de pagar dividendos.
Los modelos de crecimiento y valor se enfrentan en los ciclos económicos y hay que detectar el momento en el mercado que primará unos sobre otros. Actualmente, y con una amenaza de recesión que afecta negativamente a todo el mercado, lo cierto es que seguirá habiendo compañías que podrán hacer frente a sus pagos con el accionista, mientras otras no tendrán la suficiente o capacidad o, directamente, entrarán en pérdidas.
En general, los expertos del mercado son reacios a invertir únicamente con el criterio del dividendo, ya que muchas empresas que abonan religiosamente sus pagos pueden ver cómo su precio cae, haciendo que no compense la estrategia del dividendo. También existe un elemento novedoso este año con la subida de tipos de interés, sobre todo en activos de deuda a corto plazo. Actualmente, la deuda de Estados Unidos a plazo de un año ofrece una rentabilidad del 4,6%, similar a la rentabilidad por dividendo que de media dan las compañías más relevantes en estos pagos. En el caso de la deuda, al cabo del año, el inversor recibirá nuevamente todo el capital prestado a Estados Unidos, mientras que en el caso de la Bolsa nadie asegura que si vende esa acción se encuentre al mismo precio: puede perder por caída del título o ganar aún más que el propio dividendo si la acción ha subido. Riesgo, nada nuevo.