La bolsa española cerrará este año con una subida del 20%, aunque sigue muy lejos de sus máximos históricos conseguidos en octubre de 2007, cuando se asomó a los 16.000 puntos. Máximos que sí marcan en estos días los índices de las bolsas estadounidenses. Año a año, el mercado español ha ido perdiendo compañías, volumen de negocio y peso. Además, faltan sectores tan emblemáticos como la tecnología, con escasa presencia de la industria, y un peso excesivo de los bancos y las constructoras.
Este desinflamiento del mercado español empuja a buscar rentabilidad en otros mercados de acciones como el europeo o el estadounidense. Sin duda, Estados Unidos se impone con el liderazgo de la revolución tecnológica que ahora tiene continuismo con la Inteligencia Artificial. Europa dispone como ventaja frente al mercado español, un gran número de valores industriales muy diversificados, pero se sitúa muy a la cola frente a las bolsas del otro lado del Atlántico que cuentan con los gigantes mundiales de Internet y de la tecnología.
Esta situación ha llevado a los inversores españoles a buscar oportunidades más claras en otros mercados y buena muestra de ello es el crecimiento en los volúmenes de los fondos internacionales de bolsa frente a los ligados al selectivo español Ibex 35. En un año bueno para el conjunto de mercados desarrollados como ha sido este 2023, las diferencias de revalorización en valores concretos empujan a salir a otros mercados en busca de mayores ganancias.
Otro de los argumentos es la diversificación. Como explican en el bróker internacional DeGiro, comprar acciones internacionales es una manera sencilla de diversificar la cartera. “Si tu cartera incluye acciones de distintos países, quizás también en distintas divisas, el riesgo de inversión estaría mejor repartido”. Y añaden: “sin embargo, una verdadera diversificación no se logra solamente invirtiendo en acciones extranjeras. Invertir en compañías que pertenecen a diferentes sectores e industrias, así como invertir en varios productos financieros, tales como bonos y ETFs (fondos cotizados), también puede ayudar a la hora de diversificar la cartera”, explican.
Un viaje que puede hacerse directamente mediante la compra de acciones a través del intermediario financiero (banco, bróker…) o con la adquisición de participaciones de un fondo de inversión que cubra un mercado extranjero o un sector específico.
Subidas meteóricas
Este año ha sido el de la recuperación de los valores tecnológicos en las bolsas internacionales, después del descalabro vivido en 2022 como consecuencia de la subida de tipos de interés y de la exigencia, por parte de los inversores, de unas cuentas de resultados más sólidas y no solo orientadas al crecimiento.
En el caso del selectivo EuroStoxx 50 que reúne a las mayores cotizadas en los mercados europeos, las mayores subidas anuales han correspondido al banco Unicredit (82%), Stellantis (59%), Ferrari (58%), Inditex (56%) y Adidas (51%).
En el índice S&P 500 de la bolsa neoyorkina, se sitúan a la cabeza de la rentabilidad, la firma tecnológica Nvidia (239%), Meta (191%), la empresa de materiales de construcción Builders Firstsource (153%), Uber Technologies (151%), y la turística Royal Caribbean Cruises (150%). Así, de las cinco mayores revalorizaciones anuales, tres corresponden a la llamada nueva economía y las otros dos a la tradicional. Curiosamente, la revalorización de Nvidia -líder mundial en hardware y software de inteligencia artificial- ha provocado una situación paradójica ya que la mayor parte de sus trabajadores se han vuelto millonarios y se muestran poco proclives a seguir trabajando.
Y, por último, el tecnológico Nasdaq da la sorpresa en ganancias en bolsa. Conviene no olvidar que este amplio margen de ganancias, también suele reflejarse en caídas importantísimas en momentos en los que cambia el sentimiento del mercado. La biofarmacéutica Soleno Therapeutics (1.842%), la china Jin Medial International (1.332%), la firma de semiconductores Applied Optoelectronics (1.117%), American Coastal Insurance (703%) y Safety Shot (622%), una compañía esta última que ha desarrollado una bebida para rebajar en minutos la tasa de alcohol en la sangre.
Acceder a otros mercados
La compra de acciones o de fondos de inversión ya sean indexados a mercados o sectores (ETF) o de gestión activa se puede hacer desde el banco tradicional o utilizar un bróker especializado. Normalmente, esta última opción suele ser más barata, ya que los avances tecnológicos han permitido abaratar mucho los costes y existe una fuerte competencia en la intermediación. Así, además del coste del intermediario, hay que sumar las tasas que cobran las propias bolsas –también a la baja en los últimos años- así como el pago de impuestos por comprar determinadas acciones como ocurre en España con el Impuesto a las Transacciones Financieras que afecta a las compraventas de empresas de mayor capitalización.
Uno de los brokers más baratos actualmente es DeGiro que da acceso a 50 bolsas en 30 países. Por ejemplo, para adquirir acciones en las bolsas de Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Italia, Países Bajos, Noruega, Portugal, Irlanda, Suecia, Suiza, Reino Unido, República Checa, Grecia, Hungría, Turquía o Polonia tiene un coste de 3,90 euros. Un precio que se amplía hasta los 5 euros si la inversión va dirigida a títulos negociados en Australia, Hong Kong, Japón o Singapur. En el caso de Estados Unidos o Canadá, el coste es de solo 1 euro por operación, al que añadir el coste de mantener los ADR (American Depositary Receipts), fórmula bajo la que suelen negociarse algunas acciones extranjeras en estos mercados. En cuanto a los ETFs se aplica una comisión de 2 euros por operación.
Precios de intermediación muy bajos que pueden servir de guía para ver lo que ofrecen otros intermediarios o bancos al cliente. Como siempre, hay que comparar y valorar los servicios y el precio que se paga por ellos.