El índice VIX, siglas de Volatility Index, que mide la volatilidad de los mercados estadounidenses, se ha disparado hasta el doble de su valor en agosto, con cifras nunca vistas desde la pandemia, ante los datos negativos del desempleo estadounidense al 4,3% (peor cifra desde octubre de 2021), de la mano de los decepcionantes resultados de las tecnológicas, con despidos masivos y pérdidas milmillonarias de Intel. Estas situaciones, que ya castigaron a las bolsas europeas y estadounidenses a final de la semana pasada, se hicieron eco en Tokyo durante el cierre de este lunes del índice Nikkei para llevarla a la segunda peor caída de la historia, un 12,49%. El daño volvió a Europa y los Estados Unidos como un boomerang y está por ver el alcance.
El conocido como índice del miedo, que da a los inversores una idea del riesgo de volatilidad general de los mercados, pasó el año con cierta estabilidad entre unos mínimos de 13 puntos y unos máximos de 19 que enseguida se moderaron. En los últimos 5 días, se ha duplicado al pasar del 16,36 el 31 de julio al 38,57 a las 00h de la noche de este lunes, el mismo valor que en octubre de 2020, en plena pandemia y con el planeta aún medio confinado y sin vacuna. En octubre de 2022, de todos modos, alcanzó unos 32 puntos que no precipitaron después ninguna gran crisis inmediata.
Durante la pandemia, el índice alcanzó una cota de casi el doble que ahora, con 65 puntos el 20 de marzo de 2020, su punto álgido, tras saltar de los 13 puntos del 14 de febrero a los 40 del 28, cuando se empezaban a notificar los primeros casos, las primeras muertes y la expansión por todo el mundo de la crisis por la pandemia.
La caída de Silicon Valley Bank, el 10 de marzo de 2023, no produjo consecuencias tan drásticas como el momento actual, y tan solo se alcanzaron 25 puntos que no aumentaron con el posterior colapso de Credit Suisse.
Las Bolsas, en alerta
A pesar de los buenos resultados empresariales cosechados por las grandes empresas del IBEX, el selectivo español fue el más tocado en Europa con un descenso del 2,34% por la caída del Nikkei ante la incertidumbre estadounidense. Existe, no obstante, un efecto 'recogida de beneficios' en agosto, por la llegada de las vacaciones y después de los resultados del primer semestre, que puede acrecentar el efecto bajista de los mercados.
La caída del Nikkei, alentada por el frenazo estadounidense pero también por la bajada de tipos en Japón en medio de una contracción económica, se contagió enseguida ayer por Asia, primero, y por Europa y Estados Unidos, después.
Londres cerró este lunes un 2,04% por debajo del viernes, mientras que el DAX 40 alemán lo hizo con una caída del 1,82% y el CAC-40 francés, menos golpeado, cayó un 1,42%, y la de Milán, segunda entre las más relevantes europeas que más cayó con un 2,26%.
Más preocupante fue la nueva caída en Wall Street, con el Dow Jones perdiendo un 2,20% en la apertura del parqué y el Nasdaq un 2,75%, con el índice Standard & Poors cediendo un 2,37%.
Horas antes habían cerrado las bolsas asiáticas, con desplomes más pronunciados En estruendo de Tokio afectó sobre todo a Seúl, que retrocedió un 8,77 % y Taiwán, un 8,35 %. Más moderadas han sido las caídas en Hong Kong (-1,46 %) y Shanghái (-1,54 %).
El peor parado en el sudeste asiático fue el parqué de Kuala Lumpur, que se desplomó por encima del 4,5%, mientras que los de Manila y Bangkok fueron los que mejor resistieron con caídas en torno al 2,5 por ciento.
En Singapur, la bolsa de valores de la ciudad-Estado bajó 137,78 unidades, el 4,07%, y el índice STI se quedó en 3.243,67 puntos.
En Indonesia, la plaza bursátil de Yakarta retrocedió 248,47 puntos, el 3,40%, y el indicador compuesto JCI se quedó en 7.059,65 unidades.
En Tailandia, la bolsa de Bangkok bajó 38,41 enteros, el 2,93%, y el índice SET quedó en 1.274,67 unidades.
El batacazo en los mercados estadounidenses precipitó las especulaciones entre analistas que apuntan a una anticipación de la Fed en una posible reunión de emergencia para una bajada de tipos de 50 puntos que estaba prevista para septiembre. Con esta medida, se abaratarían los créditos y se promovería una inversión que corregiría los mercados.
Los analistas de Bankinter explicaron que existe una "baja intensidad en el frente macro y últimos coletazos de la temporada de resultados empresariales", a los que se suman un "creciente miedo a un aterrizaje brusco en EE.UU". La falta de indicadores relevantes a lo largo de la semana "ayudará a templar los ánimos ante una cambio de expectativas que parece excesivamente precipitado", auguraban desde Bankinter. Para la semana se esperan el ISM de Servicios en EE.UU. (L) que se espera repunte y entre en zona de expansión, Banco de Australia (M) y de India (J), y el IPC de julio en China (V).
"Salvo el ISM, todo nos pilla bastante lejos y tendrá poco impacto en los mercados occidentales salvo, quizá, el IPC chino", apuntan los analistas. "Tras nuevas señales alarmantes de debilidad económica en este país (PMI Manufacturero vuelve a zona de contracción), el IPC flirtea nuevamente con la deflación", añadían.
Los analistas son cautos y no auguran un gran batacazo económico derivado de la caída de las bolsas, sino tal vez un "aterrizaje suave de la economía global". Desde Renta 4, avanzaban: "Seguimos pensando que las bolsas podrían ofrecer mejores puntos de entrada ante la materialización de algunos riesgos (elecciones, extensión del conflicto en Oriente Medio, ciclo, inflación), aunque las tomas de beneficios deberían ser limitadas con el apoyo de la rotación sectorial, las bajadas de tipos de interés y el aterrizaje suave de la economía global".