A poco más de dos semanas para que termine el año, el índice S&P 500 y el Nasdaq Composite tocan máximos históricos, con ascensos en el año del 27,5% para el selectivo más amplio y del 31% para el tecnológico. Muchos inversores se enfrentan a una difícil decisión: ¿cómo participar en las posibles ganancias de los mercados sin asumir riesgos después de las fuertes revalorizaciones de los índices? Este año, ha salido al mercado un ETF (fondo cotizado) que garantiza la inversión inicial sin riesgo de perder el capital, aunque como contraprestación limita la posible ganancia del índice en caso de que siga su espectacular racha alcista.

Se trata del ETF iShares Large Cap Max Buffer, de la gestora BlackRock, que promete blindar tu capital frente a las caídas del S&P 500. Pero ¿cómo funciona exactamente este producto, y cómo se compara con otras alternativas de inversión garantizada? El ETF iShares Large Cap Max Buffer es un fondo cotizado que garantiza no perder dinero si el S&P 500 registra una caída durante un período específico. Sin embargo, en caso de que el mercado suba, los inversores se benefician de las ganancias hasta un límite predefinido.

Por ejemplo, en 2024, este fondo ofrece una rentabilidad máxima del 6,75% para el período entre julio de 2024 y junio de 2025, y del 7,41% para el período de octubre de 2024 a septiembre de 2025. El objetivo es ofrecer a los inversores la oportunidad de exponerse al mercado de renta variable con un riesgo significativamente menor, especialmente en tiempos de alta volatilidad.

Pero la novedad de este producto radica en que se trata de un fondo cotizado, ya que en el mercado existen hace muchos los años los fondos garantizados tradicionales que, sin embargo, tienen limitaciones importantes que los ETF como el iShares Large Cap Max Buffer superan. En primer lugar, mientras los fondos garantizados normales tienen fechas de vencimiento fijas (que suelen oscilar entre tres y diez años), los ETF pueden comprarse y venderse libremente en el mercado en cualquier momento. Esto da al inversor una liquidez inmediata para recuperar su inversión. Además, al tratarse de productos cotizados, los ETF permiten a los inversores ajustar su exposición según las condiciones del mercado. En contraste, los fondos garantizados tradicionales obligan a mantener el dinero inmovilizado hasta la fecha de vencimiento para asegurar la protección del capital. Y, por último, los costes son muchos más bajos. Así, los ETF suelen tener costes más competitivos, con una comisión del 0,50% sobre el patrimonio en el caso del iShares Large Cap Max Buffer. Por su parte, los fondos garantizados tradicionales pueden llegar a cobrar tarifas considerablemente más altas, lo que reduce la rentabilidad neta.

Este tipo de ETF resulta especialmente útil en escenarios de incertidumbre como el 2025 que está a punto de llegar. Además de que el mercado estadounidense está caro históricamente con un PER (número de veces que el precio contiene el beneficio por acción) medio de 22,5 veces, las políticas anunciadas por Trump tienen aspectos positivos y negativos para las bolsas. La bajada de impuestos sería un elemento revitalizador del mercado, pero también pesan sus propuestas proteccionistas que traerán inflación más elevada y, por tanto, cuestionan la rebaja de tipos de interés que siempre impulsa al mercado de acciones.

Aunque, en general, los analistas se muestran optimistas para la bolsa estadounidense en 2025, las incógnitas están presentes. Por otro lado, si los mercados son alcistas, los inversores obtienen rendimientos atractivos hasta el límite predefinido. Aunque no participen en la totalidad de las subidas, esta estrategia permite encontrar un equilibrio entre seguridad y rendimiento.

Otros productos

BlackRock no es la única gestora que apuesta por este tipo de productos. Innovator, una empresa especializada en ETF garantizados, también ofrece fondos similares en el mercado estadounidense. Por ejemplo, su Innovator Growth-100 Power Buffer ETF replica el Nasdaq 100 con una protección frente a caídas de hasta el 15%, mientras permite obtener una rentabilidad máxima del 14,72%. Aunque sus características son atractivas, estos productos suelen tener menor liquidez en comparación con los de BlackRock, lo que puede ser un inconveniente para algunos inversores.

Los ETF como el iShares Large Cap Max Buffer están diseñados para un perfil de inversor que busca combinar seguridad y exposición a los mercados. Son adecuados para aquellos que desean evitar pérdidas significativas, pero que aún aspiran a participar en el crecimiento de índices como el S&P 500. Para los inversores que buscan diversificar su cartera y minimizar riesgos, esta nueva generación de ETF podría convertirse en una pieza clave dentro de su estrategia financiera. La posibilidad de acceder al dinamismo del mercado bursátil sin asumir pérdidas podría marcar un antes y un después en cómo entendemos la inversión en renta variable.

Además, su flexibilidad los convierte en una alternativa interesante frente a productos tradicionales como depósitos a plazo fijo, cuentas de ahorro garantizadas o fondos garantizados. Actualmente, estos ETF están disponibles solo en el mercado estadounidense, pero se espera que pronto lleguen a Europa. De concretarse este lanzamiento, se abriría una nueva oportunidad para los inversores europeos que buscan instrumentos financieros innovadores y adaptables a sus necesidades.