La victoria electoral del expresidente republicano Donald Trump en los comicios del pasado martes ha removido los mercados financieros, a la espera de confirmar si consigue mayoría en la Cámara de Representantes, tras la ya esperada en el Senado. El día se cerró con euforia en las bolsas estadounidenses con los valores bancarios liderando las ganancias y caídas en las plazas europeas y en los mercados emergentes. Dólar fuerte, tipos al alza en los bonos y mucha volatilidad en el bitcoin tras tocar máximos en los 75.000 dólares.

Aunque habrá que esperar hasta enero para ver las primeras decisiones que tome el nuevo presidente, las inquietudes se centran en un aumento de la inflación a medio plazo en la economía estadounidense que pondría poner fin o aplazar la rebaja de tipos de interés de la Reserva Federal (Fed) que este jueves tiene una nueva cita para tomar una decisión sobre el precio del dinero. El anuncio de sus políticas económicas ha ido en esta línea de subida de los precios. Los tres ejes son: freno a la inmigración con subidas de costes salariales, incremento del gasto público y, por tanto, tipos más elevados para atraer a los financiadores de su ya abultadísima deuda y, por último, proteccionismo económico que frena la competencia de precios de servicios y productos estadounidenses frente a terceros países.

La política económica de Trump podría tener efectos inflacionarios significativos que pondrá a la Reserva Federal en el centro del escenario, con la difícil tarea de equilibrar el crecimiento económico y controlar la inflación. Aunque la Fed ha buscado mantenerse neutral y proteger su independencia, un gobierno con un enfoque económico agresivo y un estímulo fiscal elevado podría poner en riesgo este equilibrio, afectando tanto a los mercados estadounidenses como a la estabilidad financiera global.

Las inquietudes se centran en un aumento de la inflación a medio plazo, que pondría poner fin o aplazar la rebaja de tipos de interés

Y tipos de interés más altos mueve toda la cadena de la inversión. Empeora las valoraciones de las acciones y aumenta los costes financieros de las empresas; atrae la inversión hacia las inversiones sin riesgos que rendirán más y fortalece al dólar frente al resto de divisas, especialmente las de las economías emergentes. De momento, los mercados de acciones no han valorado estas esperadas alzas de tipos ya que descuentan la desregulación en algunos sectores y el mayor gasto anunciado.

Analistas y gestores coinciden en que los efectos se extenderían a varios sectores estratégicos en EE. UU. y Europa, y destacan especialmente el papel crucial de la Reserva Federal, que podría enfrentar tensiones en su independencia y en su capacidad para gestionar la inflación y los tipos de interés.

Rodrigo Cebrián, director de inversiones en Edmond de Rothschild (Europe) en España, advierte que las políticas proteccionistas de Trump, marcadas por su lema “America First”, presionarán las relaciones comerciales entre EE.UU. y la UE. Sostiene que sectores como el automóvil, la maquinaria y los productos electrónicos, donde las exportaciones europeas son destacadas, serían especialmente vulnerables a nuevos aranceles. El proteccionismo de Trump podría llevar a tasas del 25% sobre los automóviles europeos, encareciendo las exportaciones para fabricantes europeos en un momento en que enfrentan la competencia acelerada de China en el desarrollo de vehículos eléctricos.

El proteccionismo de Trump podría llevar a tasas del 25% sobre los automóviles, encareciendo las exportaciones para fabricantes europeos

Además, el potencial aumento en el déficit fiscal estadounidense, estimado entre 6 y 7,5 billones de dólares hacia 2035, ejercería una presión indirecta sobre las inversiones europeas y socavaría la estabilidad económica global. Cebrián también menciona que el sector de energías renovables en Europa, con empresas como Siemens y Schneider Electric, podría verse afectado si Trump prioriza combustibles fósiles sobre energías limpias, lo que desaceleraría el avance hacia la transición energética.

Uno de los puntos más críticos que subrayan varios analistas es el papel de la Reserva Federal y su capacidad para enfrentar un entorno económico potencialmente más inflacionario bajo las políticas de Trump. Luke Bartholomew, economista jefe adjunto de abrdn, explica que los mercados probablemente se enfocarán en los efectos reflacionarios de la política de Trump, sobre todo si se acompaña de recortes fiscales. Esto podría estimular el sentimiento de riesgo en el corto plazo, pero advierte que a medida que los elementos de su programa se hagan efectivos, los aumentos arancelarios y la magnitud del estímulo fiscal pueden alterar esta reacción inicial de los mercados, incrementando la presión sobre los tipos de interés y los precios.

Blair Couper, director de inversiones de abrdn, añade que la administración Trump podría provocar una escalada en los tipos de interés, que afectarían a sectores sensibles, como el financiero, mientras que áreas de crecimiento prolongado, como la inmobiliaria, sufrirían el efecto negativo de tipos más altos. Couper señala que el fortalecimiento del dólar sería una posibilidad, aunque advierte que esto dependerá de la respuesta de la Reserva Federal a las presiones inflacionarias y a la eventual interferencia de Trump en la institución.

Kevin Thozet, miembro del comité de inversión de Carmignac, refuerza la expectativa de que la administración Trump impulse políticas inflacionarias a través del proteccionismo y la desregulación, las cuales podrían alterar el equilibrio actual de la Reserva Federal. Thozet destaca que la retirada de trabajadores inmigrantes, como parte de la política de Trump, reduciría la oferta laboral y aumentaría los salarios, ejerciendo una presión adicional sobre la inflación.

Interferencias

La cuestión de la independencia de la Reserva Federal es otro tema candente tras los resultados electorales. Trump ya se mostró contrario de renovar al actual presidente de la Fed, Jerome Powell. Michaël Nizard y Nabil Milali, del equipo de Edmond de Rothschild AM, subrayan que la Fed ya enfrenta desafíos para mantener la inflación bajo control y que las políticas de Trump, que incluirían aranceles altos y restricciones en el mercado laboral, aumentarían las presiones inflacionarias. Aunque la Fed, que se reúne este jueves, podría aplicar un recorte de tipos de 25 puntos básicos, la evolución del programa de Trump podría llevar a la institución a revisar su postura y a ralentizar sus recortes para evitar desmadres en los precios.

Gordon Shannon, gestor de TwentyFour AM, observa que los mercados están replicando el comportamiento de 2016, cuando la victoria de Trump impulsó el aumento en la renta variable y el retroceso de los bonos del Tesoro a largo plazo, ante las expectativas de un estímulo fiscal expansivo. Shannon destaca que la respuesta de la Fed será clave para entender la dirección de los activos. Oliver Blackbourn, gestor de carteras multiactivos de Janus Henderson, añade que es probable que el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) opte por una posición cautelosa en sus decisiones, postergando cambios hasta que se clarifique la política económica, en un intento por no comprometer su independencia frente a las presiones políticas.

Deuda

Los analistas también se muestran cautelosos sobre la reacción de los mercados de renta fija ante un escenario de políticas económicas más inflacionarias. Según Tim Murray, estratega de mercados de capitales de T. Rowe Price, la política comercial de Trump y sus posiciones sobre inmigración podrían llevar a expectativas de mayor inflación, con incrementos adicionales en los rendimientos de bonos y una menor disposición de los inversores a pagar precios altos por los flujos de caja futuros de las empresas. Este entorno inflacionario afectaría no solo al mercado de deuda, sino también a la renta variable.

Finalmente, Brian O'Reilly, jefe de estrategia de inversión en Mediolanum International Funds, destaca que las expectativas de una política fiscal expansiva, junto con el posible déficit, elevarían la incertidumbre en el mercado de bonos y provocarían una posible salida de capitales. Si bien Trump ha manifestado en ocasiones su deseo de un dólar más débil, los aranceles y un estímulo fiscal enérgico podrían valorizar la divisa estadounidense. Sin embargo, la posición expansiva de la Fed y la comparativa con otras economías mundiales también jugarán un rol fundamental en la evolución del dólar.