En este recién estrenado 2024, una de las claves para la inversión es la avalancha de procesos electorales en numerosos países. Se calcula que las economías que representan la mitad del Producto Interior Bruto (PIB) mundial celebrarán elecciones que afectarán, sin duda, a la evolución de los mercados financieros. La más importante se producirá en noviembre en Estados Unidos, aunque las citas a las urnas al Parlamento Europeo, Rusia, India o México también serán miradas con mucho interés. En el caso de México -al igual de lo ocurrido el pasado año en Argentina- afecta muy directamente a las empresas del IBEX 35, muy presentes en esta economía.
Los procesos electorales se inauguran en enero con Taiwán, y en marzo se conocerán los resultados en Portugal, Rusia e India. En abril, Corea del Sur y en junio se abrirán las urnas en México y las correspondientes al Parlamento Europeo. Para octubre, Venezuela y el gran evento democrático se celebrará el 5 de noviembre en Estados Unidos, salpicado por otros procesos en Indonesia, Sudáfrica o Rumanía.
Una de las consecuencias más evidentes en años electorales es el aumento del gasto público que suele ser utilizado por el partido gobernante para salir reelegido. En general, son años de intensa actividad inversora por parte del Estado con el objetivo de poner la guinda a su mandato y ofrecer el mejor resultado posible al electorado. La obra pública, por ejemplo, suele salir beneficiada y con ella las empresas ligadas a la construcción de los respectivos países.
“Los resultados electores en economías desarrolladas y emergentes tan importantes pueden condicionar la toma de decisiones para los inversores, que deberán estar muy atentos a los cambios de rumbo que puedan producirse tras estas citas con las urnas”, explican los analistas de Goldman Sachs en un reciente estudio.
Y, además, no solo se pueden interpretar en clave interior. También los cambios electorales suponen nuevas relaciones internacionales de los países. Por ejemplo, el experto financiero de la plataforma de inversión eToro, Zech Zheng, considera que las elecciones estadounidenses van a ser interesantes, especialmente si Trump es nominado por el Partido Republicano. China está intentando una recuperación económica con un éxito limitado, y un cambio en la presidencia de EE.UU. podría tener un impacto masivo en el actual enfrentamiento comercial y de exportación entre ambos países.
Estados Unidos, la clave
El estudio de los procesos electorales y su efecto en los mercados financieros no es muy amplio salvo en el caso de Estados Unidos. Su larga tradición democrática y su liderazgo en el mundo financiero permiten hacer sesudos estudios sobre los comportamientos de los mercados y la política.
Un reciente informe de Capital Group ofrece muchas claves interesantes. Una de ellas afecta al comportamiento de los ahorradores, que en los años electorales destinan tres veces más dinero del ahorro habitual al puerto seguro que ofrecen los fondos monetarios. Una estrategia, sin duda, emocional que no se corresponde con lo que acontece en Wall Street, ya que el índice S&P 500 tuvo rentabilidades negativas en sólo dos de los últimos 20 años electorales (2000, 2008), y ambas caídas fueron atribuidas en gran medida a las burbujas de precios de los activos (Internet e inmobiliario, respectivamente) en lugar de a la política. Así, la Bolsa de EE.UU. ha tenido una tendencia alcista con independencia de si un demócrata o un republicano accedió a la Casa Blanca.
Un reciente estudio de Goldman Sachs recoge que los años electorales y, más concretamente, los periodos de primarias (comienzan el próximo 15 de enero) suelen ser menos rentables. “Desde 1932, el índice S&P 500 ha obtenido una rentabilidad media del 7% durante los 12 meses anteriores a las elecciones, frente al 9% fuera de los años electorales”, indican en Goldman. Aunque desde Capital Group puntualizan que desde ese mismo 1932, “las acciones han ganado un promedio de 11,3% en los 12 meses posteriores a la conclusión de las primarias, en comparación con sólo el 5,8% de años no electorales”.
Wolf von Rotberg, estratega de renta variable en J. Safra Sarasin Sustainable AM da la vuelta a la pregunta: ¿Afectan los mercados a la política? “En los últimos 50 años, ningún partido en el poder ha logrado ganar unas elecciones si la economía estadounidense estaba en recesión durante el año electoral. La reelección de la actual administración puede depender en gran medida de la trayectoria de la economía en los próximos meses”, concluye. Y, por último, George Brown, economista de Schroders, ha estudiado la vuelta de los presidentes a un segundo mandato presencial como ocurriría con un hipotético triunfo de Donald Trump tras perder el poder hace cuatro años en favor del demócrata Joe Biden. “Nuestro análisis muestra que, por lo general, los presidentes que regresan han registrado rentabilidades nominales más bajas en las principales clases de activos, con la excepción de los rendimientos de los bonos públicos a 10 años”, indica.
También las elecciones al Parlamento Europeo acarrean más incertidumbres que en otros años electorales. El auge de partidos de extrema derecha en países como Holanda, Italia, Hungría o Suecia puede suponer un vuelco en las políticas económicas que hasta ahora mueven los designios de Europa y que resumirían en un mayor proteccionismo económico.
La evolución del mercado demuestra que los inversores toman en cuenta la política siempre que suponga un cambio drástico respecto a la situación anterior, y valoran la estabilidad y la seguridad con independencia del color del partido que gobierne.