Del "aterrizaje brusco" al "aterrizaje suave". Es la expresión preferida de los analistas de Bolsa para describir hacia adónde van los mercados y, de la mano (aunque no de forma idéntica), la economía. Después de que la histórica caída del Nikkei del lunes, del 12,8% y la segunda peor de su historia, contagiara el terror en un lunes negro para las bolsas de todo el mundo, la corrección del martes (aunque con caídas en los selectivos europeos) da un respiro y los principales analistas transmiten calma y un análisis sobre lo sucedido que no solo tiene que ver con los signos de desaceleración de Estados Unidos.
Wall Street cerró este martes con subidas de entre el 0,7% (Dow Jones) y alrededor del 1% (S&P y Nasdaq) tras una brusca caída aproximada del 3% en la jornada del lunes y acumuladas de entre el 8,5 (S&P) y el 12% (Nasdaq) en un mes. El índice de volatilidad de los mercados europeos, índice Vix también conocido como índice del miedo, caía hasta los 25 puntos a última hora de la noche del martes tras tocar un techo de 55 puntos, máximo desde la pandemia, a las siete de la tarde, hora española, coincidiendo con la incertidumbre antes de la apertura de los índices del Wall Street. El IBEX, entre los principales mercados europeos el más perjudicado, cedió un 0,6% y encadena cinco jornadas a la baja. El resto de los europeos cayeron también, suavemente, pero Londres se contagió del rebote estadounidense con una subida.
Expectativas demasiado altas
Los analistas de Banca March, en su última nota, insisten en que "las recientes caídas de las bolsas vienen precedidas de unos niveles de valoración exigentes que dejaban a los mercados expuestos a correcciones ante desviaciones del escenario general". Las grandes tecnológicas, pese al batacazo de Intel con 1.800 millones en pérdidas, presentaron buenos resultados, pero las expectativas eran tan altas que eso supuso un correctivo.
Por otro lado, los índices de paro estadounidense al final de la semana pasada, en las peores cifras con un 4,3% desde octubre de 2021, atizaban el miedo a la recesión. Desde Banca March sin embargo, ven "prematuros los temores a una recesión". "Durante el segundo trimestre, el PIB de la economía de Estados Unidos más que frenarse logró incluso acelerarse al crecer un +2,8% trimestral anualizado", recuerdan desde la firma, que recordaban el buen momento de confianza empresarial en el sector servicios, en contraste con otros.
"En los seis meses previos al inicio de la recesión de 2007 y de 2000, la economía americana creaba un promedio de 54 y 66 mil empleos respectivamente, es decir menos de la mitad que lo visto en julio de este año", compara Renta March, y recordaba que esta vez el sector ocio y hostelería está mostrando solidez.
Menor dinamismo y carry trade
"Aunque pensamos que en los próximos meses la economía transitará hacia un escenario de menor dinamismo, consideramos que los indicadores económicos no apuntan a un aterrizaje brusco", apuntan los analistas, que ven más bien que "las cifras del mercado laboral estadounidense son más bien acordes con un aterrizaje suave de la economía".
El carry trade, utilizar la tendencia bajista del yen para financiar activos con más riesgo en otros puntos del mundo, es una práctica que, según el consenso de analistas, ha influido en la sobrerreacción de los mercados japoneses. Al contraerse ligeramente la economía japonesa, subir el Banco Central nipón los tipos de interés hasta entonces en negativo y volver a subir el yen, la moneda y el país no eran ya un refugio de inversiones en su mejor momento, por lo que la retirada masiva golpeó al Nikkei.
El batacazo del Nikkei contagiado a las bolsas de todo el mundo, así pues, tuvo cierta base económica, pero por ahora no hay signos que auguren una recesión mundial precipitada por la caída de los mercados, pero los giros de guión son, en los mercados, impredecibles por muchas variantes macro y de comportamiento de inversores que se analicen.