La inversión en letras y bonos del Tesoro Público ha pasado de ser una alternativa para los inversores españoles, a la principal opción de cara a estos. Quien invierte en un marco económico como el actual lo hace con el objetivo de poner a buen recaudo su dinero y, de paso, intentar conseguir rentabilidad que con otros vehículos de inversión quizás no sería posible o, como poco, habría menos posibilidades de éxito. En esas, la inversión en deuda de España se ha convertido en una tendencia incipiente en los primeros dos meses del presente curso. Los inversores españoles han manifestado su interés por las letras y los bonos del Estado desde principios de año dada su estabilidad y seguridad.
Además de ello, cabe destacar que, por ejemplo, las letras del Tesoro pueden dar una rentabilidad cercana o, hasta incluso, superior al 3%, una cifra suculenta, teniendo en cuenta que la coyuntura económica actual sigue apretada por las subidas de tipos de interés y por la incesante inflación. Es por ello por lo que el interés en estos activos sigue creciendo. De ahí que en los dos primeros meses de 2023, los inversores particulares haya hecho peticiones de compra de 2.363 millones de euros de deuda mediante el Tesoro Público, tal y como informan desde la Agencia Efe.
El Tesoro Público ha hecho una nueva emisión en letras este martes
A esos 2.363 millones de euros habrá que añadir la negociación correspondiente a las dos primeras subastas de marzo. De hecho, durante la jornada de hoy, el Tesoro Público ha hecho una nueva emisión de letras de seis y doce meses, la cuales tienen una rentabilidad superior al 3%, tal y como ha informado ON ECONOMIA. Cabe destacar que, en dicha emisión, el ente público ha vendido 4.938 millones de euros en letras de seis y doce meses.
Desde el Ministerio de Economía y Transformación Digital han destacado qué gran parte de las compras en deuda del Estado la han llevado los inversores particulares. Según datos ofrecidos por el organismo estatal, las pujas no competitivas recibidas mediante la web del Tesoro, las cuales mayoritariamente son de particulares, han representado el 29% del total de las compras. De ese 29%, la mayoría han adquirido letras a doce meses, con 1.048 millones de euros, mientras que las letras de seis meses han aportado 378 millones de euros.
Las cifras hasta febrero pulverizan las de todo 2022
Ante las buenas cifras registradas por el Tesoro Público, y para evidenciar el creciente interés en este tipo de activos, los particulares han desembolsado 1.936 millones de euros más en dos meses con respecto a la totalidad del anterior ejercicio. Según apuntó la ministra de Economía y vicepresidenta primera del Gobierno de España, en 2022, el Tesoro registró unas compras por parte de los inversores minoritarios en deuda del Estado por 400 millones de euros.
Ya en el primer mes de 2013 se superó dicha marca. La titular de Economía informó que el Tesoro había recibido peticiones de compra de deuda por parte de particulares por valor de 1.100 millones de euros, 700 millones de euros más que en todo 2022. Ahora, esa cantidad se sigue ampliando, evidenciando el interés pujante que los inversores españoles tiene en estos activos.
Los 2.363 millones de euros registrados hasta ahora por el Tesoro Público casi multiplican por seis los anotados en la totalidad del anterior ejercicio. La demanda minorista de este tipo de duda está en auge ante la mayor rentabilidad que ofrece frente a otros productos, como los depósitos bancarios. Además de ello, y pese a que el mercado de valores español está en un momento boyante, es evidente que los minoristas siguen prefiriendo la inversión en activos estables y que aportan cierta seguridad antes que en vehículos que pueden manifestar altibajos motivados por la circunstancia macroeconómica actual. Justo en la subasta de este martes, las letras de doce meses han salido a una rentabilidad marginal del 3,164%, mientras que las de seis meses tenían una rentabilidad del 3,335%.
La apuesta en deuda del Estado español sigue motivando la inversión, sobre todo entre los inversores minoristas. Todo apunta a que, si el escenario económico sigue en una línea similar, el interés en estos activos podría seguir creciendo gracias a su seguridad y a su estabilidad.