“Un empleo débil, un consumo débil, una China débil, una Europa estancada y un consumo americano que da muestras de cierto agotamiento tienen riesgos asociados y esos riesgos no están recogidos en las cotizaciones, probablemente porque los beneficios empresariales son, en general, buenos y porque todavía hay mucha liquidez en el sistema”. Con esta frase resume Juan Carlos Ureta, presidente de Renta 4 Banco, el sentimiento de los expertos sobre un final de año que sigue recogiendo numerosas incógnitas en el plano económico y en los tipos de interés.
Economía y tipos serán las claves del devenir de la Bolsa y los bonos. Y para el precio del dinero ya hay una cita el próximo jueves con el BCE: el mercado da una posibilidad del 23% de que se produzcan nuevas subidas desde el 4,25% actual. La semana siguiente, el día 20 será la Fed estadounidense la que decida con probabilidad de subida de tan solo el 7%. Eso sí, los niveles altos se mantendrán por mucho tiempo y solo una desaceleración muy profunda o una recesión permitiría a ver las primeras bajadas en primavera de 2024 para la Fed y en el verano para el BCE.
Pero la marcha de la economía es más incierta. Como dice Hans-Jörg Naumer, director Global Capital Markets & Thematic Research de Allianz Global “nadie quiere mencionar la palabra recesión cuando las cifras de desempleo son bajas: la posibilidad de ser visto como un aguafiestas es, sin duda, demasiado grande”.
Por ello, en esta recta final del año, los analistas apuntan a la seguridad de las inversiones en un panorama económico tan incierto en el que también pesa directamente la retirada de estímulos económicos por parte de Estados Unidos y Europa a sus economías, después de los planes especiales realizados con motivo de la pandemia y con la guerra de Ucrania. La vuelta a la ortodoxia fiscal en Europa. En Estados Unidos Vicent Chaigneau, jefe de análisis de Generali Investments apunta que “en el ejercicio fiscal que finaliza este mes, el déficit federal casi se duplicará, hasta los 2 billones de dólares. Se prevén difíciles debates presupuestarios en Washington hasta la fecha límite del 1 de octubre. Los valores cíclicos estadounidenses están expuestos a una reversión del impulso fiscal. Recomendamos un sesgo defensivo en las acciones y mantenemos nuestra preferencia por los bonos seguros”.
Cautela en la bolsa
Ben Laidler, estratega de mercados globales de la plataforma de inversión eToro, recuerda el triple golpe recibido en agosto para los inversores: subida de los rendimientos de la renta fija, precios del petróleo y preocupación por China”. Y añade: “nos centramos en el crecimiento defensivo y de larga duración, desde la tecnología y los bonos hasta los criptoactivos, al tiempo que mantenemos la cautela respecto a los productos cíclicos que atrapan valor, las pequeñas capitalizaciones y las materias primas, ante la inminente ralentización económica.
Por su parte, Chris Iggo, presidente del AXA IM Investment Institute, considera que la Bolsa “no es barata y realmente requiere una visión a largo plazo. Dadas las asignaciones existentes, es difícil invertir en acciones en este momento. Las perspectivas a largo plazo, por supuesto, se prestan a la renta variable, pero tienen que ser capaces de superar una rentabilidad sin riesgo del 4% al 5% durante los próximos dos años”. Tampoco ve claridad en los mercados de renta fija tras el susto de agosto: “No hay bonos que estén claramente bien valorados. La renta fija high-yield (alto rendimiento) no es especialmente barata, aunque tiene un rendimiento atractivo y gran parte de la rentabilidad total procede de los ingresos. El crédito con grado de inversión es atractivo, pero los diferenciales no son tan amplios y parece que merezca la pena invertir en esta clase activos con visión a medio plazo”, explica el experto de AXA IM.
Reflejar los riesgos
Desde Renta 4 Banco, su presidente no ve en lo que queda de año ni una subida tan fuerte ni un desplome en las Bolsas. “Lo que pensamos es que a corto plazo el lenguaje menos “duro” de la Fed y del BCE, va a dar soporte a las Bolsas, sobre todo si en la reunión del 20 de septiembre la Fed no sube los tipos, pero más adelante, pasado ese efecto, las Bolsas irán reflejando poco a poco los riesgos asociados a la inevitable contracción de la economía, una contracción que, a cambio de no ser traumática será probablemente profunda, estructural y duradera”, explica.
Ignacio Dolz de Espejo, director de Soluciones de Inversión en Mutuactivos, parte de una visión económica de deceleración. “La americana sigue fuerte, pero su mercado laboral empieza a aflojar. Parece haber consenso en que los tipos no van a subir mucho más, pero que se mantendrán altos durante bastante tiempo”. Y añade respecto a la compra de bonos: “ante esta situación macro, creemos que tiene mucho sentido tener bonos a largo plazo: si la economía entra en recesión y las bolsas caen, nos protegerá. Cuando más sentido tiene ser sensible a tipos es cuando los bancos centrales están cerca de cambiar de ritmo, como es el caso. Eso sí, nos hemos vuelto más exigentes a la hora de valorar cada bono corporativo que nos planteamos comprar”, indica.
La visión del experto de Mutuactivos sobre la Bolsa es de prudencia. “Las valoraciones por múltiplos no son muy exigentes gracias al crecimiento de beneficios, pero la competencia de la deuda pública reduce el atractivo de la bolsa (y aumenta el de la renta fija). Nos siguen gustando los sectores más defensivos y los más impactados por las subidas de tipos, que deberían reaccionar muy bien cuando cambie la tendencia. También las compañías de transición energética, que han tenido un pésimo comportamiento en 2023”, concluye.
Dentro de este consenso, Jaime Raga, senior CRM de UBS AM Iberia, se muestra más optimismta y considera que las presiones inflacionistas subyacentes se moderarán, mientras que el crecimiento se mantendrá resistente. “Desde UBS AM, creemos que la mejor manera de expresar esta visión macroeconómica es a través de posiciones sobreponderadas en renta variable, más que en renta fija. En particular, favorecemos las partes más cíclicas del mercado de renta variable estadounidense. Mantenemos una ponderación neutral hacia los bonos del Estado, que desempeñan un papel importante en la diversificación de nuestras posiciones más procíclicas. Sin embargo, las perspectivas de crecimiento siguen siendo sólidas, lo que limita la caída de las TIR de la deuda pública, incluso cuando la inflación desciende”, explica en un reciente informe.
Después de un difícil agosto y un septiembre que ha comenzado con caídas, el dinero estará muy cauteloso para no perder lo ganado en los siete primeros meses del año. La intensidad de la desaceleración económica creará el camino para mercados y sectores económicos.