El sentimiento sobre lo que harán los bancos centrales (BCE y Reserva Federal) con los tipos de interés va cambiando mes a mes a golpe de datos de inflación y crecimiento económico. Actualmente, el consenso del mercado apunta a que Europa bajará el precio del dinero en su reunión del 6 de junio (actualmente se sitúan en el 4,5%), apoyado en los buenos datos de inflación. Septiembre es el objetivo para que Estados Unidos reduzca sus tasas, ahora en el 5,5%. Estas expectativas y cambios de tendencia se han reflejado en los mercados de bonos que han vivido un año muy volátil donde todavía afloran las pérdidas.
Como muestra, en los primeros cuatro meses del año y según datos de la patronal Inverco, los fondos de renta fija que compran bonos a medio y largo plazo acumulan de media una pérdida del 0,18%, ya que han subido las rentabilidades y bajado el precio de los bonos. Sin embargo, los fondos que invierte en renta fija a corto plazo (letras y pagarés) han logrado sortear el cuatrimestre con una rentabilidad media del 1,15%, ya que su precio no oscila tanto como los activos de plazo superior. Tomando como referencia los últimos doce meses, los fondos de dinero (3,32%) también se han impuesto en rentabilidad a los de renta fija (3,31%).
Los ahorradores, ante la incertidumbre de tipos y los cambios de opinión del mercado, han convertido en los fondos de dinero en las estrellas del año. Su patrimonio asciende a 16.000 millones de euros a fecha de cierre de abril y en el año, se ha incrementado un 52% con entradas por valor de 5.463 millones de euros.
Aunque la seguridad es una de sus principales bazas sobre todo para que el ahorrador dé el salto desde los depósitos bancarios hacia la inversión colectiva, las previsiones apuntan a que sus rentabilidades tienen que ir cayendo y, de hecho, ya lo están haciendo. Por ejemplo, esta semana se han subastado letras del Tesoro a plazo de 3 y 9 meses con una rentabilidad del 3,63% y del 3,43%, respectivamente, con un descenso frente a la anterior por la expectativa actual de que la presidenta del BCE, Christine Lagarde, decida bajar tipos en junio. Las últimas subastas de 6 y 12 meses realizadas el 7 de mayo también registraron caídas. A estos tipos de interés y las sucesivas compras de letras y pagarés que se vayan realizando hay que restar las comisiones del fondo para conocer la rentabilidad esperada, que rondará el 3% al cierre del año. Es importante, pues, elegir los fondos de comisiones más bajas y que tengan un buen recorrido de rentabilidad, dentro de las limitaciones del producto.
Los más osados pueden también optar por fondos de dinero internacionales, aunque aquí corren el riesgo de divisa. Actualmente, los más interesantes son los de Estados Unidos. Las rentabilidades son mucho más jugosas y van del 5,37% en el plazo de un mes al 5,12% en el de un año, aunque los más atractivos se sitúan en los tres y cuatro meses en los que se supera el 5,4%. Eso sí, si el dólar se deprecia frente al euro, llegarían las pérdidas al inversor europeo que adquiera estas monetarios en activos de Estados Unidos. Sin embargo, los expertos esperan una subida añadida del dólar ya que mantendrá más tiempo los tipos altos, lo que atraerá el dinero hacia el billete verde provocando su revalorización.
Producto de transición
De todas formas, estos fondos conservadores deben tomarse como un primer impulso en busca de un poco de rentabilidad que la banca no quiere ofrecer con sus productos típicos de depósito. Los datos históricos de Inverco indican que ahorrar a largo plazo en estos instrumentos no es un buen negocio. La rentabilidad media anualizada de los últimos 15 años ha sido de solo el 0,60% y tomando como referencia 10 años, un inversor en fondos de dinero hubiera obtenido de media anual el 0,24%, incapaz en ese periodo de cubrir la subida de la vida.
Pese a la existencia de estos productos seguros, los ahorradores españoles siguen prefiriendo tener el dinero en el banco al 0%. España es el segundo país de la Unión Europea, solo por detrás de Alemania, con más dinero ahorrado sin remunerar. Así se desprende del informe ‘El futuro del ahorro en España’, un estudio elaborado por XTB. El informe resalta la importancia del ahorro tanto a nivel individual como para la economía en su conjunto y reconoce los desafíos actuales que enfrentan los ahorradores españoles, tales como la inflación y los bajos niveles de renta, la presencia de gran cantidad de dinero en cuentas corrientes no destinadas al ahorro y prácticamente no remuneradas o un sistema garantista de pensión pública.
Según el análisis de XTB, durante la última década hemos alternado en España periodos de baja inflación e incluso de bajadas de precios con otros en los que el efecto erosionador de la inflación se ha hecho patente en la población. Los periodos inflacionistas traen consigo una mayor presión para tratar de obtener rentabilidad a los ahorros. “Así, en el último lustro, un capital de 10.000 euros que hubiese estado parado en una cuenta corriente tendría hoy en día un valor real de apenas 8.500 euros si tenemos en cuenta el efecto del IPC. Esto supone nada menos que un 15% de pérdida de poder adquisitivo en un periodo realmente corto de tiempo”, explican en el estudio.