Hay que remontarse a finales de la década de los setenta del pasado siglo para ver un precio del cacao en los niveles actuales. Actualmente supera los 5.900 dólares por tonelada en una materia prima que diariamente se negocia en varios mercados, aunque el principal es la Bolsa de Cacao de Nueva York (ICE Futures U.S.). La subida de precios parece imparable. El pasado año su precio pasó de los 2.623 dólares por tonelada para cerrar en 4.822 dólares, con una revalorización del 83%. Y en los casi dos meses de este ejercicio el alza acumulada es del 22,6% con un valor de mercado de 5.914 dólares por tonelada.

Estos mercados de materias primas se negocian a futuro. Es decir, el comprador pacta actualmente un precio que pagará dentro de unos meses, dependiendo de la duración del contrato. La subida de este año muestra, pues, que las previsiones alcistas se mantienen fuertemente arraigadas. Esta negociación permite también la especulación financiera con la adquisición de opciones de compra (call) o de venta (put) que permiten apostar tanto a la subida de la materia prima como a su caída.

En el caso del cacao gran parte de las transacciones están controladas por los gobiernos. Es el caso de Costa de Marfil y Ghana, dos de los grandes productores del mundo.  Estos gobiernos suelen vender con antelación de un año la cosecha prevista a grandes compradores occidentales, lo que provoca que el agricultor no se beneficie del todo de estas subidas. Así, el pasado año vendieron cacao a 2.500 dólares para entrega ahora cuando los precios se han duplicado. Según los expertos, este intervencionismo de las administraciones africanas son causantes del abandono de muchas plantaciones por parte de los agricultores.

El cacao se negocia a futuro y permite la especulación financera, pues se puede apostar tanto a la subida como a la caída de su precio

Pero más allá de estas peripecias, la explicación de la fuerte subida del cacao se encuentra en el cambio climático y sus efectos adversos sobre la producción. La otra causa en un contexto de menor producción (oferta) es el imparable crecimiento de la demanda tanto por los países occidentales como por economías emergentes que se incorporan al consumo de esta materia prima ante la mejora del nivel de vida. “La industria se enfrenta a una mayor demanda, gracias al mayor consumo de China e India y a la tendencia del mundo occidental hacia un chocolate más puro. Como referencia, EE.UU. es el país donde más chocolate se consume (cerca del 20% mundial), pero son los suizos los que comen más (aproximadamente 11 kilos por persona al año)”, explican desde Self Bank.

Los principales productores de cacao son países ubicados en África occidental, como Costa de Marfil, Ghana y Nigeria, que representan la mayor parte de la producción mundial, junto con  Ecuador, Indonesia, Brasil y República Dominicana. El problema climático de África comenzó el pasado mes de mayo con el inicio de la temporada de lluvias que han superado más del doble de las precipitaciones registradas en los últimos 30 años. Este excesivo régimen de pluviosidad ha provocado el llamado “mal de la vaina negra” que pudre el grano de cacao en  la propia planta, mermando de manera importante la producción.

Las previsiones apuntan a que la cosecha de Ghana será la más baja en 13 años, y la de Costa de Marfil la menor en siete, según las previsiones de comerciantes y exportadores. Los dos países producen alrededor del 60% de los granos del mundo, según la Organización Internacional del Cacao.

La oferta y la demanda de cacao

Con este complicado panorama en la producción, las fuertes alzas del cacao se ven impulsadas por el aumento de la demanda, lo que lleva año a año a reducir los stocks. Una encuesta de la agencia Reuters publicada a comienzos de este mes de febrero sobre el cacao pronosticó un déficit mundial de 375.000 toneladas en la temporada 2023/24, más del doble de la opinión media de la encuesta anterior de agosto, e indicando un tercer déficit sucesivo de oferta para el mercado. Para encontrar otro período con desfases tan prolongados hace falta remontarse a los años 60. Las estadísticas reflejan un déficit en 2022 de 216.000 toneladas y otro de 99.000 en 2023.

Así, durante la cosecha de 2022/2023 se recogieron cerca de cinco millones de toneladas de cacao en todo el planeta. En cuanto a la demanda, su volumen se ha duplicado en 30 años y los nuevos mercados emergentes garantizan un continuo volumen de peticiones de esta materia prima.

Invertir en cacao

Con estos datos, las previsiones apuntan a un alza del precio del cacao para, al menos, este año. Pese al vértigo de los altos precios, el desequilibrio entre oferta y demanda garantiza presión sobre el valor. Pero hay diversas formas de invertir en cacao, según informa IG Markets. Existen los fondos cotizados o ETFs en cacao que operan en las bolsas de valores como cualquier otra acción, pero su valor proviene de la posesión de activos subyacentes concentrados en el preciado fruto. Dentro de los ETFs en cacao más populares se encuentran el WisdomTree Cocoa (COCO) y el iPath Dow Jones-UBS Cocoa.

También es posible invertir directamente en un contrato de futuro en el que las partes firmantes acuerdan comprar o vender un cierto activo (en este caso cacao) en una fecha futura determinada, por un precio previamente fijado. Los contratos de futuros constituyen otra forma muy popular de hacer trading con cacao, los más significativos a nivel mundial son los del Grupo CME de Estados Unidos y los del Intercontinental Exchange (ICE) de Londres, UK. 

Al producirse un incremento en los precios de estos contratos se entiende que existe una mayor demanda en el mercado del cacao, ocurriendo lo contrario al producirse una disminución de los precios.  Por último los contratos de opciones son similares a los contratos de futuros. Sin embargo, se diferencian de los mismos en el hecho de que los inversores no tienen la obligación sino la opción de comprar un activo (cacao) en el futuro.