La tecnología domina otra vez las ganancias más elevadas en los mercados financieros. El índice tecnológico Nasdaq, a una semana para que termine el año, ofrece una revalorización del 54% y la principal criptodivisa, el bitcoin, se ha apuntado una subida del 162% en este año. Atrás quedó un 2022 de fuertes pérdidas para estos valores como consecuencia de la subida de los tipos de interés y el relativo freno de su actividad tras el boom provocado por el confinamiento del covid-19 desde 2020.

Y este buena evolución se refleja en los fondos de inversión, ya que el marchamo tecnológico luce en 9 de los 15 fondos más rentables en el año en aquellos instrumentos de ahorro colectivo comercializados por gestoras españolas. No obstante, los otros seis fondos tienen referencias a índices estadounidenses como el S&P 500 en el que la tecnología tiene un peso muy destacado. Así, invertir de forma temática en tecnología o hacerlo con referencias a índices de EE.UU. ha sido el camino de las mayores ganancias.

El fondo más rentable del año ha sido el Gestión Boutique VI Opportunity FI que acumula una revalorización del 97,4%, gestionado por Andbank, con un 70% de su exposición en Estados Unidos, preferentemente en bancos (53,8%) y un 16,6% en tecnológicas. Le siguen en ganancias Rural Tecnológico Renta Variable FI (55,17%), Mutuafondo Tecnológico FI (54,6%), Renta 4 Multigestión Andrómeda Value Capital FI (49,16%), Bankinter EE.UU Nasdaq 100 FI (47,55%), Myinvestor Nasdaq 100 FI (47,17% y Bankinter Tecnología FI (43,93%). Todos ellos cargados de valores ligados a Internet y a las nuevas comunicaciones, con especial peso en los llamados siete magníficos (Apple, Microsoft, Meta (Facebook), Amazon, Alphabet-A, NVIDIA y Tesla).

 

También el sector financiero ha favorecido las mayores plusvalías en los fondos en un año en que el que, curiosamente, los analistas no apostaban por la renta variable. Con datos de Inverco, los fondos de acciones han vivido salidas de dinero, salvo en el caso de la categoría de Renta Variable Internacional con un aumento de solo un 7,3% hasta los 51.017 millones de euros. En el caso de los de renta variable española, el patrimonio bajó un 4%, y los mixtos de Bolsa también tuvieron salidas de dinero.

En el conjunto del año, los fondos de Renta Fija (tanto a largo plazo como corto a corto plazo), Rentabilidad Objetivo y Monetarios, concentran casi la totalidad de las nuevas suscripciones con casi 34.600 millones de euros. Por el contrario, los Fondos Globales y Renta Fija Mixta Internacional lideran los flujos de salida (7.983 millones de euros y 4.122 millones,  respectivamente). 

Buenas perspectivas

El consenso de los analistas para el próximo año apunta a un mejor comportamiento de los bonos que de las acciones: en este 2023 con igual previsión, se equivocaron. La desaceleración económica es clave para este pronóstico ya que provocaría una menor generación de beneficios en las empresas.

Sin embargo, sí que confían en que la tecnología vuelva a ser una fuente de ganancias para los accionistas, favorecida sobre todo por el auge de la Inteligencia Artificial (AI) que sería un nuevo revulsivo para prolongar las alzas.

Rolando Grandi, CFA, gestor de renta variable internacional de la Financière de l’Echiquier (LFDE) niega que los valores estén caros pese al fuerte ascenso de este año. “Está siendo impulsado en particular por la llegada de la IA generativa, tanto en semiconductores (Nvidia), infraestructuras como Microsoft y Amazon, y aplicaciones (Datadog, Servicenow). Además, la ciberseguridad sigue comportándose bien, como demuestran valores como Palo Alto y Zscaler, así como el sector del comercio electrónico, como Amazon, Pinduoduo, MercadoLibre y Shopify”. Y añade: “el entorno es boyante para la tecnología, con valoraciones atractivas en nuestra opinión, y crecimiento de los beneficios de dos dígitos, todo ello impulsado por la mayor revolución tecnológica de la década: la IA”, concluye.

También Alex Tedder, responsable de renta variable global de Schroders, indica que en el mundo hay más de 1.000 millones de trabajadores del conocimiento, es decir, aquellos que aplican conocimientos teóricos o analíticos para realizar tareas concretas. El aumento, el refuerzo y, quizás, el reemplazo de una parte de este trabajo por parte de la IA provocará enormes cambios y creará importantes oportunidades para los inversores, no sólo en el sector tecnológico, sino en casi todos los ámbitos de la economía”, explica.

Así, la consultora PwC estima el valor económico potencial de la IA en 17 billones de dólares al año para 2030. En comparación con el actual PIB global, que se sitúa en el entorno de los 110 billones de dólares, se trata de una cifra extraordinaria, y es probable que surjan inmensas oportunidades en el espacio de la automatización.