Los siniestros pagados en España por el sector asegurador son una auténtica guía de los acontecimientos luctuosos vividos desde 1970. El Consorcio de Compensación de Seguros (CCS) publica anualmente una memoria donde cuenta la evolución de los pagos que han hecho las aseguradoras y el propio CCS para cubrir los destrozos en bienes y también en personas, tanto por efecto de la climatología como por obra del terrorismo o de revueltas callejeras.
Así, los siniestros tienen en su mayor parte causas naturales como terremotos, inundaciones, tifones, volcanes o caídas de meteoritos, esta última entre las más curiosas. Pero en otras, la intervención humana es clave, el mencionado terrorismo de los GRAPO y, principalmente, ETA, que castigó a la sociedad española desde mediados de la década de los sesenta hasta octubre de 2011, cuando la banda decidió poner fin a la violencia armada, queda reflejado en el seguro. Los atentados islamistas también se sumaron a la lista de destrozos. Pero también se contabilizan siniestros por tumultos callejeros e, incluso, motines carcelarios que evolucionan con cifras diferentes cada año.
Desastres naturales
Las inundaciones son la partida más destacada en el pago de siniestros en España por causas naturales en los últimos 50 años y suman 8.428 millones de euros. El primer gran impacto se produce con la riada de octubre de 1983 en Bilbao y comarca con indemnizaciones de 796 millones de euros, con grandes destrozos y la lamentable cifra de 34 fallecidos. Esta cantidad no ha sido superada hasta hoy. La otra mayor indemnización corresponde a 2019 con 712 millones de euros por las inundaciones debido sobre todo a las tormentas que arrasaron el sureste español, afectando a Valencia, Alicante, Murcia, Almería, Granada y Albacete. Llegaron a caer hasta 400 litros por metro cuadrado en 48 horas, con un balance de 6 fallecidos.
Los terremotos son infrecuentes en España y arrojan un balance de indemnizaciones en diez lustros de 634,6 millones de euros. El grueso se lo lleva el acontecido en la localidad murciana de Lorca en mayo de 2011. El seguro tuvo que abonar por este sismo de intensidad 5,1 nada menos que 563,5 millones de euros. El terremoto dejó 9 víctimas mortales y 324 heridos.
Por su parte, la tabla de erupciones volcánicas está vacía desde 1970 hasta 2021, donde el seguro tuvo que abonar 240,6 millones de euros como consecuencia de la erupción en la isla canaria de la Palma. El bautizado como el volcán Tajogaite es el responsable del único siniestro indemnizable por tal motivo.
El fuerte viento es otro de los fenómenos atmosféricos que más siniestralidad producen. En estos 50 años las aseguradoras han abonado un total de 2.499 millones de euros. Un ciclón extratropical llamado Klaus se paseó por el norte de la Península Ibérica a finales de enero de 2009, afectando sobre todo a las comunidades de Catalunya y Galicia, aunque se dejó sentir en otros partes del país. Dejó un triste balance de 14 personas fallecidas y marcó récord de indemnizaciones del seguro con 655 millones de euros. Las cifras de indemnizaciones del seguro por destrozos provocados por meteoritos son realmente anecdóticas. Se produjeron dos fenómenos: en 1987 con pagos de 111.000 euros y en 1989 con 5.113 euros.
Terrorismo en España
En el caso de los actos terroristas, el Estado directamente asume el abono de las indemnizaciones correspondientes, impuestas en sentencia firme, en concepto de responsabilidad civil por muerte o por daños físicos o psíquicos a las víctimas. La indemnización alcanza los 250.000 euros por persona fallecida.
Ahora bien, las aseguradoras y el CCS también cubren los destrozos materiales de la actividad terrorista. Los pagos se han realizado sin interrupción entre 1971 y 2017, siendo este el último ejercicio. La participación del Estado en el pago a las víctimas heridas y a los herederos de los fallecidos explica por qué en 2004, año de los atentados terroristas islamistas en los trenes de cercanías de Madrid, las aseguradoras solo pagasen 4,7 millones de euros.
El año 1982 de intensa actividad de la banda armada vasca (los años de plomo de ETA) se lleva la palma en las indemnizaciones de las aseguradoras con 71 millones de euros. El acto terrorista más destacado por los destrozos fue la colocación de 6 bombas en la central de Telefónica, ubicada en la calle Río Rosas de Madrid, por importe de unos 30 millones de euros. El segundo mayor pago se produjo en 2006 como consecuencia de la voladura, con una furgoneta bomba de ETA, de uno de los aparcamientos (el módulo D) de la Terminal 4 del Aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid-Barajas, causando dos muertos y una veintena de heridos. Ese año los atentados supusieron indemnizaciones de 59,9 millones de euros. El total pagado por las aseguradoras en este medio siglo por actos terroristas de cualquier índole se elevó a 605,7 millones de euros.
Por último, el informe del Consorcio de Compensación de Seguros recoge los motines, con cifras modestas, que en ningún año alcanzaron el medio millón de euros, siendo 1996 el más conflictivo. La suma total pagada por las aseguradoras en todo el periodo analizado asciende a 1,3 millones de euros.
También incorpora las indemnizaciones por tumultos populares con una cifra global en 50 años de 98,8 millones de euros. Los años más conflictivos fueron 1996, con 11,1 millones en indemnizaciones, seguido por 2000 (9,2 millones) y 1997 (9,1 millones de euros).