El porcentaje de viviendas de alquiler social se sitúa en Barcelona en un 1,9%, el área metropolitana de Barcelona 1,8%, Catalunya 1,7% y el conjunto de España un 2%, muy por debajo del global europeo del 9%. Estos datos son el eje principal sobre el cual se desarrolla el informe "El parque de vivienda protegido en Barcelona: stock existente y su evolución", que ha elaborado el Observatorio DESC, una plataforma de defensa del derecho a la vivienda, el trabajo, la educación, la salud y la alimentación, y el Observatorio Metropolitano de la Vivienda de Barcelona (O-HB).
En paralelo a este dato, la cuarta edición del Festival Internacional de la Vivienda Social (ISHF), el congreso internacional del sector más importante de Europa, que se ha celebrado desde el miércoles y hasta hoy en el Palacio de Congresos de Barcelona, con 2.000 asistentes, también ha destacado la carencia de parque público destinada a escala global. Así pues, todo este parque tan solo representa, en estos momentos, el 11% en todo el conjunto de la Unión Europea, tal como alerta la Federación Europea de Vivienda Pública, Cooperativa y Social, y de sus miembros y aliados, presentes en 25 países y que abarcan 25 millones de viviendas.
¿Qué soluciones hay?
En este contexto, el ISHF 2023 ha planteado qué pueden aprender los modelos de vivienda emergentes como el de Barcelona, un referente de innovación en vivienda de interés para todo el mundo. Algunas de las iniciativas que pueden ayudar a subir los porcentajes citados son la construcción de nuevas viviendas o la movilización del parque privado hacia el alquiler asequible, pasando también por la adquisición de vivienda por tanteo y retracto en aquellos barrios más densos, con procesos de gentrificación en marcha y con menos disponibilidad de suelo.
Barcelona ha pasado de un parque público municipal de 7.500 viviendas a los cerca de 12.000, con 2.000 viviendas más en obras, y 2.000 más que se empezarán a construir en el futuro inmediato. Eso quiere decir que los próximos años se habrá doblado el parque existente. El 80% de toda la obra nueva se destinará a alquiler social y asequible, mientras que el 20% restante se destinará a otras fórmulas, como la covivienda o el derecho de superficie, que garantizan la titularidad pública del suelo y la no privatización.
Otras soluciones pasan por aplicar políticas innovadoras tanto en la construcción con métodos industrializados, como la promoción delegada, con fórmulas de colaboración con el sector privado, como es el caso de la empresa mixta metropolitana Vivienda Metrópolis Barcelona (HMB), una fórmula con lucro limitado para el privado y la garantía de la titularidad pública del suelo; y con el sector social y cooperativo, como el convenio con entidades sin ánimo de lucro (ESAL) para la construcción de vivienda cooperativa y de alquiler social. Por una parte, la previsión es que HMB construya 4.500 viviendas, todas de alquiler protegido, la mitad en la ciudad de Barcelona y la mitad en el área metropolitana; de la otra, el convenio ESAL tiene un alcance de 1.000 viviendas, el 60% de alquiler social y asequible y el 40%, de vivienda cooperativa. Cifras que quieren combatir el bajo porcentaje actual en políticas de habitage social.