En estos días, bancos de inversión, gestoras de fondos y analistas ofrecerán su visión y previsiones para 2024. Si repasamos las que hicieron para este 2023, China era una de las zonas geográficas preferidas para invertir por sus expectativas de crecimiento económico y por no estar a expensas de los tipos de interés como ocurría en Estados Unidos y la eurozona. Sin embargo, esos pronósticos fallaron y el gigante asiático ha sufrido un mal año en bolsa que contrasta con el buen comportamiento de las plazas occidentales.

El índice Hang Seng lleva en el año una pérdida del 12,84% (frente a la ganancia del 19% del S&P 500 estadounidense), mientras que su indicador tecnológico, el Chinext ha registrado un descenso del 17,7% que contrasta con el alza del 37,3% del comparable Nasdaq Composite. Además, la rentabilidad del bono chino a 10 años se coloca en el 2,73%, inferior al 4,46% que está ofreciendo su homólogo estadounidense. Sin duda haber invertido en China, pese a los pronósticos iniciales ha sido una mala idea este año.

La larga lista de preocupaciones sobre la economía China comprende deflación, presiones en el sector inmobiliario, caída de las exportaciones, reticencia de los consumidores a gastar, elevado desempleo juvenil, tensiones en los "bancos en la sombra", estado de las finanzas de los gobiernos locales, tensiones geopolíticas y falta de firmeza en las políticas de estímulo.

Mohammed Elmi y Jason DeVito, gestores de deuda emergente de Federated Hermes, explican el mal comportamiento de China en que el presidente Xi Jinping se ha mostrado antagónico al sector privado, lo que ha desalentado el espíritu emprendedor y ha lastrado la economía, a pesar de que el crecimiento chino se ha basado durante mucho tiempo en una considerable inversión fija y en una continua expansión de la deuda. Además, los gobiernos regionales están muy endeudados y pusieron la venta de terrenos como principal fuente de ingresos. Con el sector inmobiliario de capa caída, el mercado de esos bonos se ha vuelto imposible. “El gobierno central ha dudado hasta ahora en rescatar a los gobiernos locales y embarcarse en un paquete de estímulo fiscal a gran escala. El Politburó y el Consejo de Estado han reconocido al menos el problema, y aún podrían emprender un estímulo significativo, pero el tiempo corre y para cuanto más tarde lo dejen, mayores serán los costes”, explican.

Un de cal y otra de arena ofrece Bob Gilhooly, economista senior de la gestora abrdn, sobre las expectativas chinas para el próximo año. “Aunque hemos revisado a la baja las perspectivas de crecimiento a corto plazo de China -con un crecimiento del 4% para 2024- y hemos tenido en cuenta un impacto del 10% en el PIB potencial debido a los efectos persistentes de la pandemia, mantenemos nuestro relativo optimismo sobre las perspectivas a largo plazo para el país”, explican en un reciente informe. Este experto confía en una mayor flexibilización de la política económica, lo que debería reducir el riesgo de recesión.  Y espera una vuelta a la confianza del mercado y de los hogares que este 2023 han gastado menos. El sector inmobiliario ha sido decisivo en esta caída del consumo. La confianza de los hogares ha resultado perjudicada por las tensiones e incertidumbres relacionadas con el sector inmobiliario, incluida la capacidad de los promotores para entregar viviendas para las que los compradores ya están pagando la hipoteca.

 La caída de los precios de la vivienda y los problemas de la promotora Country Garden podrían mantener a otros compradores fuera del mercado a corto plazo, incluso aunque se suavicen las restricciones a la compra y bajen los tipos hipotecarios. Pero Gilhooly cree que “incluso aunque sólo se gastara la mitad de todo el exceso de ahorro a finales de 2024, el crecimiento del consumo podría acelerarse del 11% este año al 12,5% el próximo. Esto implica que, si bien es fácil especular con los riesgos a la baja, también han aumentado los riesgos al alza”, concluye.

 “China es una atractiva opción de inversión para los valientes, con una economía en vías de estabilización y unas previsiones del PIB al alza, mientras lucha contra el triple viento en contra de los sectores de consumo, inmobiliario y manufacturero exportador en dificultades”, explica Ben Laidler, estratega de mercados globales de la plataforma eToro. Ve baratos los mercados que cotizan a 10 veces beneficios (PER 10). Aunque, como se ha visto con la marcha atrás del spin-off (división en otras firmas independientes) de la compañía Alibaba, todavía hay margen de decepción.

Por último, Julien Lafargue, estratega jefe de Barclays en Londres considera que la recuperación de China probablemente será desigual y las perspectivas a corto plazo siguen siendo tan desafiantes como inciertas. Además, no hay razón para esperar una mejora significativa en las relaciones chino-estadounidenses. No obstante, creen desde el banco británico que “las estrellas están alineadas para que el país acelere las reformas estructurales necesarias para abordar los obstáculos al crecimiento, ayudando a la economía a reequilibrarse y, a su vez, abriendo nuevas oportunidades para los inversores”, concluye.