Los mercados estadounidenses han cerrado este jueves poco después de un encuentro televisado entre Donald Trump y su equipo de Gobierno en el que aseguraba que era un "buen amigo" del presidente Xi Jinping y se mostraba convencido de que llegarían pronto a un acuerdo. Pero lo que prevalece para Wall Street es la subida brusca de aranceles hasta el 145% a la potencia asiática, que ha vuelto a arrastrar a la baja a los mercados, con una caída del 3,5% del S&P 500, un 4,3% del Nasdaq y un 2,5% del industrial Dow Jones. El dólar, además, se ha desplomado un 2,4% en su peor jornada en 10 años.
El varapalo no llegó a golpear a los mercados europeos, que cerraron muy poco después de que la Casa Blanca aclarara que los aranceles del 125% a China que había anunciado se debían sumar en verdad al 20% anterior hasta llegar al 145%. La voluntad negociadora de la UE llevó al mandatario a suspender durante 90 días los aranceles anunciados a los países europeos, que respondieron de igual manera con una suspensión. Esa medida llevó a Wall Street a cerrar el miércoles con históricas subidas del 9,5% que se contagiaron horas después a los mercados asiáticos. Poco duró la euforia y aún menos la calma en los mercados.
La subida del miércoles en los mercados estadounidenses se contagió a las bolsas europeas al día siguiente, por lo que este jueves fue un buen día para mercados como el Ibex-35, que subió un 4,32% en su mejor jornada desde la pandemia, el alemán Dax 40, que lo hizo un 4,53%, o el francés CAC 40, que avanzó un 3,83% mientras el FTSE de Milán lo hacía un 4,73%. Las subidas eran incluso mayores a pocos minutos del cierre, cuando llegó la aclaración de la Casa Blanca sobre los aranceles chinos, lo que frenó la tendencia alcista en Europa.
Los gigantes Apple y Nvidia han sido de los más perjudicados por la caída del índice tecnológico Nasdaq, uno de los más directamente conectados a China por sus fábricas en países asiáticos. Nvidia perdió un 5,91% y Apple un 4,23%. Aún peor le fue a Tesla, que cayó un 7,22%. Una de las preguntas que se hacen los mercados y el sector tecnológica es si estas empresas serán capaces de abrir fábricas en Estados Unidos, de forma que sus productos eludan estos aranceles. Quien ha optado por esta vía, aun sin ser estadounidense, es la multinacional farmacéutica suiza Novartis, quien a última hora del jueves ha anunciado que invertirá 20.000 millones y abrirá 5 plantas de producción en suelo estadounidense. El movimiento responde a una de las principales intenciones de los aranceles, que es reindustrializar Estados Unidos aplicando castigos económicos a la importación y premiando, por tanto, en la competición, a la producción local.
Otras empresas, como las catalanas del Ibex-35 Puig y Fluidra, optan por ahora por repercutir parte de los aranceles en los precios. Esa es la intención que ha expresado Puig y un movimiento ya realizado por Fluidra, que anunció una subida de precios del 3,5% que empezó a aplicarse ya antes del anuncio, mientras estudian otras subidas.
Los constantes movimientos de Trump, en cualquier caso, apuntan a que los aranceles son dinámicos y volátiles como los propios mercados a los que agitan y una medida de fuerza para impeler a otros países a tomar posiciones negociadoras que acaben beneficiando a Estados Unidos en la relación comercial entre ambos.