La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ha disparado el sector de las criptomonedas porque ven en el nuevo presidente de los Estados Unidos un aliado para potenciar y consolidar esta forma de pagos. Entre las medidas que tomará probablemente Trump y que el mercado ve con buenos ojos se encuentra la intención de sustituir al presidente de la Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU. o SEC, Gary Gensler, no muy propenso a dar apoyo al mercado de las criptomonedas, o lo que es lo mismo, es partidario de incrementar la regulación y control de todas ellas y de las empresas que hay detrás de las mismas. 

Así, con el bitcoin liderando las subidas, puesto que ha sobrepasado ya el umbral de los 90.000 dólares, el resto de criptomonedas se afianzan también en los mercados. Entre estas, los inversores han mostrado interés por XRP, aunque cabe señalar que no es una criptomoneda al uso. No obstante, XRP cotiza este sábado por encima de 1 dólar, un nivel que no alcanzaba desde el mercado alcista de 2021. En concreto, el cambio de XRP está en 1,0364, con un incremento del 25.51% en tan sólo una jornada. Aunque está lejos aun de sus propios máximos: 3,84 dólares, alcanzados en enero de 2018.

A pesar de lidiar con el resto de criptomonedas, XRP no tiene las mismas características. Lo que más la diferencia es que no es una moneda que deba minarse. XRP ha sido desarrollada, emitida y parcialmente gestionada por la empresa estadounidense Ripple Labs (antes OpenCoin), y es uno de los desarrollos más iniciales en los sistemas de pagos alternativos, puesto que data de 2004.

XRP es uno de los muchos productos de las herramientas y plataformas desarrolladas por la empresa Ripple Labs, todos creados con la idea de mejorar la eficiencia de los pagos transfronterizos, especialmente en el sector bancario. He ahí uno de sus principales elementos distintivos: sirve, principalmente, para realizar transacciones con comisiones muy bajas, a tal punto de plantearse como una alternativa al dólar. Para procesar un pago con XRP se necesitan unos 4 segundos, lo que despierta el interés del sistema financiero bancario.

Detrás de Ripple Labs se encuentra una empresa privada de software que creó el Protocolo Ripple, un protocolo de código abierto que incluye el libro mayor XRP y RippleNet. La lanzaron, en 2012, después de las primeras actuaciones de OpenCoin, Chris Larsen y Jed McCaleb, y tiene su sede en San Francisco, California. Ripple Labs emplea actualmente a más de 500 personas, tiene 9 oficinas en todo el mundo y registra un crecimiento de clientes del 300% anual, según confirma la empresa. 

Un sector que crece

En su cuenta de la red social X, Ripple mencionaba este jueves que "la economía de los activos digitales está creciendo en las Américas". ¿Cómo lo fundamentaba? Con 5 simples anunciados: 

  • Norteamérica lidera la adopción de criptomonedas
  • El aumento de las criptomonedas en LATAM
  • Impulso regulatorio
  • Actualizaciones de diligencia de subcustodia
  • Tecnología que permite el acceso seguro

Además, la empresa fomenta la demanda y el uso de las criptomonedas. Lo hace a través de la iniciativa universitaria de investigación Blockchain de Ripple, que según la misma compañía, está transformando el mundo académico, con más de 1200 proyectos de investigación, 850 cursos, 900 eventos en el campus y 90 proyectos XRPL.