No tenemos dudas que este 2024 estuvo nuevamente marcado por la inteligencia artificial, principalmente, por la adopción de esta tecnología en la vida cotidiana de las personas. Esto se traduce en el desmesurado crecimiento de empresas como OpenAI y Nvidia; esta última alcanzó este año un hito histórico en el mercado financiero, con un aumento de su capital en 2.4% en un día.

En este nuevo espacio hemos conversado acerca del trasfondo ético de la incorporación de la inteligencia artificial en el día a día de las personas. Casos como el de Pokémon Go (sobre la utilización de los datos del juego para entrenar un gran modelo geo espacial) o el de los ya naturalizados sesgos algorítmicos (que refuerzan brechas y estereotipos y que perpetúan desigualdades al replicar y exacerbar los prejuicios humanos), no solo revelaron los retos actuales, sino que también subrayan la importancia de diseñar tecnologías responsables, transparentes y éticas. Estas discusiones, que marcaron para algunos gran parte de la agenda de este 2024 que termina (y que para otros ni siquiera son temáticas que ameriten la más mínima atención), han sido el preludio de un panorama tecnológico aún más complejo en el año que está por venir. El 2025 promete ser un año marcado por avances revolucionarios en áreas emergentes, que no solo transformarán la IA, sino también las estructuras sociales y económicas que la rodean. Veamos…

Computación cuántica: un cambio de paradigma

La computación cuántica está lista para redefinir la tecnología en 2025 y los años venideros. Con su capacidad para procesar información de maneras exponencialmente más rápidas que las computadoras clásicas, esta tecnología tiene implicaciones masivas en áreas como la ciberseguridad, el desarrollo de nuevos materiales y el aprendizaje automático. Sin embargo, la computación cuántica también trae riesgos significativos, especialmente en la criptografía. Los sistemas de seguridad actuales podrían volverse obsoletos ante un ataque cuántico, planteando preguntas urgentes sobre la protección de datos y la soberanía digital.

Entornos digitales y el metaverso

El metaverso sigue evolucionando como un entorno digital de comunicación e interacción. Más allá del entretenimiento, el metaverso se ha convertido en un espacio de experimentación tecnológica donde la IA juega un rol crucial. Desde la creación de avatares hiperrealistas hasta la optimización de interacciones virtuales, estas plataformas plantean dilemas éticos sobre privacidad, manipulación conductual y control corporativo.

Si bien las aguas parecen calmas, en un futuro cercano veremos una expansión del metaverso hacia distintos sectores, donde las experiencias inmersivas prometen revolucionar el acceso y la calidad de los servicios. Sin embargo, la regulación de estos entornos digitales será esencial para garantizar que estas tecnologías no agraven las desigualdades existentes.

Tecnologías geo espaciales y sostenibilidad

En combinación con la IA, las tecnologías geo espaciales continuarán desempeñando un papel clave en la gestión ambiental, desde el monitoreo de deforestación hasta la predicción de desastres naturales. No obstante, también se perfilan como herramientas estratégicas en disputas geopolíticas, donde el acceso a datos precisos puede significar una ventaja significativa en la toma de decisiones. El desafío en 2025 será garantizar que estas tecnologías sirvan al bien común, evitando su uso indebido en vigilancia masiva o conflictos territoriales.

El universo como nuevo escenario geopolítico

El foco ya está puesto en el espacio y aún más lo estará en el futuro. La competencia entre los países más desarrollados, junto con el crecimiento de empresas privadas, está convirtiendo el espacio en un nuevo campo de disputa geopolítica.

Pero el uso de tecnologías avanzadas fuera del planeta también requiere marcos legales y éticos globales. La pregunta clave será: ¿cómo construimos un consenso internacional para regular la actividad humana en el espacio? ¿Son suficientes los acuerdos vigentes?

Criptomonedas y blockchain: más allá de las finanzas

Aunque las criptomonedas han atravesado períodos de incertidumbre, la tecnología blockchain sigue consolidándose como una herramienta clave para garantizar transparencia y descentralización. En combinación con la IA, el blockchain podría mejorar significativamente áreas como los contratos inteligentes y la trazabilidad en cadenas de suministro. El desafío para el próximo año será encontrar un equilibrio entre regulación y adopción tecnológica. Sin una gobernanza adecuada, estas herramientas podrían amplificar problemas como la evasión fiscal o el lavado de dinero. La apuesta por las criptomonedas es indiscutida.

La gobernanza ética como herramienta clave

El 2024 nos deja lecciones invaluables sobre la importancia de priorizar la ética y la transparencia en el desarrollo tecnológico. Sin embargo, mirar hacia el 2025 significa enfrentar nuevos desafíos que exigen un diálogo constante entre sectores públicos, privados y académicos. La computación cuántica, el metaverso, las tecnologías geo espaciales, la exploración espacial y el blockchain; son solo algunos de los temas que dominarán las discusiones tecnológicas del próximo año. Como sociedad, debemos asegurarnos de que estas innovaciones estén al servicio del bien común, fomentando la inclusión y minimizando los riesgos asociados a su implementación. El futuro ya no es un concepto distante; está ocurriendo aquí y ahora. A medida que avanzamos hacia el 2025, nuestra responsabilidad colectiva será definir cómo usamos estas herramientas para construir un mundo más justo, sostenible y humano. Como dicen Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota: “el futuro llegó, hace rato…” ¡Feliz 2025!