En los últimos años, se han multiplicado las iniciativas relacionadas con los derechos digitales, movimiento que reconoce la importancia - y hasta da urgencia-  en establecer nuevos marcos para garantizar los derechos fundamentales de las personas en el actual entorno digital.  Así, hemos asistido a la publicación en 2022 de la Carta de Derechos del Gobierno de España y en 2023 la de la Declaración sobre los Derechos y Principios Digitales para la Década Digital de la Unión Europea (UE). De la misma forma, han surgido iniciativas paralelas como la 'Carta catalana per als drets i les responsabilitats digitals de la Generalitat de Catalunya' y similares del Ayuntamiento de Barcelona, entre otros. No son leyes ejecutables o exigibles sino normas propositivas, inspiradoras de futuras políticas públicas y para el desarrollo de normativa futura de nuevo cuño.

Carta de Derechos Digitales

El preámbulo de la Carta de Derechos Digitales de España subraya la importancia de adaptar los derechos y libertades tradicionales al contexto digital, reconociendo el impacto transformador de las tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial. También destaca la necesidad de fomentar un entorno tecnológico inclusivo, seguro y ético que respete los valores democráticos, la privacidad, la igualdad y la dignidad humana. En este sentido, la Carta busca servir como guía para proteger a las personas frente a los riesgos digitales y promover un uso responsable y sostenible de la tecnología.  

Derechos Digitales frente a la inteligencia artificial 

En lo que se refiere a la IA, la Carta dedica una sección específica a la IA bajo el apartado de "Derechos ante la inteligencia artificial". Reconoce el impacto de la IA en la toma de decisiones y subraya la necesidad de un uso ético y responsable. A partir de ahí dibuja una serie de nuevos derechos entre los que destacan:

- Derecho a la no discriminación: los sistemas de IA deben evitar sesgos que resulten en discriminación.

- Derecho a la transparencia: las personas tienen derecho a entender cómo funcionan los sistemas de IA que les afecten significativamente.

- Derecho a la supervisión humana: las decisiones tomadas por IA deben estar supervisadas o ser revisables por humanos.

- Derecho a la privacidad y protección de datos: se subraya que los sistemas de IA deben cumplir con la normativa de protección de datos.

La Declaración sobre los Derechos y Principios Digitales (UE)

Por su parte, la Declaración comunitaria desgrana una serie de elementos en la sección dedicada a “Libertad de elección; Interacciones con algoritmos y sistemas de inteligencia artificial”.

En la parte de principios establece:

- La inteligencia artificial debe ser un instrumento al servicio de las personas y su fin último debe ser aumentar el bienestar humano. 

- Toda persona debería estar empoderada para beneficiarse de las ventajas de los sistemas algorítmicos y de inteligencia artificial, especialmente a fin de tomar sus propias decisiones en el entorno digital con conocimiento de causa, así como estar protegida frente a los riesgos y daños a su salud, su seguridad y sus derechos fundamentales. 

En la sección de compromisos, indica:

Nos comprometemos a:

a) promover sistemas de inteligencia artificial centrados en el ser humano, fiables y éticos a lo largo de todo su desarrollo, despliegue y uso, en consonancia con los valores de la UE.

b) velar por un nivel adecuado de transparencia en el uso de los algoritmos y la inteligencia artificial (…).

c) velar porque los sistemas algorítmicos se basen en conjuntos de datos adecuados para evitar la discriminación y permitir la supervisión humana de todos los resultados que afecten a la seguridad y los derechos fundamentales de las personas.

d) garantizar que las tecnologías como la inteligencia artificial no se utilicen para anticiparse a las decisiones de las personas en ámbitos como, por ejemplo, la salud, la educación, el empleo y la vida privada.

e) proporcionar salvaguardias y adoptar las medidas adecuadas (…).

f) adoptar medidas para garantizar que la investigación en inteligencia artificial respete las normas éticas más estrictas y la legislación pertinente de la UE.

Enfoques distintos. Si bien ambos marcos tienen en común que ni una ni otra se centran exclusivamente en la IA, en cambio, si bien la primera se enfoca en los derechos individuales, la segunda se orienta a principios y derechos digitales más generales.

Transparencia y responsabilidad

La Carta española enfatiza el derecho a la explicación en sistemas automatizados, especialmente en aquellos que afectan derechos fundamentales como el empleo o el acceso a servicios públicos e insta a la responsabilidad del desarrollador y del usuario de sistemas de IA. La Declaración UE subraya la importancia de la transparencia en todas las tecnologías digitales, incluida la IA, pero con un enfoque menos detallado e introduce el concepto de responsabilidad compartida entre desarrolladores, usuarios y gobiernos para garantizar el uso seguro y ético de la IA.

Impacto ético y social

Mientras que la Carta española reconoce explícitamente la necesidad de evitar impactos negativos de la IA en la sociedad, como sesgos, pérdida de privacidad o desempleo y aboga por fomentar la alfabetización digital para capacitar a las personas en el uso de tecnologías de IA, en la declaración UE el  enfoque es más amplio y abarca el uso ético y sostenible de todas las tecnologías digitales. También destaca el papel de la IA en mejorar la calidad de vida y reducir desigualdades, en línea con los valores de la UE.