Más de un centenar de empresas, entre las que se incluyen Iberdrola, Telefónica, Amazon, Google, Microsoft, Open AI o Amazon, se han adherido al pacto voluntario que ha promovido la Comisión Europea para desarrollar una Inteligencia Artificial (IA) que respete los principios éticos. No obstante, el pacto deja entrever la ausencia de otras corporaciones como X, Meta o Apple. Las dos últimas incluso han frenado la introducción en el mercado europeo de sus sistemas de inteligencia artificial, alegando que tienen dudas sobre las nuevas leyes que la Unión Europea (UE) ha aprobado para regular al sector.
Entre los firmantes, también están empresas como Qualcomm, IBM, Vodafone, Orange, Nokia, Mastercard, Airbus o Booking, según el listado que proporcionó la Comisión Europea.
El Pacto voluntario promovido por la Unión Europea queda abierto a que se unan más compañías mientras llega la entrada en vigor del nuevo marco regulatorio, la primera ley en el mundo que busca limitar los riesgos de la IA y que, aunque ya son aplicables algunas de sus disposiciones, no estará plenamente en vigor hasta el verano de 2026.
Entre los firmantes hay tanto multinacionales como pymes que se comprometen a seguir una estrategia para la introducción de la IA en su organización y trabajo, ayudar a identificar los sistemas de IA considerados de "alto riesgo" para el 'mapeo' que prevé la nueva legislación europea y a promover la alfabetización y sensibilización en materia de IA entre el personal, garantizando un desarrollo ético y responsable de la nueva tecnología.
Además de estos compromisos de base, más de la mitad de las empresas que se han unido al Pacto asumirán compromisos adicionales como, por ejemplo, garantizar una supervisión humana de los sistemas de IA y mitigar los riesgos y etiquetar de forma transparente los contenidos creados con esta tecnología, por ejemplo los llamados 'deepfake'.
Paralelamente, Bruselas presentó este mismo mes una "ventanilla única" para acompañar a las empresas emergentes e industria un apoyo para la innovación y el desarrollo de la UE bajo el marco de "fábricas de IA", con el que se impulsará el desarrollo y validación de aplicaciones industriales y científicas en sectores europeos clave como la asistencia sanitaria, la energía, el automóvil, la agrotecnología o la defensa.
Complemento a la ley de IA
El pacto se aplicará en paralelo al despliegue paulatino de la ley de inteligencia artificial, que permite o prohíbe el uso de la tecnología en función del riesgo que suponga para las personas y que entrará en vigor por fases. A partir de febrero de 2025 quedarán ya prohibidos los sistemas de inteligencia artificial de categorización biométrica por creencias políticas, religiosas, filosóficas o por su raza y orientación sexual.
Tampoco se podrán utilizar los sistemas que puntúan a las personas en función de su comportamiento o características personales, ni la inteligencia artificial capaz de manipular el comportamiento humano. También estarán vetados, entre otros, los sistemas para expandir o crear bases de datos faciales captados de manera indiscriminada a través de internet o de grabaciones audiovisuales.
En agosto del año que viene entrarán en vigor los criterios de transparencia que deberán cumplir los sistemas de inteligencia artificial generativa, otro de los principales puntos de discusión en pleno auge de programas como ChatGPT.
Estos modelos tendrán que dejar claro si un texto, una canción o una fotografía se han generado a través de la inteligencia artificial y garantizar que los datos que se han empleado para entrenar a los sistemas respetan los derechos de autor.