Un 40% de las transacciones realizadas en el periodo de un año se consideran sospechosas de fraude, según Mitek. Marc Sabadí, Digital Innovation Lead en Mitek, nos explica como poder hacer frente al fraude. Mitek es una compañía tecnológica cotizada en el NASDAQ, fundada en 1986. Es una multinacional con sede en Sant Diego, California, y cuenta con una fuerte implantación en España a través de su oficina en Barcelona.

Mitek se dedica a ayudar a empresas y entidades del sector financiero, asegurador y de telecomunicaciones, así como a cualquier organización que requiera verificar y autenticar la identidad de sus usuarios. Desarrollan y comercializan tecnología de verificación y autenticación de identidad, que ha evolucionado a medida que el fraude ha ido cambiando. "Llevamos décadas trabajando con modelos de IA, machine learning y deep learning, tanto para verificar documentos y hacer OCR (extraer información) como para verificaciones biométricas de cara y ve (comparación y prueba de vida)", sostiene Sabadí.

Inversiones millonarias

En uno de los informes recientes, subrayan que el 28% de los encuestados considera que la falta de inversión en nuevas tecnologías e innovaciones, junto con el auge de nuevos tipos de fraude, provoca que los fraudes tarden mucho en ser detectados. Así y todo, los bancos españoles invierten cerca de 3 millones de euros en el año en tecnología de prevención de fraude. Y, en concreto, las empresas del sector destinan más de 2 millones de euros al año para compensación por pérdidas ocasionadas por el fraude. Con estas cifras, Sabadí subraya para ON ECONOMIA: "Detectar un fraude tiene su complejidad a causa de la variedad y la sofisticación de las técnicas utilizadas por los defraudadores. Las entidades financieras reciben intentos tantos ciberataques, como el ransomware, que comprometen los sistemas de una organización; estafas, donde las víctimas son manipuladas para realizar acciones en contra suya; y fraudes, donde los delincuentes se hacen pasar por otra persona para acceder a sus cuentas. En este sentido, el principal vector del fraude es la identidad, especialmente en un mundo digital donde es más difícil demostrar quién es quién".

Ejemplos específicos incluyen suplantación de identidad, account takeover (toma de control de cuentas), cuentas mula (utilizadas para blanquear dinero) y SIM swap (intercambio de tarjeta SIM para acceder a cuentas protegidas por autenticación de dos factores).

¿Cómo actuará la IA?

Por eso, la inteligencia artificial tiene uno de los papeles más importantes para entender como dar la vuelta a la situación. "No necesariamente reduce la inversión en tecnología, pero sí que la hace más eficiente. Cuando el volumen de transacciones es grande, la capacidad humana se ve desbordada. Las tecnologías que incorporan IA permiten a las empresas del sector financiero tomar mejores decisiones más rápidamente, encontrando el equilibrio óptimo entre usabilidad y seguridad, así como entre fricción y fraude. Al detener a los malos actores y permitir el acceso a los bonos, la IA mejora significativamente la eficacia de las medidas antifraude. Una analogía útil podría ser la de un río: la IA actúa como un sistema de filtrado que deja pasar el agua limpia (buenos usuarios) mientras bloquea los desperdicios (fraudulentos)".

La tendencia actual sugiere que, a medida que las tecnologías de detección de fraude mejoran, las tácticas de los defraudadores también se vuelven más sofisticadas, lo cual implica un refinamiento constante y necesario de las medidas de seguridad para ir siempre por delante. En este sentido, tener un proceso de verificación multicapa es muy importante para mantener una seguridad máxima. Por otra parte, las transacciones sospechosas de fraude suelen presentar patrones como transacciones desde ubicaciones geográficas inusuales o distantes del usuario habitual, sumas de transacción inusualmente altos o repetitivos, intentos de transacción múltiples en un corto periodo y el uso de dispositivos no reconocidos o direcciones IP sospechosas, entre otros.